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Buscar una chica que se ocupe de ella

Tuvimos suerte y muy pronto encontramos una chica muy simpática y preparada que cuidaba de mi madre durante todo el día y que, desde el primer momento, me inspiró confianza. Se ocupaba de mi madre y de cocinar para ella, paseaban mucho y mi madre estaba muy contenta. A Quimeta le gustaba tanto que se lo quería regalar todo. Un día abrió las puertas de su armario y le dijo: “Puedes coger lo que quieras, te lo regalo”. La chica, que era muy honrada, no cogió nada y me lo comentó ese mismo día. Esta idílica situación con la cuidadora duró poco ya que muy pronto me anunció que no podría venir todo el día porque le había salido un trabajo por la mañana que le interesaba mucho y que solo podría venir por la tarde. Pero me comentó que no me preocupara porque ella tenía una prima que acababa de llegar del Perú y que, si yo quería, podía venir por la mañana. En un principio, me pareció bien. Pero la prima no era igual que ella y no se entendía bien con mi madre porque era una persona muy cerrada y, además, tuve la sensación de que no era de fiar. Mi intuición se confirmó cuando llegó la factura del teléfono ya que había una llamada a Perú y también había desaparecido un juego de mesa nuevo. Por lo que no me quedó más remedio que hablar con ella y despedirla.

A partir de esta experiencia, nos planteamos buscar un centro donde mi madre pudiera estar durante el día.

Te quiero hasta el cielo

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