Читать книгу Encuentros - Carmen Guaita Fernández - Страница 13
La interioridad «Dentro de ti llevas la luz misteriosa de todos los secretos». AMADO NERVO
ОглавлениеPara que los encuentros más valiosos adquieran en nuestra vida su verdadero significado, deben pasar por el filtro de la interioridad. Ese lugar, en el cual el pensamiento canaliza la corriente de las emociones, es el umbral del alma.
Cuando se emprende el viaje hasta allí, uno encuentra por el camino paisajes claros y oscuros, pero aumenta su fe, aumenta su esperanza. Se reconoce igual que todos, vulnerable, pequeño e indefenso. Aumenta su amor. Y descubre que el umbral del alma es una ciudad habitada.
Allí viven un niño curioso que todavía se asombra ante la belleza del amanecer, una niña que escribe cartas confiadas a los Reyes Magos, una muchacha que hace planes, un adolescente tímido en las pequeñas decisiones y valiente en las grandes.
En la interioridad también viven un joven que busca su camino, una joven que se entrega a su tarea, una madre abnegada y un padre severo.
Vive una abuela sabia, que tiene argumentos bien armados para muchos asuntos complejos, y un abuelo a quien todavía le brillan los ojos con las ilusiones nuevas.
Viven miles de niños que nacerán en el futuro, miles de futuros que surgirán de las decisiones que una persona cualquiera haya ido tomando.
Hay allí maravillosas obras de arte. Algunas creadas por uno mismo y otras, herencia de quienes ya estuvieron.
Hay un telescopio capaz de descubrir el Infinito y un microscopio preparado para descifrar la diminuta belleza de cada día. Hay también unos prismáticos que te acercan a los demás. O te alejan, claro, según como los uses.
En la interioridad vive un jilguerillo a quien el desamor y el rechazo dañan, pero sigue cantando.
También vive un gigante capaz de caminar kilómetros y de subir montañas, capaz de ver más allá de lo inmediato, de abarcar el horizonte.
El umbral del alma está custodiado por dos dragones feroces llamados Miedo y Vergüenza. En la interioridad vive el caballero capaz de luchar contra ellos y de penetrar allí donde el tesoro se oculta. Su arma es la intuición profunda, que sabe la verdad y la dice siempre. Y quien atraviesa el umbral del alma encuentra las manos de Dios. Entonces, acurrucado en ellas, puede descansar.
Hay muchísima vida en la ciudad interior. Quien se anima a entrar, la ve.