Читать книгу Horizontes de la hipótesis tensiva - Claude Zibelberg - Страница 14
5. FINAL
ОглавлениеNos gustaría, para terminar, insistir en los puntos siguientes. (i) El estructuralismo francés ha puesto el acento en la oposición, pero, a consecuencia de un malentendido inadvertido, esta ha sido pensada como disjuntiva, mientras que la oposición conjunta magnitudes que sin su intervención seguirían siendo extrañas la una a la otra: «En la lengua, todo se reduce a diferencias, pero todo también se reduce a agrupamientos» (Saussure, 1974, p. 215). En este sentido, nosotros instalamos la intersección como una de las condiciones de la estructuración. (ii) La resolución operativa de las magnitudes prolonga el punto precedente. Sobre el modelo de la sílaba propuesto por Saussure y seguido por Hjelmslev, se trata de elaborar un modelo propio para la unidad examinada. El modelo de la sílaba es distinto del modelo fonológico adoptado por el estructuralismo francés (Lévi-Strauss, Greimas). El modelo silábico apela a las categorías de consonante, de vocal, de sonante, y para Saussure, en los Principios de fonología, a las categorías de «implosión» y de «explosión». Autorizados por ese precedente, recurrimos a las nociones de «producto», de «cociente» y de «dividendo» para calificar las magnitudes semánticas. (iii) Tratándose de la alternancia elemental, el dilema se encuentra entre la trascendencia y la inmanencia: ¿de quién es deudora la teoría? El marxismo y el psicoanálisis se presentan abiertamente como teorías trascendentes, en la acepción epistemológica del término. Para el marxismo, el valor tiene un referente: el trabajo. A partir de ese valortrabajo, la lucha de clases regula el reparto de la plusvalía con ventaja para unos y desventaja para otros. Para el psicoanálisis, el referente es el inconsciente, con su dispositivo actancial particular, que transforma a la madre y al padre del infante, respectivamente, en objeto de deseo y en obstáculo para el deseo. Para la hipótesis tensiva, no existe antecedente singular de ese orden. Son las condiciones mismas de la enunciación, a saber, la tensión [fuerte vs. débil] para la intensidad, y la tensión [concentrado vs. difundido] para la extensidad, las que se encuentran en la base misma de la dualidad entre los valores de absoluto y los valores de universo. Dejando de ser circunstancias, las condiciones se convierten en obreras que concurren a la producción de la significación. (iv) La concesión es un capítulo de una problemática más vasta: la dinámica del discurso. La lingüística confía al verbo y a las categorías que le están asociadas el cuidado de organizar esa dinámica. Preocupada por el discurso, la hipótesis tensiva se interesa por una magnitud desdeñada, el evento, pues es la que verdaderamente dinamiza el discurso. Con este antecedente, el evento no es pensable sin un «sobrevenir» y este sobrevenir mismo presupone la concesión.
(Junio, 2012)