Читать книгу El bautismo del diablo - Clifford Goldstein - Страница 7
Descripción y explicación
ОглавлениеLa historia de Newton y su “descubrimiento” (¿es la descripción realmente un descubrimiento?) revela temas cruciales no solo en la historia de la ciencia, sino en la ciencia misma. Para todo lo que Newton logró, subsisten numerosas preguntas, no solo sobre la gravedad, sino también sobre el tema más amplio, lo que puede y lo que no puede hacer la ciencia.
En los 2.400 años desde que Demócrito argumentó que la materia estaba compuesta de pequeñas partículas llamadas “átomos”, o incluso desde 2015, cuando investigadores del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts, por sus siglas en inglés) “construyeron una variedad de detectores de luz lo suficientemente sensibles para registrar la llegada de partículas individuales de luz, o fotones, y las montaron en un chip óptico de silicona”,10 existe el debate sobre qué realmente es la ciencia, qué hace, o puede hacer o debería hacer, o cuán correctamente logra lo que supuestamente hace.
¿Será que la ciencia revela la naturaleza como realmente es (ejemplo, la verdad), o simplemente nos dice cómo actúa bajo ciertas condiciones, lo que luego nos permite (entre otras cosas maravillosas) construir reactores nucleares, generar granos modificados genéticamente, producir smartphones y traer de nuevo a la Tierra naves arruinadas? W. T. Stace escribió: “Las leyes científicas, adecuadamente formuladas, nunca ‘explican’ nada. Simplemente describen, de forma general y abreviada, lo que sucede”.11 O, como algunos sugieren, “no se puede decir que las teorías científicas ‘explican el mundo’. Solo explican los fenómenos que se observan en el mundo”.12
Algunos sugieren que la ciencia no describe ni explica cómo es o actúa la naturaleza, sino solo cómo nos parece que es o actúa. La ciencia, según este argumento, nunca nos lleva más allá de la experiencia humana subjetiva. Sabemos, escribió Arthur Shopenhauer, que “no hay un Sol, ni hay una tierra. Solamente hay ojos que ven un Sol y una mano que siente una tierra”.13 Claro, creamos artefactos magníficos, de microscopios a telescopios espaciales y aceleradores de partículas, que nos muestran aspectos de la realidad que nuestros sentidos limitados de otra manera nunca podrían hacer entrar en nuestra mente. Pero ¿nos muestran estos artefactos lo que realmente existe en el mundo o solamente nos muestran cómo lo que existe se muestra a través de esos artefactos?
Según expresó Ian G. Barbour: “El astrónomo Arthur Eddington una vez contó una parábola encantadora sobre un hombre que estaba estudiando la vida marina en aguas profundas con una red de malla de 7 centímetros. Luego de extraer muestras repetidas, el hombre concluyó que no había peces de menos de 7 centímetros de longitud. Nuestros métodos de pesca, sugiere Eddington, determinan lo que podemos pescar”.14 ¿Acaso los diferentes tipos de artefactos que creamos revelan solamente los tipos de realidad que buscamos? Y, si creáramos un artefacto diferente, ¿cuán diferente nos parecería allí la realidad? Y ¿cómo la apariencia que da el artefacto a nuestros sentidos difiere de la realidad en sí?
Por otro lado (argumentan algunos), si usted necesita el artefacto solo para describir lo que está observando, y si lo hace, al menos de acuerdo con los parámetros que permite su artefacto, ¿qué más quiere, entonces? Si desea crear algo útil y el artefacto lo permite, ¡voilà! ¿A quién le interesa cuán distorsionada o torcida pueda parecerle la realidad a través de filtros, lupas y suposiciones construidas de tuercas, arandelas, barras, sensores y software del artefacto? Si el dispositivo extrae de la realidad, al menos en un cierto grado, lo que se ha colocado bajo el artefacto, y si de eso se pueden hacer predicciones, crear nuevos remedios, construir nuevos puentes, lo que sea, entonces la ciencia está haciendo lo que hace, y lo que mejor hace, y nada más.
Sin embargo, si la ciencia se trata de encontrar la verdad, de revelarnos el mundo real, entonces estas preguntas continúan siendo problemáticas.