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Capítulo 3

El equilibrio de los cinco elementos

En el sistema médico oriental antiguo que se creó en tiempos remotos, el yin y el yang y la teoría de los cinco elementos se combinaron con miras a lograr una mejor comprensión de la dinámica del cuerpo humano.

Se observó que, al igual que en la naturaleza, los cinco elementos –tierra, metal, agua, madera y fuego– interactuaban entre ellos dentro del cuerpo y formaban una relación compleja para mantener la salud.

Cada uno de estos elementos está asociado a dos o más órganos del cuerpo, además de a todo un sinfín de categorías. Nota. Es importante recordar que los elementos son representaciones de procesos y funciones del cuerpo, y no deben tomarse en sentido literal. Así, por ejemplo, los Pulmones y el Intestino Grueso se considera que forman parte del elemento metal, a pesar de que físicamente no son metálicos. Simplemente se trata de usar los principios de la naturaleza y aplicarlos a otros ámbitos. En ocasiones ello tiene una base lógica –la Vejiga pertenece al elemento agua, por ejemplo–, y en ocasiones no –el Hígado se clasifica como madera.

Para conservar la buena salud, estos cinco elementos deben estar equilibrados entre ellos. Cuando no lo están, aparecen síntomas que nos pueden indicar cuál de ellos está débil.

Por ejemplo, una persona tensa y agresiva que habla en tono seco y tiene ligero tono verde alrededor de la boca es probable que tenga un desequilibrio en la madera. Seguramente ello significa que los órganos asociados a la madera –el Hígado y la Vesícula Biliar– presentan desequilibrios a su vez.

Por supuesto, la situación real es mucho más complicada, pero estas claves pueden ser útiles para saber qué sucede en el cuerpo.


Los cinco elementos

A continuación se resume cuál puede ser la reacción del cuerpo cuando hay un desequilibrio en uno de estos elementos. Esta información puede ser de gran ayuda para comprender algunas de nuestras tendencias y su causa.

MADERA
Órganos Hígado y Vesícula Biliar
Color verde
Sonido grito
Emoción ira
Olor rancio
Estación primavera
Clima viento
Sabor ácido
Líquido lágrimas
Orificio ojos
Sentido vista
Residuo uñas
FUEGO
Órganos Corazón, Pericardio, Intestino Delgado y Triple Recalentador
Color rojo
Sonido risa
Emoción alegría
Olor chamuscado
Estación verano
Clima calor
Sabor amargo
Líquido sudor
Orificio lengua
Sentido sabor
Residuo pelo
METAL
Órganos Pulmones e Intestino Grueso
Color blanco
Sonido llanto
Emoción pena
Olor pasado
Estación otoño
Clima sequedad
Sabor acre
Líquido mucosidad nasal
Orificio nariz
Sentido olfato
Residuo vello corporal

Cuando la madera está en equilibrio, podemos estar calmados, el estrés no nos afecta, tomamos buenas decisiones y tenemos cualidades de líderes. Si está desequilibrada nos sentimos frustrados, enojados, impacientes, agresivos, explosivos, deprimidos, de mal humor, nos cuesta estructurar bien nuestra vida y somos propensos a los dolores de cabeza, problemas de vista e hinchazones diversas. La tendencia a presentar cualquiera de estas características o síntomas puede significar que la fuerza del elemento madera ocupa un lugar importante en el mantenimiento de su salud.

TIERRA
Órganos Bazo y Estómago
Color amarillo
Sonido canto
Emoción compasión
Olor fragante
Estación finales de verano
Clima humedad
Sabor dulce
Líquido saliva
Orificio boca
Sentido tacto
Residuo grasa
AGUA
Órganos Riñones y Vejiga
Color azul
Sonido gemido
Emoción miedo
Olor putrefacto
Estación invierno
Clima frío
Sabor salado
Líquido esputo
Orificio orejas
Sentido oído
Residuo dientes

Cuando el fuego está equilibrado es fácil ser de miras amplias, y auténticamente simpático, entusiasta y humilde, se piensa con claridad y se es bueno resolviendo problemas. Por el contrario, cuando el fuego está desequilibrado se puede estar deprimido, tener cambios de humor, falta de memoria, confusión y tez pálida o rojiza, y ser demasiado abierto y vulnerable. Un predominio de estas características o síntomas puede indicar que el estado del elemento fuego es la clave de su buena salud.

Si la tierra está equilibrada, podemos tener buen apetito, adecuada digestión, una musculatura fuerte en brazos y piernas, y ser responsables, estables, creativos e imaginativos. Cuando está desequilibrada podemos tener poco apetito y mala digestión, experimentar sentimientos enconados, ganar peso y sentirnos cansados y afectados o preocupados en exceso. Si estas características le parecen familiares, el elemento tierra puede ser el principal para mantener el equilibrio de su salud.

Cuando el metal está en equilibrio, podemos tener principios sólidos, ser coherentes y ordenados, saber priorizar y tener un pelo y una piel sanos. En caso contrario, podemos tender a sentirnos confusos e insatisfechos, ser desordenados, incapaces de dejar algo, tener una visión inadecuada de nuestro valor y tener una piel y un pelo sin brillo. Si le suena alguna de estas características o síntomas, el metal puede ser el principal elemento que haya que equilibrar.

Si el agua está equilibrada podemos estar calmados, y ser coherentes, sensatos, de trato fácil y flexibles. Cuando el agua está desequilibrada podemos volvernos temerosos e inseguros, asumir riesgos inadecuados, y tener problemas de articulaciones, huesos, dientes, de oído, urinarios y reproductivos. La tendencia a presentar estas características o síntomas sugiere que el elemento agua prevalece en nuestro sistema y es el que más necesita estar en equilibrio.

El libro de medicina oriental (Bicolor)

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