Читать книгу Un imperio eterno: Un viaje a las sombras - Daniel Correa - Страница 12

C10

Оглавление

El director Keterman salía del despacho oval después de una intensa reunión con el presidente Johnson. Tenía nuevos avances en su investigación y necesitaba de la aprobación del presidente para poder continuar.

Al llegar a su oficina en Des Moines ordenó a su ayudante que buscara inmediatamente a los agentes Parkers y Wallis. Una vez reunido quiso ponerse al día de la situación de la investigación de los dos agentes.

—¿Alguna novedad? —preguntó Keterman.

—Hemos escaneado la imagen del desconocido y la hemos pasado por el sistema de búsqueda facial —se adelantó Parker.

—¿Algún resultado?

—Hemos tenido varios resultados poco fiables, salvo uno de hace dos años en Nueva York —continuó Wallis.

—¿En Nueva York, en la zona del apartamento caliente?

—A dos manzanas —puntualizó Parker. Los dos agentes tenían en vigilancia un apartamento en Queens, en la calle 162. Hacía unos meses un agente de policía fue a ese domicilio por una llamada de violencia de género. Tomó declaración a un vecino que salió en ayuda de la mujer. Según el agente de policía, el buen samaritano tenía extraños tatuajes en los brazos y unos intensos ojos azules. Algo poco concluyente para el presidente, que no dio luz verde a un registro intensivo.

—Esta mañana, como sabéis, he tenido una reunión con el presidente. Quiere resultados. Nos ha dado carta blanca para hacer lo que tengamos que hacer.

—¿Cuáles son las órdenes, señor? —preguntó algo emocionado el agente Wallis.

—Debemos saber qué se esconde en ese apartamento, saber si es una prueba fiable o no. Preparara un operativo para mañana. Nos vamos a Nueva York.

Un imperio eterno: Un viaje a las sombras

Подняться наверх