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C4 Finales de abril

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Amanecía sobre el Mediterráneo, Óscar subió a cubierta para poder disfrutar de un amanecer en el mar. Era increíble la cantidad de colores que reflejaba el barco con aquella luz. Fotografió el horizonte sin la confianza de poder capturar por completo aquella belleza.

Los marineros se afanaban en desplegar las velas para aprovechar el viento de la mañana, aquí arriba todo estaba movimiento, cada grupo de marineros cumplía una función, formaban parte de una máquina bien engrasada.

Volvió a su camarote, tanta actividad le incomodaba sin tener nada que hacer. Por el camino se encontró con aquel camarero, ¿cómo se llamaba?, Spirus.

—Señor Ruiz, le estaba buscando.

—Estaba en cubierta disfrutando del amanecer y haciendo unas fotos.

—Lucius quiere verle, le está esperando en la biblioteca; por favor, venga conmigo.

Bajaron a la segunda cubierta. Había cientos de libros, todos colocados en estanterías que cubrían toda la pared. También había grandes mesas de madera maciza y sillones de cuero. Sentado en uno de ellos estaba Lucius, disfrutando de un café y leyendo un libro.

—Buenos días, Óscar. ¿Ya has desayunado, quieres algo?

—Un café estaría bien, gracias.

—Por favor, Spirus, ¿podrías traernos un café?

Spirus asintió con la cabeza y con una sonrisa se marchó sin más.

—Ten, Óscar, esto es para ti.

Lucius cogió del suelo un bote sin etiquetas, aunque no hacían falta: Óscar sabía perfectamente qué era.

—Vaya, gracias, mermelada de melocotón. Debí pedirle a Spirus unas tostadas.

—Eso se puede arreglar. —Entonces ocurrió algo que Óscar no entendió muy bien, Lucius se tocó la oreja y fue como si hablara directamente con Spirus.

—Spirus puedes traernos unas tostadas… muchas gracias.

Al ver la expresión de Óscar, Lucius se hurgó en el oído y extrajo un pequeño aparato.

—Es un comunicador, basta con apretarlo y pensar en la persona con quien quieres hablar, de esa forma te pone en contacto directamente; ingenioso, ¿verdad? Es el siguiente paso de vuestros smartphones.

—Parece que estáis más evolucionados que nosotros.

—Vamos un par de pasos por delante, sí. Nosotros no innovamos para ganar dinero, como el resto de las empresas; simplemente evolucionamos según vamos descubriendo. Eso aligera mucho las cosas. No nos anclamos en tablas de beneficios, simplemente hacemos lo que sabemos que es mejor para el bien común. Esa es una de las grandes razones por las que nos aislamos tanto del resto del mundo.

—Una pena, seguro que habríais sido una gran influencia.

—Nosotros siempre hemos puesto a disposición de vuestros gobiernos nuestra tecnología en energías limpias, pero es algo que no les interesaba. Les interesa más nuestra tecnología armamentística.

—Imagino que será otra de las razones de vuestro asilo, evitar que se filtre esa tecnología.

—Sí, es otra de las razones. Verás, Óscar, sabemos que Estados Unidos, Rusia y China han creado organizaciones secretas para intentar descubrir nuestros secretos. Conocen algunas de nuestras identidades falsas, pero no sabemos cuáles, por eso te di esa documentación falsa, si supieran o simplemente sospecharan que has tenido contacto con algunos de nosotros, irían a por ti.

—Entiendo.

—No, no lo entiendes, ya han estado investigándote a causa de tu obsesión por encontrarme, ellos, aunque desconocen mi identidad saben que soy romano y utilizarán cualquier herramienta que crean útil para dar conmigo.

—Pero yo solo te buscaba por los asesinatos. No tenía ni idea de que fueras romano.

—Pero ellos sí sabían que yo era romano. La marca que dejo en la frente de los cuerpos es una marca romana, significa «libérate». Ellos te seguían por si dabas conmigo.

En ese momento llego Spirus con el café y las tostadas. A Óscar le ardía una pregunta en la boca, pero temía hacerla, temía la respuesta. Tuvo que armarse de todo el valor que tenía dentro.

—¿Por qué las mataste? ¿Por qué mataste a tanta gente?

—Te lo dije, Óscar, no son gente, no son personas.

—Venga ya, Lucius, vi los cuerpos, eran personas como tú y como yo.

—Me temo que aún no puedes entenderlo, Óscar. ¿Y si te dijera que hay seres que son puro mal, seres que se esconden entre vosotros, en vuestras ciudades, seres que han evolucionado hasta adquirir vuestro aspecto?

—¿Qué tipo de seres?

—Seres antiguos, seres viles. En esta biblioteca hay libros que hablan de todos ellos. Aún quedan dos días para llegar a Equus. Están a tu disposición, léelos y después hablaremos.

Un imperio eterno: Un viaje a las sombras

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