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Valores y herramientas irrenunciables para el periodismo

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Para un médico no hay duda de que el principal valor de su profesión es la vida, ya que todo lo que hace se enfoca en preservarla; en tanto, para un abogado la justicia debe prevalecer como un horizonte ético que guíe cada una de sus decisiones. Si para nosotros como periodistas la verdad es nuestro principal valor, entonces, ¿qué otros valores debemos identificar y cultivar para llegar a ella?

Ejercicio 1.

Valores, virtudes y defectos al momento de hacer periodismo

1.

2.

3.

4.

5.

Ahora reflexiona con honestidad cuáles son tus cinco principales virtudes y defectos:

Virtudes

1.

2.

3.

4.

5.

Defectos

1.

2.

3.

4.

5.

Con esta lista realizada, compara tus valores personales con aquellos que identificaste debe tener un periodista, ¿qué tan cercano o lejano estás de ellos?, ¿por qué algunos de los valores que señalaste debe tener un periodista no aparece en tus virtudes personales? Ahora, reflexiona en qué medida los defectos personales no te permitirían llegar a la utopía periodística de alcanzar la verdad.

Este ejercicio de reflexión personal y profesional debe ayudarte a comprender que, para ejercer una profesión como el periodismo, no solo se requieren fortalecer nuestros conocimientos teórico-prácticos, sino también aquellos componentes deontológicos, los cuales nos indican “el deber ser de nuestra profesión”. Al respecto, Javier Darío Restrepo siempre enfatizó que el periodista tiene como principal compromiso la búsqueda de la verdad, pero también agregó que:

Esto no quiere decir que el periodista pueda descartar como insignificantes la justicia, la responsabilidad o la independencia. Entre estos valores hay una interrelación que determina fenómenos como el que unos no puedan vivir si no están los otros. No puede haber verdad sin justicia, ni justicia sin libertad, esta a su vez depende de la verdad, como son inseparables en la llama la luz y el calor.

Para el periodista la verdad parece tener la máxima prioridad y así lo revela el hecho de que en los códigos de ética la verdad encabeza la lista de los valores éticos; pero ese omnipresente compromiso del periodista con la verdad no se sostiene si no está apoyado por la independencia, ni tiene razón de ser si no es una respuesta a la sociedad.1

En ese sentido, diversos códigos éticos establecen que para hacer posible la búsqueda de la verdad, toda y todo periodista requieren fortalecer dos valores centrales: la libertad y la independencia.

Esquema 1

Valores centrales del periodismo


Fuente: Elaboración propia.

La libertad es un valor primordial que depende mucho de la búsqueda de la verdad porque no se puede ser libre si no se conoce realmente lo que está pasando a nuestro alrededor. Al respecto, el propio Restrepo señala que:

Se llega a la libertad con el ejercicio de decidir, pero nadie puede decidir si no conoce la materia de su decisión. Por ejemplo: un voto libre es posible si hay un conocimiento de los candidatos y de sus programas. Ese conocimiento es el que permite una decisión inteligente y libre que, a su vez, fortalece la libertad del elector. Están relacionados, por tanto, el conocimiento de la verdad y la libertad (Fundación Gabo, 2017).

Cuando un periodista tiene plena libertad para buscar dicha verdad, su ejercicio también garantiza la libertad de quienes son receptores de su trabajo, pero si no actuamos con libertad y no somos independientes, es muy posible que las personas y la sociedad accedan a información falsa, tergiversada o intencionalmente modificada, lo cual atenta contra la libertad personal y social. Por ejemplo, al tener la oportunidad de cuestionar las acciones del gobierno en una rueda de prensa estamos garantizando el derecho a saber que tienen las y los ciudadanos, pero si no preguntamos, no estamos garantizando la posibilidad de que se pueda conocer totalmente un hecho. Lo mismo pasa cuando no verificamos un dato o no vamos a interpelar directamente a las personas a las que se les alude, pero no se les da voz.

También, es por ello que se requiere ser independiente en el quehacer periodístico. La independencia implica no solo mantener distancia respecto del poder, de cualquier índole, sino también respecto de nuestras concepciones políticoideológicas. Sobre el poder, precisa Restrepo que se requiere mantener distancia porque:

1.Se puede mostrar la independencia, factor indispensable para el cultivo de la credibilidad. La cercanía al poder hace ver al periodista como dependiente y propagandista del poderoso y hace imposible su identificación como servidor de toda la sociedad.

2.La distancia da perspectiva o posibilidad de ejercer la función crítica o la fiscalización del poder y del poderoso, necesaria en toda democracia y propia del periodista como parte de su servicio a la comunidad (Fundación Gabo, 2016).

Cuando no se es o no se logra ser independiente, cualquiera de los poderes a los que uno pueda plegarse terminarán aprovechando nuestra función social para buscar atentar contra la búsqueda de la verdad. Si esto nos llegase a pasar, no solo perderíamos libertad (y, obviamente, independencia), sino también credibilidad, un valor indispensable para el reconocimiento de que nuestro trabajo apunta a la preservación de aquel bien público al que llamamos verdad.

Para un periodista, la credibilidad es un valor que se construye decisión tras decisión. Es algo en lo que no podemos escatimar, ya que no es posible ser creíbles para unos temas y para otros no. Debemos serlo para todo los temas y momentos en que ejerzamos el periodismo, lo cual implica nuestro trabajo realizado dentro de cualquier medio de comunicación, pero también lo que públicamente expresamos en nuestras redes socio-digitales, como Facebook, Twitter o Instagram.

Ahora bien, para mantener nuestra credibilidad se hace necesario alimentar dos valores más: la rigurosidad y la exactitud. El rigor nos mantiene alertas ante posibles malas interpretaciones, pero también en caso de que estas interpretaciones posean más de nuestro pensar y sentir que del hecho social al que se hace referencia. Somos rigurosos cuando verificamos cada dato en nuestro trabajo, pero también cada una de las expresiones que usamos para mostrarlos. Además, mantener esta rigurosidad nos permite mantener el equilibrio y perspectiva en cuanto al tipo de fuentes informativas que empleamos para hacer, por ejemplo, una nota. Esto, sin duda, ayuda a mantener una imparcialidad informativa.

Al cultivar la rigurosidad, la exactitud se hace presente, ya que no solo nos permite responder a las seis máximas del periodismo: qué, quién, cómo, dónde, cuándo, y por qué (las cuales revisaremos con detalle más adelante), sino que también posibilita que todo el trabajo pueda ser verificado por las y los lectores, de tal manera que no habrá duda de su veracidad ni sobre la manera en que elegimos hacerlo.

Ser libres e independientes durante el proceso de búsqueda de la verdad, pero también rigurosos y exactos en su enunciación son valores fundamentales para el buen ejercicio del periodismo, lo cual ustedes sabrán realizar siempre y cuando alimenten estos valores y dan cabida a muchos más que, quizá, ya forman parte de lo que son y desean ser.

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