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El ayuno y el deporte
ОглавлениеRodéate de personas que te inspiren a ser cada vez mejor.
«El hierro se afila con el hierro»
Proverbios 27:17
SSi seguimos con esta línea paleolítica, es fácil entender por dónde pretendo seguir con esta temática, ya que nuestra especie primigenia evolutiva lo primero que hacía cuando se levantaba era salir corriendo en busca de su desayuno y no al revés. Por la genética de los huesos de nuestros eslabones anteriores al Homo Sapiens, sabemos que la musculatura del Cromañón y el Nearthental era excesivamente más grande que nuestra especie. Y la conducta de todos los seres vivos es exactamente la misma, salir corriendo para comer.
La actividad física antiguamente solo estaba encasillada a los eventos de caza, de la guerra, del trabajo, como cargar aquellas enormes piedras y algún ritual religioso que exigía determinadas proezas. No existía el deporte como tal, hasta que los griegos comenzaron a realizar los juegos olímpicos hace 2500 años.
Una de las rutinas que llevo desde hace más de veinte años, es salir a correr por las mañanas unos 10 km. Y algo que había notado cuando me tocaba ir a un hotel, donde estaba el desayuno incluido, era que en esos días cambiaba de hábito aprovechando el desayuno y luego salía a correr y sentía que me faltaba más de la mitad de la energía. Pensaba que era algo particular de mi metabolismo, que no resistía el desayuno para hacer deporte. Así que esos días que tenía el desayuno incluido, me levantaba temprano, salía a correr y luego tomaba el desayuno.
De lo que sí estaba seguro era que había algo que no funcionaba bien por comer y correr. Cuando siempre vemos que luego de una ingesta fuerte, lo que más le apetece a uno es echarse una siesta. Era algo así como incompatible. Sin embargo, siempre teníamos los comecocos publicitarios y médicos, de desayunar como rey para tener energías. Eso conmigo no funcionaba.
Con tantas actividades en distintas partes del mundo, la rutina de salir a correr se fue cortando, hasta prácticamente correr una vez a la semana, siempre de la misma forma, los 10 km. Lo que notaba en correr en ayunas completo, es que el cuerpo parecía que crecía y desarrollaba más de la cuenta.
Así que a los pacientes que me preguntaban si era conveniente o no hacer deporte durante el método Ankshu, siempre les dije que continuaran haciendo lo que estaban haciendo. No que incrementaran el deporte.
En varias oportunidades en Uruguay me tocó atender a uno de los Ironman9, él quería hacer el Método Ankshu para desintoxicar el organismo, obviamente, no era para bajar de peso. Así que comenzamos el tratamiento y, para su sorpresa, fue durante sus mañanas que podía correr 10 km. diarios sin ningún tipo de problemas. Sus sensaciones fueron maravillosas, tanto fue así que, desde entonces, lo repite todos los años con su pareja.
Tenemos que tener en cuenta que durante el ayuno el organismo está en su estado natural de quemar las toxinas y sus excesos de grasas. Forma parte de nuestro horario metabólico y circadiano. Pero cuando un médico nos dice que muchas horas de ayuno está mal, hay que ver cuántas horas de ingestas este paciente tuvo también sin ningún tipo de descanso. El ayuno forma parte de nuestro equilibrio y nuestra compensación al exceso de toxinas que carga.
Si alguno de ustedes quiere hacer esta combinación, tiene que tener en cuenta que lleva un período de adaptación si practicaban absolutamente lo contrario.
Cuando bromeo con que los cavernícolas salían de sus cavernas corriendo en busca del desayuno, tenemos que ser hasta un poco más realistas. El desayuno no estaba en la vuelta de la esquina, tampoco su almuerzo y menos su cena. ¿Acaso no se les ocurre que podrían demorarse días en encontrar comida? Y nuestra genética está preparada para esos planes B de no encontrar la comida en la esquina de la caverna. Si alguno se imaginó que nuestra prehistoria era como la de Los Picapiedras, está muy equivocado.
Y si uno se pone a pensar en aquellos prehistóricos, los que tenían más posibilidades de cazar a la presa, eran los que estaban mejor preparados o, mejor dicho, estaban más hambrientos. Esos hambrientos eran los verdaderos tigres cazadores que estaban más espabilados para cazar a los mamuts o a lo que viniese.
Por lo tanto, si me preguntan si se puede entrenar en ayunas, les digo que sí. Y si cuestionan mi experiencia, les diría que hasta es mejor. Que el cuerpo parecería crecer el doble. Veo mucha gente que entrena todos los días y me paro al lado de ellos, con mi única corrida del fin de semana y no tengo nada que envidiar. Obviamente, que habría que sumar la nutrición y la genética. Pero de esto ya hablaremos más tarde.
Mi consejo es que, si van a cambiar la rutina del ayuno y el deporte, comiencen con el ejercicio moderado. No de alto impacto. Vayan llevando a su cuerpo con cuidado y conciencia, que no es lo mismo que con miedo.
A grandes rasgos les explicaré lo que ocurre cuando hacemos el ayuno en combinación con el deporte. También marcarles que el deporte es mucho mejor por la mañana, aunque, si no se puede, lo mejor es a la hora que se pueda, siempre y cuando se haga.
Lo que está demostrado con el ayuno es que se mantiene el nivel de glucosa estable durante mínimo las dos horas de entrenamiento. El nivel plasmático de los ácidos grasos aumenta después del ejercicio. Se mantienen los niveles basales de la insulina estables. Se ahorran los depósitos de glucógeno por si tenemos que usarlo luego en exigencias más fuertes. Nos recuperamos de manera más fácil.
El problema, si no estamos acostumbrados a ayunar y hacer deporte, es que podemos tener algunos inconvenientes al comienzo. Ya que nuestro cuerpo aprendió a gastar el glucógeno de primera por la comida que teníamos del desayuno. Y al comenzar el deporte en ayunas, sin hacerlo a poca intensidad, nos podría consumir todo el glucógeno y podríamos tener una fuerte bajada de azúcar o hipoglicemia. Si le enseñamos a nuestro a cuerpo que estamos cambiando nuestra rutina de hacer deporte en ayunas. Nuestro cuerpo dejará el glucógeno para el final y de esta manera encontraremos todos los beneficios del deporte y el ayuno combinados.
La reserva del glucógeno en nuestro cuerpo quizás sea uno de los beneficios mejores que tiene esta combinación. Ya que vamos a tener mayor eficiencia en la utilización de nuestra energía. Aumenta la velocidad de síntesis muscular de glucógeno y su almacenamiento. De esta manera, tendremos mayor tolerancia al déficit de glucógeno y la hipoglicemia.