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ОглавлениеLA NUTRICIÓN REVOLUCIONARIA
«METODO ANKSHU1»
El Ego no es más que una construcción meticulosa y ensimismada de un conjunto de miedos que aprisionan al yo, sin darle la opción para que se libere y expanda.
David Berniger
Una de las preguntas que te harás, si no nos conoces o no tienes muchas ganas de leer un nuevo libro, es: ¿por qué tendría que leer este libro? Si estás cansado de leer libros de dietas mágicas, de nuevos descubrimientos que te cambiarán el metabolismo y te darán una figura increíble —la figura deseada que siempre has querido tener y que no terminas de culminar con ninguna de esas propuestas—, pues te digo que esta obra lo que busca es abrirte la mente para que puedas cambiar tu vida de una vez por todas al éxito de la salud, la belleza y la armonía. La salud, la belleza y la armonía en nuestro cuerpo son una zona de vida, a la que muchas veces llegamos en pocos períodos de tiempo —cuando logramos hacer algún tratamiento extra que nos lleva a ese punto—. Pero estar o mantener ese estado por tiempo prolongado es muy complejo si no cambiamos algunos de nuestros puntos de vista. Estar dentro de esa zona nos puede resultar muy difícil muchas veces debido a todas las influencias o informaciones que fuimos absorbiendo desde nuestra infancia, cuando nuestra matriz era delicada e inocente y creía todo lo que se le decía a ciencia cierta, sin cuestionarse absolutamente nada.
Este tipo de manipulaciones, donde hay uno que transmite información y otro que la recibe, es nuestro modelo de aprendizaje. Nos impusieron dioses, religiones, ideologías, idiomas, expresiones, músicas y hasta maneras de pensar. Nos dijeron qué es lo que estaba bien y lo que no estaba bien. Y a partir de esa matriz comenzamos a dibujar el mundo que querían que viéramos para hacerlo propio, creando un sentido común incuestionable. Para entender esto solo necesitamos observar la reacción de un niño de pocos años cuando le explicamos algo y cómo nos cree y asimila esa información. Imaginen qué sucede cuando recibe la información errónea y la pasa a categoría de incuestionable.
Las sociedades tienen, a través de este tipo de manipulaciones, a nuestras inocentes familias como miembros de ellas, con el riesgo de perder la membresía social si no hacemos lo que nos transmitieron. De esta forma, nos esclavizan a un sistema, el de las dietas, que no dejan de ser una consecuencia del consumo desmedido hacia nuestros placeres primarios, como el hambre y la sed.
Es a través de esos dos grandes ítems, el hambre y la sed, que la sociedad busca como vía de placer el control sobre cada uno de los miembros de la sociedad, les promete placer cuando comen y cuando beben, de ahí toda la maquinaria publicitaria que gira en torno a estos dos grandes puntos. Es importante entender que si no nos damos cuenta de ello es porque estamos en el vaso de agua y, obviamente, estamos sometidos a hacer lo que ellos nos dicen. Por eso, cuando un día nos despertamos y vemos que estamos gordos o no nos gustamos, también buscamos respuestas en esa maquinaria publicitaria vendedora de promesas fáciles, para que nos dé los mismos resultados mágicos y que nuestra barriga, que de la noche a la mañana apareció, desaparezca de la misma manera. Pero les recuerdo que esa barriga no apareció de la noche a la mañana, simplemente estamos en un estado de letargo, dormidos o inconscientes, de nuestro instante de vida, lo cual hace que veamos lo que estamos haciendo a través de otros y, sin embargo, no lo que hacemos por nosotros mismos. Comemos en McDonalds, porque «me encanta», y tomamos Coca-Cola, porque «es la chispa de la vida». Muchas veces le prestamos más atención a una hamburguesa o a un menú que al libro de un filósofo antiguo. Buscamos qué beber como si no supiéramos que queremos «agua». Nuestro cuerpo fue diseñado para albergar un 75 % de agua, no de «gaseosa» o cualquier otra bebida. Pero, sin embargo, buscamos siempre sustitutos del agua y de la comida natural que tenemos alrededor, como si lo natural fuera lo peor que existe en la tierra. Por esa razón, o una de ellas, es que estamos como estamos, tan lejos de la tierra y de nuestra salud como las estrellas en el cielo.
Este libro intentará, en primer lugar, que despiertes de ese letargo que nuestra sociedad y sus aliados provocaron con tanta información chatarra, alejándonos de la salud, para ser una sociedad alienada y fácil de esclavizar a su antojo.