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GÉNESIS 38:1-30 La historia de José, interrumpida (38:1-30)
ОглавлениеComo acabamos de decir, justo cuando estamos en vilo deseando saber lo que le pasará a José en Egipto, el relato queda interrumpido por un episodio acerca de la vida de su hermano mayor, Judá. ¿Por qué esta interrupción? Por varias razones. Entre ellas:
1 Porque interrumpir la acción principal en un momento crítico es una buena técnica narrativa: nos mantiene en tensión esperando el desenlace de las aventuras de nuestro héroe.
1 Porque, si bien es cierto que José es el héroe principal de estos capítulos, ya hemos visto que en realidad versan sobre “la genealogía de Jacob” (37:2), es decir, sobre la historia de la familia de Jacob, y, sin duda alguna, el episodio de Judá y Tamar constituyó un hito importante en esa historia.
1 Porque a este episodio le corresponde estar aquí por orden cronológico. Es difícil reconstruir la cronología exacta de estos textos, pero este es el sentido obvio de la primera frase del capítulo: Había ya acontecido en este tiempo. José pasó 13 años como esclavo y prisionero, pues tenía unos 17 cuando sus hermanos lo vendieron (37:2) y 30 cuando compareció ante el faraón (41:46). A estos años tenemos que sumar los siete de abundancia y uno de hambre antes de que los hermanos bajaran a Egipto y José volviera a verlos. En total, han estado separados unos 21 años. En algún momento de este período, transcurre el desenlace de la historia de Judá y Tamar. Digo desenlace, porque es casi imposible que podamos insertar aquí toda la historia: a fin de cuentas, incluye el casamiento de Judá con la hija de Súa; el nacimiento de tres hijos; el crecimiento de dos de ellos (Sela y Onán) hasta ser de edad casadera; los sucesivos matrimonios de Sela y Onán con Tamar; la doble viudez de Tamar; el envío de esta a casa de sus padres durante muchos días (38:12); el episodio de la unión sexual de Judá y su nuera; y el nacimiento de los mellizos. Aun suponiendo que los hijos de Judá se casaran muy jóvenes, sería difícil encajarlo todo durante aquellos 21 años de la estancia de José en Egipto. Probablemente, pues, la frase en este tiempo indica que el episodio de Judá y Tamar ocurrió estando José en casa de Potifar, en cuyo caso tenemos que suponer que el casamiento de Judá ocurrió mucho antes, estando José aún en Canaán. De todas maneras, la cuestión de la cronología no es tan importante para el autor como los factores que siguen.
1 Porque Judá, antepasado de David y del Mesías, iba a tener un papel importante en la historia de José. Ya había intervenido para que los hermanos no lo mataran, sino que lo vendieran a los madianitas (37:26-28). Posteriormente, iba a actuar como fiador ante Jacob por la vida de Benjamín (43:89) y, efectivamente, intercedería por Benjamín ante José con humilde elocuencia (44:18-34) y se ofrecería como esclavo en su lugar. El Judá del capítulo 38 es un hombre sensual, egocéntrico y justiciero, mientras que el del capítulo 44 es compasivo, sensible y altruista. ¿Cómo explicar el cambio? Es posible que su humillación pública tras el escándalo de Tamar le transformara en el hombre amable que se preocupó por su padre y por su hermano menor.48
1 Porque la tribu de Judá iba a adquirir mayorazgo en el pueblo de Israel. De ella iban a proceder los reyes de Judá y, por supuesto, el Mesías, el “león de la tribu de Judá” (Apocalipsis 5:5). El capítulo 38 explica la existencia de tres grandes clanes dentro de la tribu de Judá: Números 26:20: Hijos de Judá por sus familias: de Selá… de Fares… de Zera…
1 Sin embargo, la razón principal por la inserción de la historia de Judá y Tamar en este momento de la narración parece ser la siguiente: sirve como elemento de contraste con la historia de José y la esposa de Potifar en el capítulo 39. Aquí tenemos dos historias de seducciones de hijos de Jacob por parte de mujeres: Judá, por Tamar, y José, por la esposa de Potifar; pero no puede haber mayor diferencia que la que vemos en las circunstancias y los desenlaces de las dos historias. En el capítulo 38, nos encontramos con infidelidad a los pactos humanos, falta de temor a Dios y un claro ejemplo de inmoralidad sexual. En cambio, en el 39, destacan la fidelidad, el temor a Dios y la rectitud. El relato de lo que pasó a José en casa de Potifar es colocado contra el trasfondo del comportamiento de su hermano Judá para que resplandezca con mayor luz la nobleza y la integridad de nuestro héroe.49