Читать книгу La vida de José - David Burt - Страница 36
El nacimiento de Fares y Zara (38:27-30)
ОглавлениеY sucedió que, al llegar el parto, he aquí había mellizos en su vientre. Y al parir salió una mano, y la partera tomó y ató a su mano un hilo escarlata, diciendo: Este salió primero. Pero al retirar su mano, he aquí salió su hermano. Y ella dijo: ¡Qué brecha fue abierta! Por tanto su nombre fue llamado Fares. Y después salió su hermano, el que tenía en su mano el hilo escarlata, y fue llamado su nombre Zara.
El nacimiento de gemelos suele ocurrir en las mismas familias, muchas veces saltando una generación entre gemelos y gemelos. Isaac había engendrado gemelos; Jacob, no; y ahora Judá sí. Pero aquí se repite otra cosa: la confusión en cuanto a cuál de los dos era el mayor. Jacob y Esaú habían luchado entre sí en el vientre de Rebeca; Esaú salió antes que Jacob y fue el primogénito (25:2226), pero Jacob le arrancó la primogenitura (25:29-34). En el caso presente, primero apareció la mano de Zara (“Escarlata”) y la comadrona le ató el hilo escarlata como señal de primogenitura. Pero luego se le adelantó Fares (“Brecha”), el que iba a ser antepasado de David (Rut 4:18) y del Mesías (Mateo 1:3):
Gracias a la providencia divina, el linaje de Judá cumplió los propósitos de Dios, que por necesidad debían bregar con la naturaleza pecaminosa de los seres humanos para redimirla. Hay que escribir en letras muy grandes que Dios salva por gracia, no por méritos.62
Así, nuestro Señor fue producto en la carne de una relación sexual ilícita entre Judá y una supuesta prostituta. Verdaderamente, se dice de él: Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado (2 Corintios 5:21).
El unigénito Hijo de Dios, en su encarnación, no asumía la humanidad de una raza perfecta. Vino a identificarse con la raza caída de Adam, en la que se incluyen tanto los “grandes pecadores”, los más impíos, injustos e inmorales, como aquellos que a ojos humanos lo son menos… Por su asunción de nuestra humanidad, resultó factible la redención de los seres humanos, pues “debía ser en todo semejante a sus hermanos para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere para expiar los pecados del pueblo” (Hebreos 2:17).63