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1. Mi convicción acerca de la extrema importancia de la nutrición
ОглавлениеEsta convicción era ya la de Hipócrates, cuya obra contiene numerosos alegatos a favor de una alimentación sana y en la que llegó a decir: «Que tu alimento sea tu único medicamento». Su mensaje fue olvidado por la mayoría de sus sucesores y, en la actualidad, la dietética desempeña un papel terapéutico insuficiente:
• En primer lugar, porque sus indicaciones se limitan a un número restringido de situaciones.
• En segundo lugar, porque la dietética actual resulta relativamente simplista: reducción de sal en el caso de la hipertensión arterial y la insuficiencia cardiaca, reducción de proteínas en el de la insuficiencia renal crónica, reducción de glúcidos en el de la diabetes, reducción de lípidos en el de la hipercolesterolemia y reducción de calorías en el de la obesidad.
• Finalmente, porque con estas medidas se pretende tratar los síntomas o, dicho de otro modo, las consecuencias de la enfermedad y no las causas. El caso de la enfermedad celíaca, que puede curarse con la supresión del agente causal, el gluten, es una de las excepciones.
Las concepciones actuales de la dietética se basan principalmente en el número de calorías que se consumen, el equilibrio entre glúcidos, lípidos y proteínas, y en un aporte suficiente de vitaminas y de calcio. Algunos precursores, como Menetrier (1958) y Kousmine (1980) señalaron la importancia de los oligoelementos.
Sabemos que los constituyentes de nuestro cuerpo se renuevan progresivamente en el curso de los años, y que las sustancias necesarias para esa renovación se obtienen de los alimentos, de los cuales, por otra parte, nuestras células extraen la energía indispensable para su funcionamiento. Sin embargo, debemos evitar que la alimentación genere excesivos desechos que puedan obstaculizar el desarrollo normal de nuestro metabolismo.
La visión cuantitativa de la nutrición debe sustituirse por una visión cualitativa. Si un vehículo está fabricado para funcionar con gasolina súper, a nadie se le ocurriría llenar el depósito de gasóleo. Puesto que la buena salud de nuestro organismo es más importante que la de nuestro automóvil, me parece primordial determinar cuáles son los alimentos que nos convienen y cuáles los que debemos evitar.