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COMPOSICIÓN DE LA AVENA

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La avena es uno de los cereales más calóricos y más completos que existen.

Composición nutricional y calórica de los copos de avena en gramos por cada 100 g


La avena resulta ideal en los países de clima frío porque un plato de avena cocida (porridge) aporta calor e inyecta energía en abundancia, aunque también actúa como regulador térmico, como una especie de bomba de calor, puesto que, en verano, un plato frío de avena elimina calor del cuerpo.

Proteínas

El aporte proteico de la avena es muy importante. Para comprenderlo bien conviene una pequeña explicación previa.

Las proteínas son moléculas complejas, constituidas por largas cadenas de aminoácidos unidos entre sí. De los veintidós aminoácidos conocidos, nueve forman el grupo de los aminoácidos esenciales. Los aminoácidos esenciales reciben este nombre porque nuestro organismo es incapaz de fabricarlos, lo cual significa que, para estar sanos, debemos ingerirlos cada día en los alimentos que tomamos.

Los aminoácidos esenciales son: lisina, fenilalanina, isoleucina, leucina, treonina, metionina, triptófano, histidina y valina. De estos nueve aminoácidos, todos, excepto la histidina y la valina, están presentes en la avena, aunque la metionina y el triptófano lo están en pequeña cantidad.

La avena es especialmente rica en lisina, un aminoácido necesario durante la etapa de crecimiento. Esto convierte a la avena en el cereal más rico en cuanto a su aporte proteico.

La avena es el cereal con mayor aporte proteico. Existen nueve aminoácidos esenciales para la vida y, de ellos, siete están presentes en la avena.

Hay dos tipos de proteínas, las normales y las llamadas proteínas de alto valor biológico. El valor biológico de una proteína viene determinado por su composición. Cuanto mayor es el número de aminoácidos esenciales que contiene, mayor es su valor biológico.

Puesto que la avena contiene siete de los nueve aminoácidos esenciales, si la comparamos con el trigo, que solo contiene uno, o con la cebada y el centeno, que no contienen ninguno, se hace evidente que la avena es muy superior como fuente de proteínas.

La mayoría de los nutricionistas aceptan hoy que, incluyendo diferentes cereales integrales y de cultivo ecológico en nuestra dieta semanal, podemos disminuir considerablemente el consumo de proteína animal. Pero si, además, combinamos los cereales con legumbres (arroz con lentejas, judías o garbanzos con avena) obtenemos platos altamente nutritivos con un elevado aporte de proteínas de alto valor biológico, muy semejante al que obtenemos comiendo proteína animal. Esta es la razón de que en muchas culturas se consuma como alimento básico un plato que combina legumbres y cereales más o menos aderezados, como el tradicional arroz con lentejas de la cocina hindú. La ventaja de estos platos combinados de legumbres y cereales es que nos ahorran las toxinas procedentes de la carne y los efectos nocivos de esta.

Lípidos

La avena es el cereal que contiene el porcentaje más alto de lípidos en forma de grasa vegetal. Por eso, resulta fundamental para nuestra alimentación.

Contenido en grasas (g/100)


La avena contiene un 65 por ciento de ácidos grasos poliinsaturados y un 35 por ciento de ácido linoleico. En definitiva, 100 g de copos de avena cubren un tercio de nuestras necesidades diarias de ácidos grasos esenciales y, además, no engordan.

Contiene también lecitina, que contribuye a disminuir los niveles de colesterol en sangre y es necesaria para el buen funcionamiento del sistema nervioso.

Hidratos de carbono

La avena contiene un 69 por ciento de hidratos de carbono de absorción lenta y de fácil asimilación. Estos hidratos de carbono nos proporcionan energía durante largo tiempo tras su ingestión, sin caer en la sensación de fatiga y desmayo que se siente cuando se consumen hidratos de carbono de rápida absorción (harinas blancas).

Otro componente de la avena son los betaglucanos, mucílagos solubles en agua que tienen una acción emoliente y curativa sobre las mucosas. De hecho, he podido observar repetidamente que muchos pacientes que presentaban alguna enfermedad de las vías respiratorias altas, cuando siguen la Monodieta de Avena del Dr. Pros, coinciden en que ven aumentar de forma considerable el drenaje de sus mucosidades. Con el tiempo, la observación de cientos de casos como estos me llevó a acuñar un nuevo término médico, que denominé «sinusitis silenciosa», que defino como la acumulación persistente e ignorada —a veces durante años porque sus síntomas pasan fácilmente desapercibidos— de mucosidades en las vías respiratorias altas y que, en mi opinión, está en la base del desarrollo posterior de muchas de las patologías respiratorias y del oído que sufre la población, y que están aumentando de una forma alarmante en los últimos veinte años. Si desea más información sobre el tema, no dude en consultar mi libro ¡Mocos fuera!, que yo mismo he editado.

La gran capacidad de los betaglucanos para absorber agua les confiere, además, una magnífica cualidad como reguladores del tránsito intestinal.

La avena contiene otro grupo de hidratos de carbono de molécula grande formados total o parcialmente por fructosa que son fácilmente descompuestos durante la digestión, liberando moléculas de fructosa. Comparada con la glucosa, la fructosa tiene la ventaja de que es absorbida por nuestro organismo sin necesidad de insulina, por lo que si una persona diabética toma avena, no produce insulina o la produce en poca cantidad, lo que convierte a la avena en una alternativa a la glucosa como proveedor de calorías para los diabéticos. Si es usted diabético, consulte previamente a su médico naturista antes de iniciar un consumo regular de avena.

Vitaminas, minerales y oligoelementos

Afortunadamente, en la actualidad los nutricionistas centran más su atención en la presencia de estos importantes elementos en nuestra comida diaria que en el estricto recuento de las calorías.

La dieta desnaturalizada que prevalece hoy entre los habitantes del mal llamado mundo civilizado, a base de alimentos excesivamente transformados, manipulados, precocinados o directamente artificiales, hace que la mayoría de nosotros andemos muy faltos de vitaminas, minerales y oligoelementos, por lo que el consumo de alimentos frescos, integrales y ecológicos resulta fundamental para equilibrar nuestra dieta diaria.

En particular, la riqueza de la avena en vitaminas del grupo B la hace muy indicada para el tratamiento de las enfermedades nerviosas, pues fortalece los nervios y estabiliza nuestro psiquismo.

Composición nutricional en mg por cada 100 g de copos de avena


La ausencia o disminución de alguno de estos elementos puede causar graves trastornos de salud. Curiosamente, la avena los contiene en mayor concentración que los cereales más consumidos, por lo que es ideal tanto para curar como para prevenir diversos trastornos orgánicos. ¡Compare la siguiente tabla!

Contenido comparado en vitaminas, minerales y oligoelementos (g/100)


Silicio

Vamos a hacer una mención especial al silicio, un elemento que la avena contiene en abundancia, hasta 595 mg por cada 100 g de avena, una cifra muy elevada si pensamos que 100 g de trigo tan solo contienen 160 mg de silicio o que un litro de cerveza contiene solo 30 mg.

Contenido comparado en silicio de diversos alimentos (m/100 g)


En el cuerpo humano hay una media de 7 g de silicio orgánico. Esta concentración es incluso más alta que la de otros elementos esenciales, como el hierro o el cobre. Nuestras necesidades diarias de silicio oscilan entre 15 y 35 mg. Además del silicio circulante en la sangre (5 mg/l), este elemento también se encuentra en nuestro organismo bajo una forma ligada a los tejidos. Está presente en la piel, el timo, las paredes vasculares, las glándulas suprarrenales, el hígado, el bazo y, sobre todo, el páncreas. Y, por último, también se encuentra, en cantidades escasas pero con una función fisiológica todavía mayor, en el tejido conjuntivo, sobre todo de los huesos y cartílagos.

El silicio desempeña un papel muy destacado en el tratamiento y la prevención de las afecciones osteoarticulares y es un elemento indispensable para asimilar el calcio y crear nuevas células óseas, porque interviene en el proceso de remineralización ósea.

El déficit de silicio se asocia a alteraciones óseas (osteoporosis), de los cartílagos y también de las arterias.

En resumen, podríamos decir que el silicio es el mineral más importante de nuestro cuerpo, donde actúa como una especie de superconductor, igual que en el mundo de la informática en que forma parte del «plasma» de las pantallas de televisión y de muchos otros componentes de los ordenadores.

No es de extrañar que mi paciente, la señora Eugenia G. (vea su historia en el capítulo «Hablan mis pacientes»), que sufría una condropatía rotuliana susceptible de cirugía, consiguiera evitar la operación tras someterse únicamente a una sencilla Monodieta de Avena.

Su caso confirma plenamente el papel de la avena como agente antiinflamatorio y remineralizante de primer orden. Pero no solo eso: artritis, artrosis, osteoporosis e incluso las temidas fracturas de huesos en la tercera edad pueden mejorar enormemente con una dieta rica en avena.

El silicio protege y proporciona elasticidad a las arterias y venas

Además, el silicio está íntimamente relacionado con la salud del aparato cardiovascular, ya que protege la pared interna de las arterias, venas y capilares, y les proporciona elasticidad, una cualidad fundamental para el buen funcionamiento de la red circulatoria.

Tomar avena reduce el riesgo cardiovascular. Se realizó un seguimiento a 43 adultos con sobrepeso durante ocho semanas para determinar cómo afectaba la dieta a su peso, presión sanguínea y niveles de colesterol.

Todos los voluntarios, a partir de la tercera semana, siguieron una dieta baja en calorías, un grupo con avena y el otro grupo sin avena. Los dos grupos perdieron cantidades de peso similares, pero los que se alimentaron con avena experimentaron una disminución de la presión sistólica de, aproximadamente, unos 6 mmHg respecto al grupo control. Esta dieta también producía una disminución significativa del colesterol total.

Saltzman y colaboradores1 concluyeron que seguir una dieta hipocalórica que contenga avena durante seis semanas proporciona mejores resultados sobre la presión sanguínea sistólica y sobre el perfil lipídico del paciente que una dieta hipocalórica que no contenga avena.

De hecho, en personas afectadas por arteriosclerosis se constata una disminución de la cantidad de silicio presente en las paredes arteriales. Puedo asegurar que, en toda mi práctica médica, entre los pacientes que han incorporado la avena a su dieta de forma regular apenas se dan casos de anginas de pecho ni de infartos de miocardio.

El silicio resulta fundamental para la integridad del tejido conjuntivo, puesto que es indispensable para la formación de las fibras de colágeno y elastina que lo constituyen. Este mineral disminuye en nuestro organismo con la edad, de ahí que el envejecimiento de la piel —la aparición de las temidas arrugas— tenga mucho que ver con la presencia o la ausencia de silicio en nuestro cuerpo. Además, nuestra piel es un órgano particularmente rico en silicio, que contribuye a una rápida y mejor cicatrización de la piel.

El silicio ayuda a prevenir lesiones osteoarticulares, acelera la recuperación de los deportistas e interviene en las reacciones químicas que genera el metabolismo celular, estimulando los mecanismos de renovación de los tejidos. La experiencia me ha demostrado que es así, puesto que muchos de los pacientes que han seguido mi Monodieta de Avena durante un período largo, o aquellos que han incorporado la avena a sus hábitos dietéticos de forma regular, relatan una y otra vez que su aspecto físico mejora notablemente. Además, el silicio elimina la sensibilidad dental y evita el desarrollo de las caries.

La avena mejora notablemente el aspecto físico

Y, por último, se ha demostrado también que la presencia de sílice junto con las avenantramidas, impiden la formación de radicales libres: frenan, en consecuencia, el proceso de envejecimiento, reducen el riesgo de padecer Alzheimer y estimulan el buen funcionamiento del sistema inmunológico.

EL SILICIO INTERVIENE EN LOS SIGUIENTES ASPECTOS

• Intercambio celular.

• Construcción celular.

• Frena el envejecimiento, es antioxidante.

• Mejora la estructura y la función del tejido conjuntivo.

• Elasticidad vascular.

• Modula la inflamación.

• Estimula el sistema inmunológico.

OTRAS FUNCIONES

• Previene la arteriosclerosis y mejora sus consecuencias.

• Aparato respiratorio: contribuye a drenar la mucosidad.

• Mejora la reabsorción de la linfa en las llamadas «piernas linfáticas».

• Mejora los problemas digestivos.

• Mejora los problemas de piel, uñas y cabello (sobre todo en el sexo femenino).

Cómo cura la avena

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