Читать книгу El camino es nuestro - Elena Fortún - Страница 25

Оглавление

¿POR QUÉ? [II]

¿Qué es el sueño? ¿Qué es esa momentánea paralización de la vida, que así abate y entorpece a todos los seres vivos? ¿Será que el espíritu, cansado de vivir tantas horas encerrado en la cárcel de la materia, se aleja de ella?

El corazón late más despacio, la respiración se hace más lenta y profunda. Nada falta al que duerme que no tenga cuando está despierto, y, sin embargo, es como si le faltara todo, porque nada hay más parecido a la muerte que el sueño.

¿Qué cosa misteriosa y divina abandona al cuerpo, dejándole dormido? El pobre cerebro, sin brújula, juega como niño abandonado, con los recuerdos y las esperanzas, mezclando sucesos pasados, personas desaparecidas, lugares visitados en otro tiempo, con animales que hablan y fantasías extravagantes que no logran asombrarnos.

Pero hay un momento, entre el sueño y la vigilia, cuando paso a paso se acerca a nosotros el alma que nos abandonó al dormirnos y aún no hemos salido del entorpecimiento del sueño, en que este se hace clarividente y sabio. Este es el instante preciso de las grandes revelaciones.

En el libro de E. Bozzano Des phénomènes prémonitoires, se cuenta este caso perfectamente comprobado.

Tres meses antes de la batalla de Borodinó, la condesa Toutschkoff, esposa del general del mismo nombre, soñó que estando ella en una fonda de una ciudad desconocida entraba su padre llevando de la mano al único hijo de la dama, y decía a esta tristemente: «Acabó tu felicidad. Tu marido ha muerto en Borodinó». Tres veces tuvo el mismo sueño, y sintiéndose terriblemente angustiada llamó a su marido para preguntarle dónde estaba Borodinó. No lo sabía y buscaron ese nombre en el mapa, sin encontrarle.

Pasados tres meses y declarada la guerra, los sucesos ocurrieron exactamente como en el sueño. El general murió a orillas del río Borodinó, que da su nombre a una aldea, y el padre de la condesa se presentó una mañana en el cuarto de su hija con el niño ya huérfano para decirle: «Tu marido ha muerto en Borodinó».

De cada veinte personas, hay por lo menos cinco que han visto realizado un sueño; pero aunque sólo una hubiera recibido esta revelación, sería bastante para no poderlo negar.

Tal vez el alma, que vuelve a nosotros saturada del eterno conocimiento, ha reflejado, como en un espejo, los sucesos que están por venir pero que en un lugar del espacio existen ya inmóviles e inalterables como el destino.

¿Por qué el espíritu, que todo lo sabe, vive en nosotros silencioso y meditabundo? ¿Es la alegría de volvernos a ver, después de muchas horas de abandono, lo que le hace dejarnos vislumbrar el misterio?

La Moda Práctica, 5 de julio de 1927

El camino es nuestro

Подняться наверх