Читать книгу Un Helado Para Henry - Emanuele Cerquiglini - Страница 13
âCAPÃTULO 2
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Tan puntual como siempre, Jim dejó a su hijo en la entrada del colegio y esperó un poco para ver a esa multitud de niños entre cinco y once años entrar dentro del gran edificio escolar riendo, hablando y gritando, y que, entre todos, emitÃan un zumbido delicado y alegre que sabÃa a vida. Le gustaba aquel eco, le recordaba a su infancia y, sobre todo, le ponÃa de buen humor. Y ahà estaba Jim Lewis, como hipnotizado; escondido entre los demás padres para observar a las mamás de los otros niños hablar entre ellas e imaginaba que entre ellas se encontraba su mujer; imaginaba lo bonito que serÃa estar allà en compañÃa de su mujer Bet e intercambiar dos palabras con los otros padres antes de ir al trabajo.
Esa era una de las tantas experiencias que la vida, después de la prematura muerte de la mujer, le habÃa negado por culpa de un destino burlón. Un destino que Jim, a pesar de todos estos años, no habÃa aceptado del todo.