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1. CONCEPTO DE VALORACIÓN

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− Defina qué es la valoración de intangibles.

− Determine el marco jurídico aplicable a la valoración de intangibles, haciendo especial hincapié en las normas aplicables en su jurisdicción.

− Desarrolle los motivos por los que valorar intangibles haciendo especial referencia a ejemplos locales y a motivos que puedan tener especial relevancia en su país. (Ejemplo: contabilización del valor de los activos inmateriales de la empresa; aportación de activos a una sociedad; licenciamiento de activos; constitución de hipotecas mobiliarias sobre los activos; otras operaciones)

− Describa un proceso de due diligence y su impacto en la valoración de activos, con especial referencia a cualquier requisito legal vigente en su jurisdicción.

Si bien no son los únicos activos intangibles que pueden existir, cuando hablamos de Valoración de Activos Intangibles habitualmente nos referimos a Marcas y/o Patentes y/o sus correspondientes Licencias de Uso. Ahora bien, ¿cuál debería ser la valoración adecuada de dichos activos?

Por un lado, podemos contar con un valor contable de los activos intangibles, que estará determinado en cada país por las normas contables aplicables. En Argentina, la Resolución Técnica N.º 17, emitida por la Federación Argentina de Consejos Profesionales en Ciencias Económicas (F.A.C.P.C.E.) es la norma vigente, aunque la definición de Activos Intangibles se encuentra en la Resolución Técnica N.º 9 y justamente prevé que “expresan un valor cuya existencia depende de la posibilidad futura de producir ingresos”. Un requisito que exige la normativa internacional contable para considerar a un activo como intangible es que el mismo se “identificable”; esta condición excluiría de la definición a la llave del negocio o “goodwill”. Sin profundizar demasiado, podríamos concluir que desde el punto de vista de las normas contables de valoración aplicables, el valor contable de los activos intangibles depende de los costos o gastos incurridos para adquirir o generar dicho activo, neto de las amortizaciones acumuladas, de corresponder.

Sin embargo, una gran proporción de empresas no ha contabilizado sus activos intangibles. En efecto, en mi experiencia, únicamente las empresas que adquieren un activo intangible o bien aquellas que elaboran un plan ad hoc para desarrollarlo activan los costos y gastos correspondientes. Por el contrario, la gran mayoría de las empresas que van desarrollando una marca paulatinamente con el transcurso del tiempo, o bien que registran una patente u otro intangible que surgió como fruto del trabajo cotidiano, no tienen contabilizado activo intangible alguno.

Eso no significa que ese intangible no tenga un valor. El activo puede igualmente tener valor y, de hecho, dicho valor será el más relevante desde la perspectiva de negocios. Nos referimos al valor de mercado del activo intangible.

Este valor de mercado podría diferir del valor contable y, en la amplia mayoría de los casos, efectivamente son bien diferentes.

Cuando pensamos en el valor de mercado, el primer aspecto a tener en cuenta es que la valoración de tales activos tendrá que ver con la capacidad de generar flujos de fondos futuros que tenga dicho intangible. Si hablamos de futuro, siendo éste incierto, necesariamente debemos concluir que el valor resultante será subjetivo; es decir, no existe un valor objetivo e indiscutible para ningún activo intangible. Esta condición de subjetividad también aplica a la valoración de empresas y de otros activos cuyos flujos futuros sean inciertos. Sin embargo, ello no significa que no se pueda realizar una adecuada valoración de los activos intangibles, que resulte no sólo razonable, sino también defendible. Para ello, las premisas consideradas respecto al futuro y los flujos de fondos que podrán generarse serán decisivas. Cuanto más realistas y razonables sean las premisas, más lo será la valoración.

Un segundo aspecto importante reside en que el valor debe surgir de una posibilidad concreta que otorgue el activo intangible para obtener un beneficio mensurable y no simplemente por la mera posesión o propiedad de ese activo. Es decir, para que ese activo tenga un valor, dicho intangible debe ser necesario para poder producir y/o comercializar un producto o servicio de una manera diferente a quien no posee tal activo. Alternativamente, ese activo debería ser licenciable a favor de un tercero y producir una utilidad a sus propietarios. O bien, finalmente, ese intangible debería poder venderse a un tercero obteniendo una ganancia. Clarificando más aún este concepto: si un individuo o empresa es el propietario de una marca líder o una patente utilizada exclusivamente para un producto o servicio que fue muy importante pero ya no es requerido en el mercado, ese intangible no tendrá valor o, al menos, no tendrá un valor importante como en su época de apogeo. Por ejemplo, difícilmente puede tener un valor importante en la actualidad una marca líder de máquinas de escribir o reproductores VHS, que no ha sido empleada para otros productos o servicios.

En tercer lugar, otro aspecto relevante es que el valor de un intangible puede ser diferente para diferentes individuos o empresas. Esto ocurre tanto en la industria de la moda como en otras. Ello justamente tiene que ver varias de las cuestiones mencionadas previamente: por un lado, la subjetividad e incertidumbre sobre las previsiones para el futuro, en tanto que dos o más empresas pueden tener visiones más o menos optimistas; por otro lado, un mismo activo puede permitir generar diferentes flujos de fondos a diferentes personas. Por ejemplo, una reconocida marca de ropa, tiene mucho más valor para un grupo empresario con amplia trayectoria en la actividad, presencia en el mercado, una amplia red de comercialización, etc., que para mí, que no tengo experiencia de negocios en el mundo de la indumentaria y, por lo tanto, tendré mucho menos recursos para poner en práctica una gestión igualmente exitosa para desarrollar y hacer crecer tal marca, maximizando beneficios.

Finalmente, otro aspecto a considerar, reside en que el valor de los activos intangibles forma parte del valor de la empresa y no es algo diferente o adicional. Históricamente, muchos propietarios y ejecutivos, al terminar la valoración de una compañía, me dicen: “Éste es el valor de la compañía. Ahora bien, ¿cuánto debemos sumarle por la marca?”. La respuesta es clara: no hay que sumar nada. Si bien se puede estimar el valor de una marca y otros intangibles y contamos con métodos para ello, es importante aclarar que el valor de cualquier activo intangible, también el de los tangibles, forma parte del valor compañía. El valor compañía refleja el posicionamiento de la empresa para poder desarrollarse en el mercado y ello incluye todos sus activos, tangibles e intangibles. Para simplificarlo y hacerlo claro: si la empresa no tuviera dicho activo, no podría lograr vender el volumen que vende, o debería vender a otro precio, o competir con otras empresas, etc.; todos estos son aspectos que alterarían su modelo de negocios y también su rentabilidad.

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