Читать книгу Pinceladas del amor divino - Erna Alvarado Poblete - Страница 8
3 de enero Acuéstate con un sueño y despierta sin sueño
Оглавление“Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza” (Jer. 29:11).
Hay quienes piensan que los sueños son solo quimeras, que nos elevan del suelo por un instante y lo único que consiguen es apartarnos de la realidad. Otros creen que los grandes logros de la vi da comienzan con un sueño que, con empeño y tenacidad, vamos labrando hasta que se hace realidad. Yo estoy convencida de que Dios nos creó para que alcancemos grandes metas. Creo que, por haber sido hechas a la semejanza del Señor, nuestras posibilidades de crecimiento van incluso más allá de nuestra capacidad de soñar.
El Señor dice, en el Evangelio de Juan, capítulo 14, versículo 12: “El que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes”. Si basamos nuestro quehacer diario en esta promesa, podemos tener la garantía de que nuestros sueños se podrán ver convertidos en hermosas realidades.
Un año está iniciando y, para nosotras, es tiempo de renovar propósitos y concretar sueños. Lo único que a veces nos falta es poner en el comienzo y el final de ellos a Dios. Es tiempo de soñar con Dios y para Dios. Ahora te hago una pregunta: Tus sueños de mujer, ¿le gustan al Señor? Si es así, emociónate entonces, cumpliendo con lo que te toca hacer en tu ámbito; sé tenaz y desarrolla estrategias realistas para avanzar hacia lo que anhelas, puesto que sabes que tiene la aprobación del Cielo. Para alcanzar esos sueños hay que estar despierta, alerta y centrada.
Muchas de nosotras invertimos parte de nuestra vida en hacer realidad los sueños de otros, descuidando así los propios, tal vez porque nos sentimos incapaces de llevarlos a cabo. Pero esa incapacidad no es real. Aleja de ti a tus enemigos: la pereza, la negligencia, el desánimo, la falta de fe, las palabras de quienes te dicen que nunca lo lograrás... No postergues los planes de Dios para tu vida.
Si no has comenzado aún a perseguir esos sueños, este es el momento. Ya seas madre, esposa, abuela, hermana, tía, hija... Te muevas en tu casa, en la oficina, la universidad, la empresa... Estés casada, soltera, viuda o divorciada... No hay límites para tu desarrollo, si Cristo es tu compañero de viaje cada minuto, hora, día, semana y mes del nuevo año. El camino está trazado por aquel que cumplió en ti su mejor sueño: salvarte.