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1.1.1 APORTACIONES DE HENRY FAYOL

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Henry Fayol, un hombre eminentemente práctico, fue el precursor de la Teoría de la Administración Moderna31 y encontró que todas las actividades de una institución podían ser divididas en seis categorías:

1 Técnicas: producir o fabricar productos mediante la infraestructura y los conocimientos adecuados.

2 Comerciales: compra de materias primas y venta de productos.

3 Financieras: adquisición y uso de los capitales necesarios.

4 Seguridad: protección de los empleados y la propiedad.

5 Contables: registro y análisis de costos, utilidades, balances, estadísticas y archivos.

6 Administrativas: planear, organizar, dirigir y controlar.32

Según Fayol, el atributo más importante que debía poseer el trabajador es la habilidad técnica para realizar una determinada función correctamente. También decía que en la medida que el trabajador asciende en la jerarquía de la institución, es mayor su habilidad de dirección. Estaba convencido también de que las habilidades de dirección podían ser adquiridas mediante la educación, aunada a una experiencia práctica.33

Otro de los aspectos que Fayol consideró importantes fueron las cualidades que debía reunir una persona para ser director. Entre éstas se encuentran:

 Físicas: salud, vigor, destreza.

 Mentales: capacidad para entender y aprender, juicio, vigor mental y adaptabilidad.

 Morales: energía, firmeza, buena voluntad para asumir responsabilidades, iniciativa, tacto, lealtad y dignidad.

 Educativas: conocimientos adquiridos, cultura, saber histórico y experiencia.34

Fayol identificó catorce principios de la administración y sostenía que pueden ser flexibles, que no son únicos y que deben ser utilizables independientemente de que las condiciones sean especiales o cambiantes.35 Dichos principios pueden resumirse de la siguiente manera:

1 División del trabajo: las personas deben especializarse según sus habilidades innatas para desempeñar con mayor eficiencia su oficio. La división implica segmentar las actividades con características similares en grupos efectivos de trabajo. Así, existirá un mejor control de cada persona por el hecho de que sus tareas serán más limitadas. En una biblioteca, señala Evans, la división puede ser por tipo de servicio o colección.36

2 Autoridad: es el derecho de mandar que debe de estar paralelo a la responsabilidad. El liderazgo, uno de los paradigmas representativos de las instituciones modernas, tiene que ser una característica inherente a este principio, tema imprescindible que se tratará más adelante.

3 Disciplina: la gente debe asumir una conducta laboral acorde al conjunto de reglas y políticas de la institución, así como a los convenios sobre derechos y obligaciones.

4 Unidad de mando: las órdenes deben provenir de un solo supervisor, pues se entiende que si se viola este principio se puede crear confusión en el trabajo y otros factores que retrasan el cumplimiento de los objetivos establecidos.

5 Unidad de dirección: las operaciones y los planes tienen que ser dirigidos por una sola persona. Aunque los nuevos paradigmas apuestan por la dirección en línea;37 es decir, trabajar en equipo bajo los mismos objetivos, visión y misión institucional.

6 Subordinación de los intereses individuales a los generales: Siempre predominan las decisiones en grupo sobre las individuales, aunque se considera que es responsabilidad de la dirección mantener un equilibrio entre las necesidades globales y particulares.

7 Remuneración: el pago debe ser justo y adecuado, de tal forma que satisfaga ambas partes (trabajadores y patrones). La institución, al tener reguladas las normas de contratación y ascensos, debería otorgar los pagos con base en las tareas y responsabilidades. No obstante, los nuevos paradigmas están fundamentados en remuneraciones e incentivos con base a las competencias y los rendimientos de las personas, así como en su capacidad para la solución de problemas. De igual forma, crece el interés por las partes empleadoras en justificar y recuperar las inversiones en salarios mediante estudios de costo-beneficio.38

8 Centralización: Fayol sostenía que es conveniente la concentración de autoridad para lograr un control general. Tanto la formulación de las políticas como la generación de reglas básicas son procedimientos que deberían estar centralizados. Afirmaba que se pueden tomar decisiones en niveles más bajos, pero siempre dentro del marco establecido por la autoridad central.39 Sin embargo, este modelo está quedando obsoleto, pues ahora se habla de la descentralización o flexibilidad para lograr decisiones más efectivas, entre otros factores.40 Dicho punto se bordará con mayor detalle en el siguiente apartado.

9 Jerarquía de autoridad: se refiere a los flujos de autoridad, las responsabilidades y los cargos de la institución. Los modelos tradicionales ejercen la autoridad de arriba hacia abajo; no obstante, en la actualidad se gestiona en forma horizontal para lograr la participación de todos: clientes o usuarios, trabajadores y directivos.

10 Orden: la relación entre unidades o departamentos debe establecerse de manera lógica y racional, bajo un esquema sistemático. Por ejemplo, en el caso de las bibliotecas, el modelo tradicional de ordenar las áreas de selección y adquisición, procesos técnicos y servicios a usuarios ha funcionado por muchos años para solucionar necesidades de información y flujos de trabajo.

11 Equidad: Fayol escribió este principio once años antes de que Elton Mayo realizara sus investigaciones sobre relaciones humanas.41 La igualdad y la justicia, a lo que precisamente se refiere este punto, son valores imprescindibles en todas las instituciones.

12 Estabilidad en los cargos: Fayol decía que si se logra la permanencia de las actividades, funcionará eficientemente el trabajo. Esto puede operar en algunos sitios o puestos, pues evidentemente resultará bastante caro para la institución la inestabilidad de su gente. Pero si se cuenta con programas efectivos de desarrollo de carreras, de formación continua y rotación de puestos como lo hacen varias instituciones, se tendrán resultados benéficos. Consideremos también que actualmente una gran proporción de la fuerza laboral está compuesta por trabajos temporales que mantienen los costos a niveles mínimos para los empleadores, nuevo paradigma que rompe con este principio.42

13 Iniciativa: Se debe estimular la creatividad en todos los niveles, pues proponer ideas para mejorar continuamente es sin lugar a dudas algo vigente. Así, en un mundo cambiante, las bibliotecas y otras instituciones, habrán de trabajar en estimular la creatividad e innovación en productos, servicios, métodos, procesos, equipos y tecnologías, en la estructura organizacional y los cargos, y sobre todo, en el comportamiento y actitud de las personas.

14 Espíritu de grupo: Fayol pensaba que toda organización sobrevive con éxito cuando prevalece entre el grupo un sentido de unidad, y que en épocas de crisis las personas deben encarar sus problemas como un equipo.43 Un principio acertado sin objeción alguna, que también se tratará más adelante.

Como podemos apreciar, las ideas de Fayol se encuentran incluidas en todas las funciones de la administración o dirección, la cual está considerada como el arte de coordinar esfuerzos para lograr los objetivos planteados de una organización con la ayuda de los recursos humanos, materiales, tecnológicos y económicos, así como un adecuado desempeño del proceso administrativo, que consiste en planear, coordinar, dirigir y controlar. Dicho proceso, también concebido por Fayol, es la base de todo sistema de dirección.44

Al respecto, se puede afirmar que la dirección de los recursos humanos ha integrado estos principios y procesos y, a su vez, ha ido cambiando con el tiempo para responder a los retos permanentes que plantean las sociedades contemporáneas. Es decir, son los cambios que se han producido en el entorno en el que se encuentran inmersas las instituciones los que han ido exigiendo sistemas cada vez más avanzados y la dirección de personal no ha sido la excepción. Todo esto se traduce en la aparición de distintos planteamientos sobre cómo dirigir instituciones en general y sus recursos humanos en particular.

Por su parte, las bibliotecas han evolucionado en su forma de dirigir recursos humanos casi paralelamente al desarrollo o evolución del pensamiento administrativo, y han logrado incorporar algunas técnicas para mejorar su operación. A pesar de esto, ahora, en plena era de la información y del conocimiento, se requiere agilidad, movilidad, innovación y adaptaciones a los cambios necesarios para aprovechar las oportunidades y enfrentar los nuevos retos. En este sentido, Kiernan nos recuerda que todas las instituciones entraron en un período de permanente volatilidad y turbulencia sin precedentes, debido al impacto de las mega tendencias45 globales que están rompiendo viejos paradigmas.46

Dirección de recursos humanos en bibliotecas y otras instituciones

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