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2. Filóstrato y el círculo de Julia Domna

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Es en esta época, pues, cuando ve la luz Filóstrato, un autor cuya investigación se ha visto desde el primer momento dificultada por la identidad de nombres de varios Filóstratos de la misma familia, así como por la escasez de nuestras fuentes y los errores que en ellas advertimos.

El testimonio más importante sobre los Filóstratos es un artículo en el Suda , léxico-enciclopedia del siglo X , que distingue tres autores del mismo nombre: uno, de Lemnos, hijo de Varo y padre del segundo, activo en época de Nerón, y autor, entre otras obras, de un Gimnástico y de un Nerón . El segundo, un sofista que floreció en la época de Septimio Severo, en cuya producción se incluyen las siguientes obras: Cartas, Biografías de los Sofistas, Vida de Apolonio de Tiana, Heroico y Cuadros . El tercero, un hijo de Nerviano, sobrino del segundo citado y autor de otros Cuadros . La imposibilidad de que un contemporáneo de Nerón sea padre de un contemporáneo de Severo, a más de que el segundo citado es en realidad el primero cronológicamente, son dos de los múltiples errores de esta fuente, errores que han viciado y complicado la investigación posterior.

Junto a este testimonio, disponemos de una mención en el Códice Vaticano , en un epítome de las Biografías de los Sofistas (recogido en la edición de Kayser de esta obra, pág. XXVIII), que identifica al autor de estas biografías con el de la Vida de Apolonio y las Cartas , y, por último, contamos asimismo con un pasaje de un rétor del siglo III a. C. llamado Menandro 8 , que afirma que el autor de los Cuadros es el mismo que el del Heroico .

Aún podemos añadir dos datos de las propias obras: el primero, es que el autor de las Biografías de los Sofistas se menciona a sí mismo como autor de la Vida de Apolonio , el segundo es que en las mismas biografías se alude a otro Filóstrato, también Lemnio, en términos amigables 9 .

El panorama no es mucho menos confuso en la investigación reciente. No sólo se discute la atribución de cada obra a uno u otro de estos tres autores, sino que incluso se discute el número de Filóstratos que, según los estudiosos, oscila de dos a cinco. No es este el lugar de ocuparnos de nuevo en tan espinosa cuestión, que, por otra parte, dista de estar resuelta definitivamente 10 .

El autor de la Vida de Apolonio , que es el que aquí nos interesa, debió nacer entre el 160 y 170 en Lemnos, ciudad a la que cita, a propósito de los sátiros, en esta obra 11 , y fue probablemente hijo de sofista, dado que tal actividad se transmitía frecuentemente en esta época de padres a hijos. Entre sus maestros se citan dos discípulos del famoso Herodes Ático: Proclo de Naucratis e Hipódromo de Larisa, a más de otros renombrados rétores, como Demiano de Éfeso y Antípatro de Hierápólis. Este último fue educador de los hijos de Septimio Severo, Geta y Caracalla, y probablemente el introductor de Filóstrato en el círculo de la esposa de Septimio, la siria Julia Domna, en cuyos trabajos debió colaborar desde comienzos del siglo III . Precisamente la redacción de la Vida de Apolonio se debe a un encargo de la emperatriz, pero, dado que Filóstrato no le dedicó la obra, parece que hemos de aceptar que esta biografía vio la luz poco después del 217, el año en el que la emperatriz puso fin a su vida.

Sobre este círculo de filósofos, científicos y sofistas, reunido en torno a Julia Domna, se ha fantaseado mucho. Se ha llegado incluso a parangonarlo con los mecenazgos del Renacimiento italiano y a dibujar un fantástico retrato de la emperatriz como una mezcla de Catalina de Médicis, Cristina de Suecia y Mesalina. De otro lado, y sin la menor razón, se incluía en el círculo a todos los autores más conocidos de la época.

En un pulcro trabajo Bowersock 12 ha vuelto las aguas a su debido cauce. En realidad es muy poco lo que sabemos de cierto sobre el círculo. Desde luego, existió, y el propio Filóstrato lo define como tal círculo (kýklos ) en la Vida de Apolonio 13 , mientras que en otro lugar, al mencionar a un tal Filisco, un sofista de Tesalia, nos dice que estaba unido a «los geómetras y filósofos que rodean a Julia» 14 . Por su parte Dión Casio 15 nos aclara que la emperatriz se había dedicado a diversiones intelectuales por la enemistad del poderoso prefecto de la guardia Fulvio Plauciano, que la excluía de las políticas. Si esto es así, el círculo se configuraría en los últimos años del siglo II . En cuanto a una carta que nos ha llegado, dirigida por Filóstrato a Julia Domna 16 , no puede servirnos de testimonio válido dado que con toda probabilidad es espuria. En todo caso, no parece que el círculo contara con figuras de gran importancia, ya que las personalidades más relevantes de la época tendían a aproximarse a las esferas de poder, de las que Julia había quedado, mal de su grado, al margen.

En cuanto a los intereses y aspiraciones del círculo, la propia Vida de Apolonio es especialmente apta para ejemplificarlos. Parece que Julia Domna trató de convertir a Apolonio en el prototipo de la fusión entre religión y filosofía que se opera en su época, y que le interesaba especialmente destacar en él su elevación de sentimientos, la pureza de su vida y su piedad hacia lo divino.

A la muerte de Julia Domna y, naturalmente, ya fuera del círculo, escribe Filóstrato sus Biografías de los Sofistas , verdadero programa de la Segunda Sofística, dedicado a Antonio Gordiano, cónsul de África. Asimismo se le atribuyen el Heroico , diálogo acerca del culto de los Héroes, unas Cartas , predominantemente amorosas, especie de poemas líricos en prosa, un Gimnástico , estudio de las competiciones gimnásticas y tipos de deportes, y unos Cuadros , descripciones de los cuadros de una colección de Nápoles. Es quizá también autor de un diálogo, el Nerón , equivocadamente introducido en el grupo de los de Luciano, y que presenta muchos puntos de contacto con las referencias a Nerón que abundan en la Vida de Apolonio .

El interés de Filóstrato abarca, como vemos, prácticamente todas las formas literarias de la época, a excepción de la novela: el diálogo, la biografía, la narración, la ékphrasis , etc., y en cuanto a la temática, se interesa por la filosofía, la moral, la religión, el arte y la temática erótica, así como por la descripción de objetos o lugares exóticos. A partir de una formación semejante a la de Luciano y Alcifrón, se asemeja mucho literariamente al autor de Samósata, si bien carece de su sentido dramático y de su inclinación a la sátira. Sobre una base retórica, crea una literatura absolutamente contraria a lo que hoy llamamos «comprometida», en la que brillan por su ausencia los problemas referentes a la sociedad de su tiempo: algo que podríamos denominar «literatura por la literatura», configurada con la mayor libertad y fantasía y un escaso escrúpulo por la verdad histórica. Su prosa, influida por el aticismo, no se deja, sin embargo, encorsetar en un excesivo artificio, sino que posee, pese a una cierta inclinación al preciosismo, una evidente frescura que, en ocasiones, plantea no pocas dificultades para su traducción 17 .

Este es, pues, a grandes rasgos, el autor de la Vida de Apolonio , pero ¿quién fue este Apolonio, que mereció la atención de los círculos cercanos a la corte imperial de Roma, como para consagrarle una biografía tan extensa como ésta?

Vida de Apolonio de Tiana

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