Читать книгу El arte de la composición Enriquece tu mirada fotográfica - Fran Nieto - Страница 22
La Gestalt
ОглавлениеUna buena parte de nuestro conocimiento actual sobre la percepción humana y como interacciona con el significado visual que le otorgamos se lo debemos a la psicología de la Gestalt, que surgió en Europa en el primer tercio del siglo XX. Desarrolló ingeniosos experimentos para comprobar la manera en que se materializa el fenómeno de la percepción. Demostraron que el principio básico de la organización perceptual es que el todo supera a la suma de las partes. Las personas no percibimos simplemente energía del ambiente a través de nuestros órganos sensitivos (ondas de luz y sonido, presión, sabores…). Nuestro cerebro participa en el acto de aprehender la realidad, pero intenta ahorrar energía y esfuerzos, de ahí su tendencia a minimizar las pequeñas diferencias entre elementos (asimilación), mientras exagera otras diferencias que considera importantes (contraste). La percepción analiza estos componentes y los organiza en estructuras, como pueden ser formas, objetos, secuencias… Gracias a ello podemos ver las formas de las letras de este texto y reconocer palabras. En un primer estadio se configuran totalidades, constituidas por una parte bien delimitada, la figura, y otra indiferenciada y periférica que no suele atraer la atención, que denominamos fondo. Entre el sujeto y el fondo se crea un contraste que el cerebro exagera. Es algo que hacemos también cuando en un retrato desenfocamos el fondo con un diafragma muy abierto. En realidad estamos ayudando a nuestro cerebro a distinguir mejor el sujeto y el fondo, ya que la falta de definición en el fondo aumenta el contraste visual.
Incluso en una imagen con tantos elementos como esta identificamos, casi de inmediato, el círculo que forma la noria. El resto de la escena, simplemente, hace de marco de este sujeto, que al ser también más claro identificamos fácilmente como figura.
Óptica de 8 mm 1:2.8 a f/2,8 durante 1/20 s con ISO 6400.
Nuestros ojos sólo son aptos para discernir sensaciones, como el brillo, contraste, degradación tonal… Pero en un nivel superior nuestro cerebro distingue objetos separados del fondo por muy difusa que sea la frontera. Estas figuras, además, son dotadas de tamaño, textura, masa estimada, localización espacial…
Mientras la realidad es tremendamente variable tendemos a apreciar la identidad de formas, tamaños, colores… con mucha coherencia aunque las condiciones de observación de nuestra retina sean muy distintas. Sabemos que una camisa es blanca tanto si la contemplamos a plena luz del sol, a la sombra de un frondoso árbol que la tiñe de verde o dentro de una discoteca con luz ultravioleta. Una moneda la veremos redonda aunque su perspectiva realmente trace una elipse en nuestros ojos. También nos es posible mantener nuestra valoración del tamaño con independencia de la distancia al sujeto. Un barco en el horizonte proyecta una imagen muy reducida, mientras que si está cerca ocupa mucho más que nuestro campo visual completo, pero dado que nuestro juicio sobre su tamaño apenas cambia hemos de deducir que nuestra percepción no se basa sólo en la información de la retina sino también en el análisis del sujeto. Cuando no somos capaces de determinar la posición exacta del elemento que observamos, o está influido por otros elementos, podemos sufrir ilusiones ópticas.
Nuestro cerebro interpreta esta imagen como perteneciente a un círculo mayor, añadiendo los elementos que necesita para simplificar lo que está viendo, consiguiendo así que su análisis y fijación sea más eficiente.
Óptica macro de 105 mm 1:2.8 a f/9,5 durante 1/8 s con ISO 100. Iluminado a contraluz a través de un metacrilato blanco.