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En realidad…

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Investigadores de la Universidad de Utah realizaron un estudio mediante resonancia magnética (concretamente Resonancia Funcional Cerebral) y llegaron a la conclusión de que no existe evidencia de que un hemisferio domine claramente al otro. Encontraron que si bien ciertas áreas están localizadas en un hemisferio no se ha demostrado ningún patrón de que un hemisferio esté más conectado o activo que el contrario en cada persona. Esto confirma mi planteamiento de que cada tarea necesita de la actividad conjunta de todo el cerebro para desarrollarse óptimamente. Si vamos por la calle y reconocemos un rostro entre la multitud será gracias al lado derecho, mientras recordar su nombre será tarea del izquierdo.

Posiblemente sean otros factores no estudiados todavía los que provocan que ciertas personalidades otorguen una mayor importancia a los resultados ofrecidos por unas estructuras cerebrales sobre otras. Por eso algunas personas están más acostumbradas a usar razonamientos analíticos y lógicos mientras otras son más intuitivas. El escritor científico Daniel Pink ha definido que el primer grupo es más propenso a convertirse en ingenieros o abogados mientras el segundo preferirá ser animador o consejero. Se trata de una estrategia de pensamiento enfoque izquierdo o derecho que conlleva una actitud ante la vida.


Estas dos imágenes contienen los mismos elementos, una escalera, una puerta y una pared. Las diferencias de colocación, del ángulo de la toma, del tono de los escalones harán que nos mostremos más conformes con una u otra. Cada fotógrafo justificará su decisión, argumentando en función de distintas consideraciones. La verdad es que sus sensaciones harán que elija una en detrimento de la otra según predomine su cerebro izquierdo o derecho.

Óptica de 18-55 mm 1:2.8 a f/5,6 durante 1/20 s con ISO 200

Y el problema es que la comunicación entre ambas partes de nuestro ordenador central está poco cableada. Para manejar nuestro equipo necesitamos que nuestro hemisferio izquierdo haga su parte y el derecho la suya. Saber si la profundidad de campo es la adecuada depende del contexto, del lado derecho, saber a qué botón darle para cambiarla del izquierdo. Interpretar un rostro y su expresión es tarea del derecho, pero analizar detenidamente la luz del flash que incide sobre su nariz y saber modificar su potencia y las sombras que proyecta es función del lado contrario.

Este es el motivo por el que algunos fotógrafos son muy técnicos y les cuesta mucho expresarse de forma clara, mientras otros tienen una faceta muy artística pero con graves carencias en cuanto a la calidad de la toma. Es imprescindible manejar con soltura la cámara, entender la parte teórica y practicar cada parámetro que tengamos disponible hasta que su uso sea mecánico, como el aprender a conducir. Llega un momento que nuestro cerebro usa la cámara como una extensión de nuestra mano y eso nos permite analizar los elementos realmente importantes de la escena: las características de la luz, la distribución de los elementos, la expresión de un retrato, la forma en que ilumina un flash… Si nuestras fotos salen quemadas, trepidadas, desenfocadas y no podemos solucionarlo mecánicamente, hemos de dedicar parte de nuestro tiempo fotográfico a realizar ejercicios con la cámara que nos permitan avanzar en esta dirección. Mientras toda nuestra energía se dedique a resolver problemas del equipo, nuestro hemisferio izquierdo estará tan ocupado que el derecho no podrá observar si estamos cortando los pies de la persona, o tiene una fea rama saliendo detrás de la cabeza, o un coche de color llamativo en el borde del encuadre. La mayor parte del contenido de este libro se basa en intentar que el hemisferio derecho cumpla con su trabajo de conseguir plasmar lo que sentimos, pero para eso hace falta un esfuerzo deliberado para saber lo que realmente nos interesa transmitir.

El arte de la composición Enriquece tu mirada fotográfica

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