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3. Lugar en el canon

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Como obra de la hokma o Sabiduría el libro de Job se sitúa, con los otros tres de este mismo tipo (Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares), entre los Hagiographa de la literatura israelita, que en hebreo se llaman simplemente ketubim o Escritos. De esa forma se integran, al lado de la תורה y de los נביאים, en la tercera parte del canon, en la que se incluyen todos aquellos escritos que, sin ser del Pentateuco, no forman parte de la historia profética de Israel ni de la proclamación profética.

Entre los Hagiographa se incluyen también libros que tienen rasgos proféticos, como Salmos y Daniel, pero que no pueden tomarse estrictamente como נביאים o profetas en el sentido específico de la palabra. En las ediciones actuales se suele colocar también entre ellos al libro de las Lamentaciones, aunque este no es su lugar original, lo mismo que el de Rut, que parece haber estado originalmente entre Jueces y Samuel.

Tanto Lamentaciones como Rut han sido colocados entre los Hagiographa, a fin de que los cinco מגלות puedan seguir estando y leyéndose juntos: Schir ha-Schirim o Cantar de los Cantares el día octavo de la pascua, Rut el día segundo de los Schabuoth o Fiesta de la semanas, Kinoth o Lamentaciones el día nueve del mes de Ab, Koheleth o Eclesiastés el día ocho de Succoth y Ester en la fiesta de Purim.

El libro de Job, que no ha sido escrito ni en estilo profético‒histórico, ni en forma de predicación profética, sino como poema didáctico, no podía haber sido colocado en ningún otro lugar, sino en la tercera parte del canon, entre otros libros dispersos. De todas formas, el puesto que ocupa es muy conveniente. En el canon alejandrino, Crónicas, Esdras, Nehemías, Tobías, Judit y Ester siguen a los cuatro libros de los Reyes. De esa manera, los libros históricos aparecen juntos, de principio a fin. Después de ellos comienza con Job, Salmos y Proverbios una serie nueva, con estos tres libros, que son poéticos en el sentido más estricto.

En esa línea, Melitón de Sardes, en el siglo II d. C., coloca los libros de las Crónicas después de los libros de los Reyes, pero situando inmediatamente después los Hagiographa sapienciales, no históricos, en el orden siguiente: Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantares y Job. De esa forma, los libros salomónicos van unidos al salterio davídico, y al final de ellos aparece por fin el libro de Job.

En nuestra división, los Hagiographa comienzan con Salmos, Proverbios, Job (esta es la sucesión particular que hallamos en los Manuscritos de tipo germánico o askenazi). En el Talmud (Bathra, 14b) los Hagiographa comienzan con Rut, Salmos, Job y Proverbios. En la Masora en los manuscritos de tipo hispánico o sefardita, los Hagiographa comienzan con Crónicas, Salmos, Job y Proverbios.

Todos estos tipos de clasificación tienen sus razones. La Masora conecta a los Hagiógrafos con los נביאים אחרונים, Profetas Anteriores, después del libro homogéneo de Crónicas. Por su parte, el Talmud coloca el libro de Rut antes de Salmos, como prólogo histórico para Salmos, o como una conexión entre los libros profético‒históricos y los Hagiógrafos4.

En la práctica, nuestras ediciones suelen colocar los Salmos como primer libro de la división, lo que concuerda con Lc 24,44 y con Filón que colocan los ὕμνους o Salmos después de los libros proféticos. Solo en los LXX aparece Job a la cabeza de los tres llamados libros poéticos, quizá teniendo en cuenta su contenido patriarcal, que evoca los tiempos más antiguos. En todas las otras ediciones los Salmos aparecen al principio de estos tres libros5.

Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Job

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