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7. Signos del contenido doctrinal del libro

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El hecho de que el libro de Job pertenezca a ese período y no a otro está confirmado también por la relación de su contenido doctrinal con otros libros canónicos. Si comparamos la doctrina sobre la Sabiduría ‒ su preeminencia, su aplicación a los temas del mundo, su cooperación en la creación del mundo… ‒ que aparece en Prov 1‒9 (especialmente en el cap. 8) con la doctrina de la Sabiduría de Job 28, vemos que la visión de Proverbios es más avanzada y está más desarrollada que la de Job.

Por otra parte, si comparamos la alusión al juicio de Dios en Job 19, 29 con la referencia a un juicio futuro de tipo general, que decidirá y ajustará todas las cosas, en Ecl 12, 14, vemos inmediatamente que lo que en Job aparece solo como expresión de una fe personal viene a presentarse en Eclesiastés como un elemento bien establecido de la conciencia religiosa.

Por otra parte, lo que se dice sobre la Sabiduría en un brillante pasaje de Job (19, 25-27), ya se refiera a un tipo de contemplación de Dios, en este cuerpo presente, ya se refiera a una visión espiritual más concreta, en un estado glorificado, no es en modo alguno el eco de una revelación posterior, aún no existente, de la resurrección de los muertos, una revelación que veremos expresarse y expandirse desde Is 26,19 (cf. Is 25,8) y Ez 37 (cf. Os 6,2) hasta Dan 12,2. Las representaciones dominantes del futuro que aparecen en el libro de Job son, al contrario, muy anteriores: son exactamente las mismas que vemos en los salmos del tiempo de David y Salomón, y en los Proverbios de Salomón.

El autor de Job habla como alguien que pertenece al mismo período en el que el salmista Heman suspiraba en Sal 88, 11‒12: “¿Será proclamada en el sepulcro tu misericordia o tu verdad en el abismo? ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas y tu justicia en la tierra del olvido?”. Por otra parte, la mayor cantidad de alusiones al libro de Job, incluyendo los discursos de Elihu se encuentran en Sal 88-89 y 89, cuyos autores, los ezrahitas Heman y Ethan, no son los grandes cantores de los salmos del tiempo de David, sino que son contemporáneos de Salomón, mencionados en 1 Rey 5, 11.

Estos dos salmos coinciden con el libro de Job, tanto en expresiones con las que van unidas representaciones muy significativas, como קרושׁים, espíritus celestiales, רפאים o sombras del Hades, אבדון que es el mismo Hades, como también en expresiones que no aparecen en ningún otro lugar del Antiguo Testamento, como son אמים y בּעתים. Esa coincidencia aparece aún de manera más clara en la identidad de versos enteros, tanto en pensamiento como en lenguaje. Comparar en esa línea Sal 89, 38 con Job 16,19; Sal 89, 48 con Job 7,7; Sal 89,49 con Job 14, 14; Sal 88, 5 con Job 14:10; Sal 88, 9 con Job 30,10; 89:8 con Job 31,34.

En todos estos pasajes no hay, sin embargo, ninguna indicación de que el texto de Job dependa de Sal 88‒89 o viceversa, sino que ambos surgen del mismo ambiente. Por otra parte, la coincidencia entre esos textos no puede ser accidental, de forma que ella debe ser explicada por el hecho de que tanto Job como estos salmos provienen del mismo círculo de sabiduría (hokma) al que pertenecen, según 1 Rey 5,11, los dos ezrahitas, autores de Sal 88 y 89, del tiempo de Salomón. Se podría ir más allá y conjeturar que el mismo Heman que compuso el Sal 88, el más tenebroso del salterio, escrito bajo unas circunstancias de sufrimiento semejantes a las de Job, pudo haber sido el autor del libro de Job, y para ello se podrían aducir muchas razones, y partiendo de ellas se podría confirmar lo que dice G. Baur, cuando afirma que el autor de Job debe haber pasado por conflictos espirituales semejantes a los que describe Heman, de forma que el libro de Job podría tomarse como una expresión de la historia religiosa de Heman.

Pero debemos dejar de lado ese tema. Aquí, nos basta con suponer que el libro de Job es la obra de uno de aquellos sabios que se movían en torno a la corte de Salomón. Tanto Gregorio Nazianceno como Lutero habían admitido ya que el libro de Job había surgido en tiempo de Salomón. Y entre los críticos posteriores, Rosenmüller, Hvernick, Vaihinger, Hahn, Schlottmann, Keil y Hofmann concuerdan con esa opinión (aunque Hormann diga en Weissagung und Erfüllung que Job proviene de un tiempo premosaíco.

Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Job

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