Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Job - Franz Julius Delitzsch - Страница 89
Job 9, 8-10
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8Solo él extiende los cielos, y camina sobre las alturas del mar.
9Él hizo la Osa y Orión, las Pléyades y los remotos lugares (cámaras) del sur.
10Hace cosas grandes e incomprensibles, maravillosas y sin número.
Ewald, Hirzel y otros entienden נטה (Job 9, 8) en la línea de Sal 18,10: Dios abaja las nubes del cielo, y camina sobre las alturas del mar superior, es decir, por encima de las altas nubes cargadas de truenos. Pero los pasajes paralelos como Is 40, 22; Sal 104, 2 y especialmente Is 44, 24, muestran que Job 9, 8 ha de entenderse como referido a la creación del firmamento del cielo, de forma que נטה tiene aquí el sentido de expandere, vinculándose de un modo natural con las aguas del alto, que están separadas de la tierra por medio de la רקיע, es decir, del firmamento, según Gen 1.
El problema está en si ים significa aquí el mar de las aguas que están por encima del firmamento o si aluden al mar que está sobre la tierra. Conforme a la visión de los antiguos, las aguas que descienden como lluvia tienen su “habitación” muy lejos, en la expansión infinita de los cielos; allí se encuentra el océano superior, el mar del alto (Nun-pa), por el cual navega cada día Ra. Es posible que “las alturas del mar” no se refieran aquí a las olas del mar de abajo, sino a las alturas del mar superior, de forma que las raíces del mal (sufrimiento) de Job 36, 30 pueden vincularse también al océano del cielo, como han supuesto Hahn y Schlottmann. Pero no es necesario aceptar esa explicación, y además parece aventurada, porque esta idea de θάλασσα o mar celestial no se encuentra en otros lugares de la Biblia (a no ser en Ap 4, 6; 15, 2 y 22, 1). En esa línea, la palabra בּמתי, que se utiliza de la altura de las nubes (Is 14, 14), puede referirse a las olas del mar, que ascienden hasta los cielos (Sal 107, 26). Dios camina sobre las olas como el hombre camina sobre el suelo firme (LXX περιπατῶν ἐπὶ θαλάσσης ὡς ἐπ ̓ ἐδάφους); y según la voluntad de Dios, las olas se elevan o quedan en calma bajo los pies del Todopoderoso (cf. Hab 3, 15).
A continuación, Job describe a Dios como creador de las estrellas, introduciendo una constelación del norte (la Osa), una del sur (Orión) al lado de las Pléyades. עשׁ, contracto de נעשׁ, en árabe na‛š, Osa, es la constelación de las siete estrellas (septentrión o septentriones), en el cielo del norte. La Osa Mayor y la Osa Menor forman un cuadrado, que los árabes miraban como si fuera un animal en forma de oso. Las otras tres estrellas, llamadas benâth n‛asch, es decir, hijas de la Osa (Job 38, 32) parecen ser las “lamentadoras”. כּסיל es Orión, encadenado al cielo, al que los antiguos miraban como un poderoso gigante, y también como un ser (un humanoide) insolente y loco42.
כּימה son las Pléyades, una constelación que consta de siete estrellas grandes y de otras más pequeñas, en árabe turayyâ, que, como el hebreo כּימה (cf. árabe kûmat, cumulus), significa montón, un conjunto (cf. Job 38, 31), palabra que los poetas persas comparan con un “ramo” de perlas. Es la constelación de las siete estrellas, cuya aparición y desaparición determina el comienzo y fin de los movimientos astrales (πλειάς, vincula probablemente constelación y navegación), y debe distinguirse de las estrellas que están más al norte, que son las septentriones.
Según el targum, חדר תּימן son las “cámaras de las constelaciones” en la parte sur de los cielos y muchos comentaristas (cf. Mercier: sidera quae sunt in altero hemisphaerio versus alterum polum antarcticum, las estrellas que están en el otro hemisferio, hacia el polo antártico), las explican a partir de תּימן escrito defectivamente (=!m")te) como equivalente de תמן כוכבי, el sur de las estrellas o, quizá mejor, en un sentido general, como refiriéndose a las regiones de la parte sur del cielo (penetralia), que están veladas o fuera de la vista humana (Hirzel).
En 9, 10, Job dice, casi al pie de la letra, lo que había dicho ya Elifaz (Job 5, 10). Según eso, Job comparte con sus amigos la visión del poder de Dios, y de un modo intencionado describe estos momentos en los que su despliegue aparece como expresión de una majestad terrible. Pero mientras sus amigos deducen a partir de aquí el deber que tiene el hombre sufriente de humillarse, Job utiliza este conocimiento para decir que el derecho humano no puede mantenerse nunca en oposición a Dios.