Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Job - Franz Julius Delitzsch - Страница 94
Job 9, 29-33
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29Y si soy culpable ¿por qué me esfuerzo en vano?
30Aunque me lave con agua de nieve y limpie mis manos con lejía,
31aun así me hundirás en la fosa, y hasta mis vestidos me aborrecerán.
32Porque él no es un hombre como yo, para replicarle y comparecer juntos en un juicio.
33No hay entre nosotros árbitro que ponga su mano sobre ambos.
La primera frase, con un “yo” muy acentuado, afirma que, en relación con Dios, desde el principio, un malvado, es decir, un hombre culpable (cf. Sal 109, 7), un רשׁע, un hombre perverso, que actúa como tal, ha de ser reconocido como tal (como malvado). ¿Por qué entonces debe Job esforzarse vanamente pidiendo ayuda, y teniendo que gritar, sin recibir ayuda, siendo como es inocente?
En Job 9, 30 el qetiv es במו y el kere es במי, a la inversa de lo que sucede en Is 25, 10. Ym aparece básicamente con el significado de agua (en egipcio muau). Esa raíz está presente en el nombre propio de Moab y de Moisés (que, según Jablonsky, significa ex aqua servatus, salvado de la aguas). Sin embargo, en Amb., la radical puede entenderse según Gesenius 103, 2, con el sentido de “limpieza”.
Este es el significado: ninguna limpieza, ni siquiera la que se realice con agua de nieve y con un tipo de בּר (lejía vegetal), es decir, ni la mejor fundada autojustificación de un hombre como Job podrá conseguir ante Dios que su pretendida inocencia lograra borrar su horrible impureza.
Ewald, Rödiger y otros traducen esta frase de un modo incorrecto: Mis propios vestidos harán que yo parezca aborrecible. La idea es sin duda sugerente. El piel תּעב significa en todos los restantes casos del libro de Job (19, 19; 30, 10) aborrecer, no hacerse aborrecible, pues ese sentido causativo es muy problemático, porque מתעב (Is 49, 7) significa aversión, como מכסּה (Job 23:17) algo que cubre.
Ciertamente Ez 16, 25 nos pone muy cerca de ese significado: “hacer que algo sea detestable”. Pero תעב puede significar también en primer lugar, abominari, hacerse abominable, una expresión muy fuerte para indicar el desprecio por la belleza que Dios ha concedido a los hombres, convirtiendo esa belleza en medio o causa de la prostitución.
He traducido “mis vestidos me aborrecerán”. Eso no significa que yo estaré disgustado conmigo mismo (Hirzel), sino más bien que Job aparece representado más bien como alguien que está desnudo. Pues bien, a él, el desnudo, Dios le introduce de tal forma en la fosa que incluso sus vestidos concebirán horror por él; se echarán atrás por terror, ante la idea de que serán puestos en un hombre como él, siendo así manchados por una creatura inmunda como es Job (Schlottmann, Oehler).
Job añade en este contexto que Dios no es su “igual”, pues no está a su nivel, sino que, siendo el Ser Absoluto, es al mismo tiempo su acusador y su juez. No hay entre ambos (Dios y Job) un árbitro que pudiera vincularles, de igual a igual (de manera que se puedan poner las manos sobre uno y sobre otro). Mercier lo explica correctamente: impositio manus est potestatis signum…
La imposición de manos es un signo de poder, y en este caso no puede haber nadie qui utrumque nostrum velut manu imposita coerceat, no puede haber nadie que imponiéndonos las manos nos obligue a tratarnos de igual a igual, un tipo de SupraDios) que actúe de árbitro entre Dios y los hombres.