Читать книгу Teoría y análisis de la cultura - Gilberto Giménez Montiel - Страница 8
1. La cultura en la tradición filosófico–literaria y en el discurso social común UN OBSTÁCULO PERSISTENTE: LA POLIVALENCIA DEL TÉRMINO
ОглавлениеEl estudioso que se dispone a explorar el territorio de la cultura en las ciencias sociales se topa desde el inicio con un serio obstáculo: la extrema diversidad de significados que amenaza con desalentar de entrada cualquier intento de aprehensión sistemática y de conceptualización rigurosa.
Se han escrito libros enteros sobre esta polivalencia semántica y sobre la querella de definiciones que han acompañado incesantemente la historia de la formación de este concepto, aun después de su incorporación al léxico de la filosofía y de las ciencias sociales. (1)
Una dificultad adicional se deriva del hecho de que, tanto en el campo de la filosofía como en el de las ciencias sociales, el concepto de cultura forma parte de una familia de conceptos totalizantes estrechamente emparentados entre sí por su finalidad común, que es la aprehensión de los procesos simbólicos de la sociedad, y que por eso mismo se recubren total o parcialmente: ideología, mentalidades, representaciones sociales, imaginario social, doxa, hegemonía, etcétera. De aquí se origina un problema de delimitación de fronteras y de homologación de significados que también han hecho correr ríos de tinta. (2)
Una primera manera de reducir drásticamente el margen de indeterminación semántica del término que nos ocupa, sería retener solamente los conceptos construidos por la sociología y la antropología, desechando sistemáticamente la variedad de sentidos que le han conferido la tradición filosófico–literaria y el discurso social común.
Pero ocurre que aun en el campo de la sociología y de la antropología, que supuestamente trabajan con conceptos construidos en función de paradigmas teóricos muy precisos, la cultura ha sido y sigue siendo objeto de definiciones muy diversas según la amplia gama de los intereses teóricos y metodológicos en juego. (3)
La situación señalada nos impone una doble tarea: por una parte una nueva revisión crítica del estatuto teórico del concepto de cultura en las principales corrientes o tradiciones de la antropología y de la sociología, y, por otra, la propuesta de un concepto de cultura que responda a las exigencias epistemológicas de coherencia y homogeneidad semántica, y a la vez esté suficientemente vinculado con la práctica científica para poder lograr un relativo consenso entre los científicos sociales. Esta doble tarea será el objeto específico de este capítulo introductorio.