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LOS DOS REGÍMENES DE CREENCIA: LA EVIDENCIA Y LA CONFIANZA
ОглавлениеEn este punto de nuestro recorrido, se pueden adelantar algunos elementos de formalización: si atribuimos al “ver” la propiedad de evaluar la amplitud de una información sensible, y al “creer” la de indicar la intensidad de la adhesión a esta información, entonces los dos regímenes obedecerían al principio general de la correlación de toda tensión, es decir de la correlación conversa (convergente) o inversa (divergente) entre las respectivas gradaciones de la intensidad y de la extensión. En el caso de la correlación conversa (convergente), el predicado modal que asocia “ver” y “creer” es de naturaleza implicativa, es decir, sigue el modelo:
Si veo A, entonces creo en B;
Si no veo A, entonces no creo en B.
Por el contrario, en el caso de la correlación inversa (divergente), el predicado modal es de tipo concesivo y sigue el modelo:
A pesar de no ver A, creo en B;
A pesar de ver A, no creo en B.
Recordemos que la intervención crítica del régimen de la confianza en el régimen de la evidencia se hacía en nombre del poder pragmático del discurso, mientras que la intervención crítica del régimen de la evidencia en el régimen de la confianza se lleva a cabo por el poder de atracción de los objetos. En resumen, la eficacia del deseo marcaría el límite crítico de la confianza, al igual que la eficacia de la confianza intersubjetiva marcaría el de la evidencia sensible. Es la razón por la cual debemos buscar los “móviles” y los “intereses” que se esconden bajo la fe (régimen de la confianza), y el orgullo y un sentimiento de superioridad con respecto a los demás bajo la convicción adquirida por medio de la vista (régimen de la evidencia).
Es primordial recordar a la vez la definición-base de cada régimen de creencia y la presentación deformada que nos da de él el otro régimen, puesto que, a partir de ahora, los encontraremos a menudo, tanto el uno como el otro, bajo este aspecto desfigurado. En efecto, el régimen de la evidencia se presenta la mayoría de las veces peyorativamente como el régimen del interés por los objetos, como un régimen basado en el deseo que despiertan estos objetos; a su vez, el régimen de la confianza se presenta como el régimen del discurso, de la eficacia pragmática y retórica de la palabra, un régimen que oscila entre la sumisión y la sublevación orgullosa.