Читать книгу Escrito en la orilla - Guillermo Izaguirre - Страница 12

El problema de los límites

Оглавление

Quisiera introducir otra cuestión que considero de suma importancia, para seguir en la misma línea: es el problema de los límites. Me pregunto sobre los límites en la praxis marxista y en la praxis del psicoanálisis. En los espacios o los campos en los que cada una de ellas trabaja, cuáles son los límites para ambas experiencias. En el psicoanálisis ha sido tomado de varios modos. Freud, en su célebre artículo, con directa referencia a Sándor Ferenczi, al análisis de Ferenczi, si es finito o infinito o terminable o interminable. También en cada uno de los casos y en los llamados escritos técnicos, o cuando se encuentra en Más allá del principio del placer y en otros textos. Autores importantes del psicoanálisis lo plantearon: analistas ingleses, norteamericanos y en muchos trabajos de argentinos. ¿Cuándo se está ante un final de análisis? ¿Hay un final inmanente al análisis? O bien ¿el final llega desde afuera del análisis? Por ejemplo, por la muerte del analista o por un accidente cualquiera. Otro ejemplo: por necesidades del exilio del analista o del analizante, casuística que resulta abundante en esta región. O, también, porque el paciente no puede seguir pagando. Por lo que sea.

Vamos a pensar con una propuesta de Marx sobre los límites del capitalismo. Esto es muy particular: Marx, en El capital, va a deducir que el capitalismo tiene límites inmanentes. Está claro en El capital el surgimiento del capitalismo. Surgimiento contingente, ya que podría haber sido o podría no haber sido, podría haber sido en tal lugar o en tal otro. Depende de la contingencia de la conjunción generalizada, en términos de Deleuze, de dos flujos: el de la riqueza devenida independiente y el del trabajo devenido libre.

En el tercer libro de El capital, sección tercera, capítulo XIII, Marx introduce una idea muy específica sobre los límites del capitalismo y la va demostrando a lo largo de varias páginas. Dice que son límites inmanentes. La hipótesis es que la misma cuota de plusvalía devendrá una cuota de beneficio decreciente porque el volumen del valor del capital constante y la totalidad de este aumentan. Ya había introducido la idea de que el capital, lo escribe con la letra C mayúscula, se componía de dos partes: una, el capital constante, que reducirá a la letra c minúscula, y el capital variable representado por la letra v minúscula. Este último está constituido por la suma de la fuerza de trabajo remunerada, el salario, más la no remunerada o plusvalía, que escribe “pl”. En el modo de producción capitalista se da un incremento creciente de c mientras v permanece invariable o con menor crecimiento. De tal modo que hay una disminución relativa de v en relación con c. Hay un aumento del volumen del capital constante (c) y una disminución del costo de producción. Un aumento de c implica una disminución relativa de v, con lo cual se produce una disminución del beneficio. Este último se estima mediante la relación entre el capital total (C) y la plusvalía (pl). Es decir, por la siguiente fórmula: C / pl. Relación que al aumentar progresivamente implica la disminución del beneficio. Al mismo tiempo la ley de la producción capitalista es que la masa absoluta de beneficio, es decir la masa absoluta de trabajo excedente, en cuanto aumenta progresivamente el número de obreros empleados. Puede ocurrir y es necesario que así sea. El incremento de los medios de producción que se produce necesariamente por el proceso de acumulación inherente al sistema implica un aumento de la población obrera y lleva, por lo tanto, a una superpoblación de trabajadores. Dice Marx que hay una aparente contradicción en el hecho necesario de que aumente la masa de la plusvalía al mismo tiempo que disminuye la cuota de beneficio, lo que se explica por el incremento del capital total (C) más rápidamente que la de la cuota de beneficio. Es decir, una disminución relativa.

Recapitulando: la cuota de beneficio se calcula por la relación de la cuota de plusvalía (pl) sobre el capital total empleado (C-: -pl / C). Es que pl en aumento constante crece menos que C y, por lo tanto, la proporción va en detrimento relativo de pl y, consecuentemente, disminuye la cuota de ganancia, por el aumento a mayor velocidad de C. Esta contradicción entre la fracción variable del capital y el capital constante lleva a que periódicamente el conflicto se resuelva en crisis económicas y sociales que devienen en soluciones violentas y momentáneas, “erupciones violentas”, dice Marx, “que por un instante, restablecen el equilibrio roto” de las contradicciones existentes.

¿En qué consiste la contradicción? Es inmanente al sistema de producción capitalista que tiene una tendencia hacia el desarrollo absoluto de las fuerzas productivas, sin tener en cuenta el valor y la plusvalía que encierra, ni las relaciones sociales del sistema. Por otro lado, la meta del sistema consiste en la conservación del valor-capital existente y su valorización hasta el máximo. ¿Cómo logra esta meta? Mediante la disminución de la cuota de beneficio, depreciación del capital y desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo a costa de las fuerzas productivas ya producidas. Se produce depreciación periódica del capital existente con el objetivo de detener la baja de la cuota de beneficio y, al mismo tiempo, acelerar la acumulación de valor capital con la formación de un nuevo capital. Las consecuencias son las bruscas interrupciones y crisis del proceso de producción. Como fácilmente podemos darnos cuenta, a cada rato nos encontramos con esas crisis y, particularmente en la actualidad, nos encontramos ostensiblemente ante esos fenómenos de acumulación y formación de un capital nuevo.

El capitalismo se encuentra ante estos límites que le son inmanentes y tiende a rebasarlos, es decir, a que el límite se corra cada vez más. La verdadera barrera es el capital mismo, que es motor y fin de la producción, punto de partida y punto final. Dice Marx que el medio –desarrollo de la productividad social– se enfrenta con el fin que es su límite, valorización del capital existente. La contradicción inmanente se da entre su tarea histórica –desarrollar la fuerza productiva– y las condiciones sociales de producción correspondientes.

Una cuestión muy interesante es lo que escribe Marx sobre esta ley de los límites de la producción capitalista. La misión histórica del capitalismo es el desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo social y “al hacer esto y sin saberlo crea las condiciones materiales de un régimen de producción superior”. Lo que le inquieta a David Ricardo18 –con quien está discutiendo Marx– es que la cuota de beneficio está amenazada por el desarrollo mismo de la producción. Se revela desde el punto de vista puramente económico, es decir del burgués, en el curso de la razón capitalista, desde sus propios límites. Lo que no sabe (subrayo este “no sabe”) es que no es un sistema absoluto sino que corresponde a una determinada época restringida a las condiciones materiales de producción. Entonces el burgués no puede saber sobre la ley del límite inmanente del capitalismo.

Queda claro cuál es el límite para el capitalismo, el aumento relativo de la cuota de capital constante (c) sobre la cuota de beneficio y, por lo tanto, de la plusvalía (pl), por más que ambos aumenten en términos absolutos, contradicción inmanente que conlleva crisis periódicas. Como esa relación es un cálculo infinitesimal, es un límite en el sentido de las matemáticas.

Escrito en la orilla

Подняться наверх