Читать книгу Pensamientos y algunos recuerdos - Horacio García - Страница 12

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A veces escribir es solo empezar, dejar que los dedos se deslicen por el teclado, sin tener bien claro adónde me llevan, generalmente suelen ser viajes hacia mis recuerdos, cosas que han pasado y que vuelven a la luz, ahora, me sitúan en el tránsito de la niñez a la adolescencia, de pantalones cortos, avergonzado por los vellos de las piernas, hasta que trabajando pude comprar mi primer pantalón largo, la secundaria nocturna, con amigos que quedaron en el tiempo. Tenía que hacerla así, ya que estaba empleado durante el día, porque era necesario aportar en casa, mi papá cobraba poco en el ferrocarril y era regla traer la mitad del sueldo, uno de mis primeros empleos, en una empresa de café y chocolates, de donde todos los días traía caramelos y bombones, para dejar en el bolsillo del delantal de mi madre, ya no la tengo conmigo, pero recuerdo la sonrisa de ella que, en forma cómplice, sabía dónde encontrarlos. El tiempo fue pasando y como todo joven quería ir al baile, en aquellas épocas los hacíamos en los sótanos de las panaderías, que alquilaban los lunes el lugar, porque ese día no trabajaban, todos mis compañeros iban, pero yo no lo hacía, porque no podía comprar ropa para vestir a la moda y tenía temor de burlas y no ser aceptado, los jóvenes suelen ser crueles en ese tipo de cosas, hoy le dicen bullying, antes existía sin que supiéramos el nombre. Se sufría no ser uno más con el resto. Un mes, había juntado algo de dinero, pude comprar un pantalón de botamanga ancha, una polera blanca y un saco cruzado negro, zapatos de colores y tacos anchos, me sentía como un galán de película, todavía recuerdo la emoción que me produjo traerlos a casa. El día del asalto, así lo llamábamos, con los compañeros decoramos el lugar, preparamos la barra y las luces, creciendo la ansiedad en mí para que llegara la noche. Un buen baño, con el pelo largo como se usaba, perfume, fui por primera vez, entrar tímido, pero con la seguridad de no desentonar con mi ropa nueva, recuerdo los discos de colores, las chicas con minifalda, tomar mi primer trago y tratar de bailar con la que me gustaba, era época de esperar los lentos, después del rock nacional, bailar pegados, abrazar y en un descuido robar el primer beso, inocente, pero dulce como la miel, charlas tontas, risas fáciles, picardías que nos hacían sentir mayores y la alegría de compartir con el grupo de amigos y sentirse un par, aceptado como uno más de todos, me acuerdo regresar a casa triunfante, con esa adrenalina que se siente pocas veces y no querer dormir, para que no terminara el momento y quizás, la magia de esa noche todavía siga viva en mí, busque un álbum de fotos viejas y encontré esta, de aquella época, una linda forma de revivir las sensaciones de ese día. Bueno, nada, para el que le guste leerme, solo otro viaje hacia mis recuerdos volcados al papel.


Pensamientos y algunos recuerdos

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