Читать книгу Un conde nórdico en el Caribe: - Joaquín Viloria De la Hoz - Страница 12
B. En busca de la Legión Irlandesa
ОглавлениеNo es aventurado pensar que las simpatías del monarca sueco por las ideas libertarias en América debieron tener un peso significativo al momento en que Adlercreutz, su ex edecán, tomara el camino de Iberoamérica. Incluso, luego de sus descalabros financieros, Adlercreutz obtuvo del rey una licencia por dos años para servir en el extranjero4. Ante la firme convicción de Federico, la condesa Rosalía de Engeström procedió entonces a solicitarle a Christopher Hughes, Encargado de Negocios de los Estados Unidos en Estocolmo, que recomendara al conde Adlercreutz ante el general John Devereux, jefe de la Legión Irlandesa5.
Por la carta de Hughes, con fecha 10 de julio de 1820, se sabe que Adlercreutz incurrió en exceso de gastos, por lo que “con la ayuda del rey” abandonó Suecia a finales de 1819 y se estableció en Londres por algunos meses, hasta que pudo viajar a América para enrolarse en el ejército de Simón Bolívar:
¡El se ha ido a consagrar su vida y sus talentos a la causa gloriosa de Usted! Es un completo y debidamente educado oficial de caballería y pertenecía al mejor Cuerpo de este país – la Guardia de Caballería del Rey -... Encarecidamente le suplico que usted mismo o por medio de su ilustre jefe, el general Bolívar, de ocupación a sus talentos y a su espada (Parra-Pérez, 1928, pp. 34-35).
Esta recomendación llegó a Devereux cuando Adlercreutz ya había partido hacia América, pero de seguro fue conocida por Bolívar y Montilla, que le dieron un trato preferencial al conde. Adlercreutz estuvo en la isla sueca de San Bartolomé entre los meses de abril y julio de 1820, para luego seguir viaje a la isla de Margarita y Angostura, base de los patriotas grancolombianos. A principios de agosto, solicitó en Angostura su incorporación al ejército libertador, hecho que oficializó personalmente El Libertador en Barranquilla el 29 de agosto de 1820, otorgándole el grado de teniente coronel.
Mapa 1. Viaje inicial del conde Adlercreutz de Suecia al Caribe grancolombiano, 1819-1820.
Fuente: Elaboración propia.
Durante la guerra de Independencia, el ejército libertador recibió miles de legionarios extranjeros, principalmente británicos, irlandeses, franceses y alemanes. Entre 1818 y 1821 llegaron a la isla de Margarita (Venezuela) cerca de 4.500 hombres de la Legión Británica y más de 2.000 de la Legión Irlandesa, entre los que se encontraba Federico Tomás Adlercreutz. Una de las escalas obligadas antes de desembarcar en Margarita era en la isla sueca de San Bartolomé, donde por lo general los legionarios eran recibidos en forma amigable. La primera expedición de voluntarios ingleses e irlandeses llegó a San Bartolomé a principios de 1818, y las operaciones de trasbordo a barcos republicanos fueron supervisadas por el almirante Luis Brión, de la armada insurgente. Con este primer contingente de 200 irlandeses llegó Francisco Burdett O´Connor, uno de los más destacados miembros de la legión y luego general de la República.
En estos años, por San Bartolomé siguieron pasando legionarios de diferentes nacionalidades, armas, municiones y demás mercancías para el ejército insurgente de la Gran Colombia. Esto era posible por el interés que despertaba en el rey Carlos XIV la Independencia de las colonias españolas. En 1819 el rey de los suecos da instrucciones al recién nombrado gobernador de San Bartolomé, para que venda a los insurgentes un cargamento de armas y pertrechos. De acuerdo con las instrucciones dadas el 29 de abril de 1819 “El rey espera del señor Norderling informes mensuales sobre la situación, no solamente de la Colonia, sino también de las otras colonias y países de América, cuyos acontecimientos no pueden carecer de interés para Suecia” (Vidales, 1988, p. 34).
El primer envío de armamento llegó a San Bartolomé junto con el nuevo gobernador, el 20 de agosto de 1819. Al año siguiente, el comerciante alemán Juan Bernardo Elbers compró en la isla 22.000 cartuchos y 35 quintales de pólvora. Elbers se naturalizó en San Bartolomé y en 1812 llegó a ser miembro del Consejo de Gobierno, en 1817 comenzó negocios con el ejército bolivariano y en 1819 se trasladó al continente (Vidales, 1988)6. Además del comerciante alemán Juan Bernardo Elbers, también vivieron en San Bartolomé el almirante curazaleño Luis Brión, el general venezolano Mariano Montilla y el francés Nicolás Joly, comandante de la marina grancolombiana, todos hombres muy destacados (y controvertidos) en la lucha por la Independencia.