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F. Adlercreutz: comandante de húsares del Magdalena

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Los catalanes de Santa Marta y los indios de Ciénaga seguían fieles a la causa realista y no se daban por vencidos. Es así como el 31 de diciembre de 1822 Francisco Labarcés y Jacinto Bustamante se tomaron el cuartel republicano acantonado en Ciénaga, y marcharon a Santa Marta el 3 de enero del año siguiente. Los realistas, o la catalanada como los llamaba Pedro Gual (Bierck, 1947), nombraron como gobernador al catalán Vicente Pujals, mientras al depuesto gobernador republicano Luis Rieux lo enviaron a Jamaica. Montilla organizó una expedición contra Ciénaga y Santa Marta de cuatrocientos infantes, ciento ochenta jinetes y ocho bongos de guerra y los puso al mando del coronel Reimboldt, quien salió de Barranquilla el 2 de enero. A su turno, el coronel Adlercreutz encabezó una escuadra de quinientos hombres, quienes entrando por los caños de la Ciénaga Grande debían desembarcar en el puerto del Carmen, cerca de San Juan de San Juan de la Ciénaga. El 20 de enero las tropas republicanas al mando de Adlercreutz y Reimboldt atacaron a los realistas de Pueblo Viejo y la Ciénaga encabezados por Jacinto Bustamante, quienes al verse derrotados emprendieron la huida (Alarcón, 1963).

Mapa 3. Movimientos de F.T. Adlercreutz en las provincias del Caribe grancolombiano, 1820-1830, como integrante del Ejército Libertador.


Fuente: Elaboración propia.

En 1821, Adlercreutz fue designado comandante del primer escuadrón de húsares del Magdalena y jefe de ingenieros y fortificaciones de la plaza de Cartagena. Montilla elogia a los hombres del escuadrón de húsares del Magdalena, por su valentía y por el manejo efectivo del armamento: “dudo que haya otro en la república que maneje las armas mejor que él” (Ediciones de la Presidencia de la República, 1982, p. 936). En cartas dirigidas al vicepresidente Santander, Adlrecreutz hace gala de sus conocimientos de caballería aprendidos en Europa, durante sus años de estudio y de combate: pide sillas y frenos para sus caballos, tomando como modelo los adoptados en Hungría; recomienda comprar carabinas francesas o inglesas; y envía modelos de uniformes para su escuadrón, pues desea:

Una rigurosa uniformidad tanto en la tropa como (en la) oficialidad (Cortazar, 1964, p. 115).

En la misma comunicación diferencia el comportamiento de algunos combatientes, como una justificación razonada de su solicitud:

Los medios de destruir a su enemigo que tiene el llanero, no los tiene el hombre de la costa, pues lo que la naturaleza ha dado al uno, es preciso que el otro logre por medio de trabajo, disciplina e instrucción (Cortazar, 1964, p. 115).

En 1822, los realistas al mando del coronel Francisco Morales se tomaron Maracaibo. El general Montilla organizó un contingente de tropas patriotas acantonadas en Santa Marta y Riohacha, para contener el avance realista y recuperar Maracaibo. En noviembre de 1822 las tropas del coronel José Sardá, jefe de la Primera División, se enfrentaron en la batalla de Sinamaica, cerca de Maracaibo, a los hombres dirigidos por Morales. En estos combates también participaron los hombres al mando de Federico Tomás Adlercreutz, quién había pasado a la defensa de Riohacha en la campaña para recuperar Maracaibo. Esta batalla fue lamentable para las huestes patriotas, ya que en ella murieron unos cuatrocientos soldados y cayeron prisioneros cerca de seiscientos. Bolívar quedó tan indignado con esta derrota, que le escribió al vicepresidente Santander: “Si Morales no comete alguna falta muy grave y como vuelvan a cometer los nuestros otra imprudencia, como la de Clemente y Sardá, (a los realistas) espérelos usted en Bogotá” (Cortazar, 1964, p. 119; Miramón, 1997). Por fortuna los errores no se volvieron a cometer, y el general José Prudencia Padilla se llenó de gloria en la batalla del lago de Maracaibo, liberando esa ciudad definitivamente de las tropas españolas.

En mayo de 1823 Adlercreutz fue ascendido al grado de coronel, en 1824 se desempeñó como presidente interino de la “Comisión subalterna de repartimiento de bienes nacionales”, y en 1826 fue nombrado comandante militar de la guarnición y de provincia de Santa Marta. De nuevo en Maracaibo se presentaron algunos brotes de insurrección, por lo que Bolívar despachó para esa ciudad el batallón Granaderos y dio instrucciones precisas para que los escuadrones que marchaban con Adlercreutz no se sublevaran (Lecuna, 1917, p. 159). Esta enumeración de acciones en las que participó Adlercreutz, es una muestra rápida de la frágil cohesión de la Gran Colombia y la alta estima que de este coronel sueco tenían Bolívar y Montilla.

4. Real Archivo Militar (Colección Nils Adlercreutz), Estocolmo, Etat Major Général de l´Armée Suédoise, N° 657, Estocolmo, 9 de diciembre de 1819.

5. Devereux se desempeñó como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario para promover los inetereses de la Gran Colombia en las cortes de Rusia, Suecia-Noruega y Dinamarca, entre noviembre de 1822 y julio de 1823. El Vicepresidente Francisco de Paula Santander fue el encargado de nombrarlo y de revocarle los poderes conferidos (De Mier, 1983, pp. 1445-1446, t. 5).

6. En 1823 el Congreso de la República de Colombia y el vicepresidente Francisco de Paula Santander le otorgaron a Elbers el privilegio de la navegación a vapor por el río Magdalena. Aunque esta exclusividad era por veinte años, el presidente Simón Bolívar revocó el privilegio en 1829 (Viloria, 2002, p. 30).

7. Pedro Gual fue un destacado patriota y político venezolano. Colaboró con Miranda en la primera República (1810-1812), y poco antes de la derrota patriota fue nombrado agente ante el gobierno de Estados Unidos. De este país pasó a Cartagena en 1813, en donde lo eligieron diputado a la legislatura provincial. Entre enero y mayo de 1815 ejerció como gobernador del Estado de Cartagena, y salió para Estados Unidos unos meses antes de iniciarse el Sitio de Cartagena por las tropas de Morillo. Luego de campañas fallidas en México y Florida, regresó a las costas colombianas del Caribe en abril de 1820, y se desempeñó como gobernador civil de la provincia entre junio de 1820 y febrero de 1821. Se le podría considerar como el primer administrador público (no militar) de las provincias del Caribe colombiano (Bierck, 1947).

8. Carta de F.T. Adlrecreutz a Johan Norderling, gobernador de la isla de San Bartolomé. Riksarkivet (Archivo Nacional de Suecia), Estocolmo.

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