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Introducción

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De cuantos suecos llegasen a Iberoamérica durante la Época de la Emancipación, ninguno más famoso que el conde Federico Tomás Adlercreutz, hijo de una de las personalidades del Reino y teniente coronel al optar por enrolarse en el ejército de Bolívar en 1820 (Mörner, 1961).

La sola afirmación de Mörner es argumento suficiente para emprender una investigación sobre el prócer de la Independencia colombiana Federico Tomás Adlercreutz. La vida de este conde sueco está llena de vicisitudes como haber nacido en cuna noble, perder a su madre a temprana edad, tener a su padre como una de los militares más prestigiosos de su país y ser edecán del rey de Suecia. Después de la muerte de su padre, no supo administrar ni la fama de éste ni la fortuna familiar. Estos inconvenientes le costaron su carrera militar en Suecia, a la que tuvo que renunciar y buscar su destino en otras latitudes. De seguro con la anuencia del rey, Federico se encaminó a Londres a finales de 1819 para unirse a uno de los contingentes de la legión irlandesa, y con ellos, marchó a América para luchar por la Independencia de las colonias españolas.

A principios del siglo XX un historiador colombiano (Posada, 1903) fue el primero que se interesó en relatar la vida política y militar de Federico Tomás Adlercreutz. Hace más de un siglo (1903), Posada escribió un pequeño artículo sobre el prócer sueco, que fue ampliando y enriqueciendo en posteriores artículos de 1923 y 19331. Por su parte, el venezolano Parra-Pérez escribió en 1928 un libro sobre Adlercreutz, basado en las cartas recibidas por el conde que originalmente fueron escritas en español o francés. Algunos años después (1941) el historiador argentino Iso Brante publicó en Venezuela una investigación rigurosa, basada en cartas originales de Adlercreutz, muchas de ellas escritas en sueco. Otros artículos como el de Paulin (1952) y Mörner (1960) traen referencias de Adlercreutz, y sobre todo el último da pistas de dónde encontrar otros documentos históricos relacionados con el conde.

A partir de esta bibliografía me propuse como objetivo adelantar una investigación sobre Federico Tomás Adlercreutz y el contexto histórico que vivió en Colombia durante esos años (1820-1831), con algunos detalles relevantes de la guerra de Independencia ocurridos en Cartagena, Mompox y Santa Marta principalmente. Resultó interesante estudiar la vida de un hombre prominente como diplomático, político y militar, pero que fracasó en todas sus actividades económicas y financieras a lo largo de su vida. Los documentos sobre Adlercreutz dan testimonio de haber sido un buen administrador público (un ejemplo puede ser su desempeño como gobernador de Mompox), pero también confirman su escasa visión para los negocios y su limitado espíritu empresarial.

Así mismo, en el desarrollo del documento se utilizó un enfoque que permitiera estudiar a Adlercreutz no como un personaje aislado, único e interesante, sino tomarlo como ejemplo de un fenómeno más general: los otros militares extranjeros involucrados en la guerra de Independencia, muchos de ellos enrolados en las legiones inglesa e irlandesa.

A este respecto cabe preguntarse: ¿Cuáles fueron las motivaciones de Adlercreutz para venir a América y luchar por la Independencia? ¿Fue un simple aventurero o un mercenario, como muchos de sus compañeros extranjeros? ¿Cuál fue su aporte a la República? ¿Tenía un capital humano que lo hiciera sobresalir de los otros oficiales nacionales o extranjeros?

El trabajo se estructuró a partir de tres ejes temáticos: el político-militar, el económico-administrativo y el familiar-sentimental. Estos temas se desarrollan de manera transversal a lo largo de todo el documento. Para adelantar la investigación no solo se consultó la bibliografía referida a Adlercreutz, sino su correspondencia con otros próceres de la Independencia como Bolívar, Santander, Montilla y de Francisco Martín, entre otros. También se tuvo acceso a la documentación existente en el Archivo Nacional de Suecia (Riksarkivet) - Archivo Militar - en Estocolmo, el Archivo Histórico de Cartagena, de la Casa de la Moneda y la Sala de Libros Raros y Manuscritos de la Biblioteca Luis Ángel Arango. En abril de 2004 tuve la oportunidad de visitar el Instituto de Estudios Latinoamericanos (LAI por sus siglas en inglés) de la Universidad de Estocolmo, en donde me entrevisté con los historiadores Magnus Mörner y Carlos Vidales. Allí tuve acceso a un trabajo inédito de Vidales, en el que recopila gran parte de los documentos que se encuentran en los archivos suecos referidos a Federico Tomás Adlercreutz.

Esta investigación surgió de manera fortuita, a partir de la correspondencia que el autor entabló con María Wickelgren, una profesora sueca descendiente del momposino Carlos Natividad Adlrecreutz Díaz Granados (hijo del sueco Federico Adlrecreutz y la cartagenera María Josefa Díaz Granados), quien buscando pistas de su antepasado llegó a uno de mis documentos sobre historia empresarial del Caribe colombiano. Para ella, y su esposo John Wickelgren, mis agradecimientos muy especiales. Me beneficié igualmente de una visita a Suecia en la primavera de 2004, por invitación de la Asociación de Profesores de Español del Sur de Suecia, presidida por Inger Enkvist. También colaboraron con esta investigación Steinar Saether, historiador noruego; Magnus Mörner (QEPD), quien fuera fundador del Instituto de Estudios Latinoamericano de la Universidad de Estocolmo; Carlos Vidales (QEPD), quien se desempeñó como profesor colombiano del mismo Instituto; la Biblioteca Luis Ángel Arango, y Alberto Arias De Greiff, quien me facilitó documentos históricos referidos a su antepasado sueco, el capitán Carlos de Greiff.

1. En 1933 el Ministro de Suecia en Madrid obsequió a la Academia Colombiana de Historia un retrato de conde Federico Tomás Adlercreutz (Posada, 1933), y en 1955 el Ministro de Suecia en Colombia hizo lo mismo con la Academia de la Historia de Cartagena (Torres, 1955). El retrato original, que pertenece a sus descendientes en Suecia, fue pintado por Per Krafft, el joven (1777-1863), discípulo de Louis David, éste último pintor neoclásico francés.

Un conde nórdico en el Caribe:

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