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Potencialidad de la literatura infantil y juvenil en Iberoamérica
ОглавлениеUn volumen titulado Hitos de la literatura infantil y juvenil iberoamericana, publicado en Colombia con ocasión a la segunda edición del Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura, realizado en Bogotá en marzo de 2013, congregó a decenas de especialistas en la creación y la crítica. Este foro, como en su primera edición del 2010 en Santiago de Chile, sirvió de reflexión sobre las bases y la potencialidad de la literatura infantil y juvenil en Iberoamérica.
Hitos de la literatura infantil y juvenil iberoamericana es un libro de gran formato y exquisita edición, cuya coordinación estuvo a cargo de Beatriz Helena Robledo, profesora y escritora colombiana, quien escribe el prólogo. Le suceden veintidós breves ensayos sobre el género cultivado en los países de habla española y portuguesa. Desde Argentina a Venezuela, en Sudamérica, y de España a Portugal, en Europa, el panorama que se ofrece de los orígenes y los procesos en cada nación muestra puntos en común, como las bases orales, la insuficiente difusión o el reconocimiento de un género todavía en camino de consolidación. El apartado dedicado a Perú estuvo en manos de la maestra y crítica literaria Jéssica Rodríguez López, quien, en el espacio reducido que dispone, consigue dar una lúcida visión del origen y del desarrollo del género en nuestro país.
Con el buen criterio de una persona consagrada a la enseñanza, la autora establece su punto de partida en la concepción de la “infancia” como resultado de la confluencia de diversas ciencias —en especial la psicología evolutiva y la pedagogía—; este fenómeno social va a generar necesidades culturales específicas para este nuevo sector. Estamos en las primeras décadas del siglo XX y la literatura nacional, como en la mayor parte de los países de América Latina, apelará a la tradición oral con la finalidad de cubrir el espectro de la literatura infantil y juvenil. También vivíamos, por entonces, la afirmación de los primeros cimientos de la literatura peruana contemporánea, lo cual permitirá aprovechar las flamantes resonancias de escritores de la talla de Abraham Valdelomar, José María Eguren y César Vallejo.
Jéssica Rodríguez se concentra en señalar el desarrollo de la literatura infantil y juvenil desde 1940, cuyos manantiales representan en poesía los libros Simbólicas (1911) y La canción de las figuras (1916) de José María Eguren y en narrativa los cuentos “El caballero Carmelo” (1913) y “El vuelo de los cóndores” (1914) de Abraham Valdelomar. Rodríguez comenta las obras más importantes de mediados del siglo XX: “El trompo” (escrito en 1940, publicado en 1951) de José Diez Canseco; “Paco Yunque” de César Vallejo (escrito en 1931, publicado en 1951); “Rutsi, el pequeño alucinado” (1941) de Carlota Carvallo de Núñez; “El bagrecico” (1965) de Francisco Izquierdo Ríos; “Los inocentes” (1961) de Oswaldo Reynoso; hasta llegar a la novela de Óscar Colchado Lucio titulada “Tras las huellas de Lucero” (1980). Y finalmente hace una brevísima cala en Noé delirante (1963), libro de poemas de Arturo Corcuera, donde “el poeta actualiza el mito, amplía y torna fantástica la fauna que lo compone y la dota de una dimensión simbólica” (Rodríguez, 2013).