Читать книгу Historias cortas, de poder, de amor y de tragedia - Jorge Osvaldo Bazán - Страница 22
Cargando los cartuchos
ОглавлениеEn una oportunidad, a comienzos de los 70, la salud sexual de “El rubio” comenzó a presentar los lógicos desgastes del tiempo. Y aquí cuento una anécdota que me fue referida por uno de sus protagonistas. Por entonces, había saltado a la fama la Doctora Ana Aslán, una científica rumana pionera en gerontología y geriatría que descubrió que la procaína, o en su versión comercial Gerovital contiene elementos claves que previenen el envejecimiento. Esa sustancia era usada por los dentistas para atenuar el dolor de muelas. Presidentes como Kennedy, Lindon Johnson, De Gaulle, Francisco Franco y hasta Pinochet; artistas como Chaplin, Henry Fonda, Omar Sharif, Pablo Picasso y Salvador Dalí, habían requerido los servicios de la Dra. Aslán. Pero esa célebre médica también estaba experimentando con inyección de células de ovejas nonatas, borregos estudiados y perfectamente sanos a los cuales se les extraían sustancia de una glándula llamada timo, que se encuentra por detrás del esternón. Este tratamiento, muy poco conocido por aquellos años, suponía mejorar en los pacientes inyectados su apetito sexual, reducir el cansancio propio de la edad, y otros beneficios. La cuestión es que el General, tal vez necesitado de “renovar los cartuchos” contactó por intermedio de la Embajada Paraguaya en Buenos Aires al Dr. Ludovico Niesner, un médico que había estudiado en Europa la técnica de la rumana. Este galeno era amigo de mi padre, y le pidió que lo acompañara a Asunción para tratar al presidente Stroessner. Para eso vino a Formosa. Me acuerdo que poco tiempo antes había asumido la presidencia de facto en Argentina el ignoto General de Brigada Roberto Levingston.
Lo que sigue encomillado es lo que Ludovico me contó de esa experiencia que en cierta forma fue traumática.
“Llegamos a la frontera y allí nos estaba esperando un auto de la custodia presidencial que nos llevó hasta el Hotel Guaraní. Serían las seis de la tarde. Al otro día pasaron a buscarnos y fuimos directamente hasta Mburuvicha Roga, donde nos hicieron pasar a un amplio living con vista a los inmensos jardines. Al instante se hicieron presentes tres médicos. uno de los cuales era el propio ministro de salud Adán Godoy Gimenez.”
“Con gesto adusto me preguntaron en qué consistía el tratamiento que le ofrecería al mandatario. Con lujo de detalles le expliqué que le daría Gerovital, combinado con el trasplante de células de borrego. En esta última parte otro de los médicos presentes me indicó que no había experiencia suficiente a nivel mundial, sobretodo por los efectos colaterales. Y allí salió la amenaza: Si algo malo le pasaba al General nosotros no volvíamos a Argentina.”
“Muy incómodo por el destrato, entonces le dije que nos retiraríamos inmediatamente, pero en ese momento apareció el presidente, y luego de los saludos, nos dijo que sí o sí se sometería al tratamiento estipulado.”
“De allí me llevaron a una sala equipada con todo tipo de elementos de reanimación cardíaca para que constate las instalaciones y al otro día se llevó a cabo la práctica. El general experimentó algo de fiebre pero felizmente a las 48 horas ya estaba de muy buen humor y contento.”