Читать книгу Por algo habrá sido - Jorge Pastor Asuaje - Страница 18

Los apodos

Оглавление

En todo grupo de varones siempre hay apodos, y más en un barrio. En el mío casi todos teníamos uno, referidos en general a alguna característica física que nos pesaba. O a cualquier otra cosa que nos distinguiese. No eran demasiado originales: a un gordito le decíamos “Tapón”, a otro “Chancho”, al flaco “Calavera” y a otro “Locomotora”. “Negro” no le decíamos a nadie en particular, porque morochos oscuros eran unos cuantos. A Guillermo y a mí, por haber vivido en Francia, nos decían Franchute, o Francés, o Francia; principalmente los de los otros barrios, para el nuestro, él era “El Zurdo” y yo “El Jorge”, con el artículo antes, como todos los nombres. Alejandro, mi hermano más chico, era “El Rata”.

Por algo habrá sido

Подняться наверх