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De las Championes a las Sacachispas

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Los Rosell habían venido de Rosario hacía ya muchos años, sin mucho más patrimonio que el fanatismo por Newell’s Olds Boys y unas zapatillas viejísimas que don Gilberto sacó un día de entre un montón de cosas viejas del galpón:”Que lástima que te quedan grandes, porque estas son muy buenas zapatillas, son como unas championes”. Fue la primera vez que vi de cerca unas zapatillas de basquet de las antiguas, con abotinado de media caña y redondelitos blancos de goma a la altura de los tobillos. Hasta la década del 70, más o menos, las zapatillas para deportes no fueron un producto de venta masiva como ahora. Se vendían únicamente en las casas de deportes y había pocos modelos. Hasta la década del 50 las más sofisticadas eran las “championes”, así les decían en el litoral, pero en realidad se llamaban Champions, en inglés; después aparecieron las Sacachispas, para fútbol, como unas championes pero negras, con puntera y tapones de goma cuadrados; a fines de los 60 hubo unas con tapones redondos, muy lindas, pero se rompían pronto y no salieron más. A parte estaban las Pampero tradicionales, esa alpargata abotinada con suela de goma; todavía existen, pero son chinas y no tienen ni nombre. Mejores que esas eran las Flecha, azules o blancas, con puntera y suela de goma; durante mucho tiempo fueron lo máximo, hasta que en los setenta aparecieron las Pampero Tenis, que eran solamente para los cajetillas.

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