Читать книгу Lecciones sobre economía mundial - José A. Alonso Rodríguez - Страница 28

2.1. De las décadas finiseculares del ochocientos a la Primera Guerra Mundial: El final del cosmopolitismo

Оглавление

Pocas transformaciones sustanciales en el sistema de relaciones económicas internacionales cabe registrar en el paso del siglo XIX al XX: más bien, el asentamiento del patrón oro como sistema internacional de pagos entre los países más ricos, un sistema de tipos de cambio fijos que se generalizó, siguiendo el ejemplo británico, en las décadas finales del ochocientos; y, en línea con el agotamiento de la larga etapa librecambista del final del XIX, asoma con el nuevo siglo un cierto recrudecimiento del proteccionismo arancelario en Europa. Más intensos son, en cambio, los avances tecnológicos e industriales que experimentan sobre todo los países occidentales, al calor de la que ha dado luego en calificarse de segunda revolución industrial del mundo moderno: la que sustituyó el motor de vapor por el de explosión y el carbón mineral por la electricidad y luego el petróleo como fuerzas motrices principales, alterando no solo el panorama industrial con el desarrollo de nuevas ramas sino, igualmente, el de las comunicaciones. Un conjunto de transformaciones económicas que se extiende a la organización de la producción, con la formación de la gran empresa y de los trust y cárteles de ámbito internacional a partir de grandes concentraciones de capital en diversos sectores energéticos y manufactureros, desde el petróleo y la naciente automoción a la química y la siderurgia. La aventajada posición de Estados Unidos –nación favorecida por la abundancia de recursos y el tamaño de su mercado– en estos desarrollos fabriles y tecnológicos le confirió pronto una supremacía, en forma de ventaja tecnológica, que se haría luego patente a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XX.

La tasa de crecimiento per cápita de la economía mundial entre 1870 y 1913 anota un promedio anual acumulativo del 1,4%, en contraste con el mucho más modesto registro del medio siglo previo (0,5%). Avance que fue especialmente aprovechado por las naciones del Nuevo Mundo, en comparación, en este caso, con las vastas regiones de Asia y de África que permanecían sujetas a controles –no solo políticos, sino también comerciales y financieros– de tipo colonial, y, con ello, al margen de las ventajas que proporcionaba a otros países de abundantes recursos naturales su apertura comercial al exterior, bien como complemento del mercado interior (Norteamérica), bien como forma de suplir a este (en la mayor parte de América Latina).

El tercio de siglo que precede a la Primera Guerra Mundial es el del patrón oro extendido a escala internacional, esto es, un período de convertibilidad monetaria casi mundial –salvo China, y algunos países de menor importancia, entre ellos España– que sobrevivió a distintas crisis financieras. Ello permitió, sobre la base de la confianza de los mercados y la estabilidad de los cambios, un flujo de comercio y de capitales particularmente provechoso para Estados Unidos, que concluirá el período bien situado para tomar el relevo de la hegemonía británica dentro del capitalismo mundial. Con todo, hacia 1913 Europa dominaba aún el comercio internacional (más de un 60% del total tenía a esa región por origen o destino); un comercio, pues, básicamente intraeuropeo, o de Europa con sus territorios coloniales o de asentamiento reciente, como Estados Unidos, consistente, a su vez, en más de un 60%, en productos primarios, si bien Europa se reservaba la parte fundamental –más del 75%– de las exportaciones mundiales de productos manufacturados, entre las que los textiles representaban cada vez menos, y los productos metálicos, más.

Pues bien, todo ese escenario de crecimiento comercial a largo plazo cambia radicalmente a partir de 1914, cuando, con la guerra, se suspende el patrón oro, y, con ello, la estabilidad monetaria internacional, ahora sustituida por la inflación y la alteración comercial causada por el conflicto bélico iniciado en el corazón de Europa. El cosmopolitismo económico de comienzos de siglo, incluido el auge excepcional de los movimientos migratorios que desde Europa fluyen hacia distintos países americanos, pronto se sustituye por la introversión y el cierre de las fronteras.

Lecciones sobre economía mundial

Подняться наверх