Читать книгу Extrañas criaturas - José Güich Rodríguez, Alejandro Susti - Страница 29
ОглавлениеEn cierta época, entre solaz pueril, algunos temieron bravamente conocerme, pero la humanidad me busca a trote obstinado desde que irrumpió la primera vertiente de la tarde. La simple sospecha de mi presencia vuelve ardiente el afán de más de un rudo pecho y los sabios, para poseerme, se han enfrentado al nudo gordiano, al nudo corredizo, al nudo en la garganta y a muchos nudos por hora van tras mi sombra, esquiva y dura, que imanta toda pupila abierta.
Alguna vez, los científicos se vinieron abajo, a uno de mis mínimos recintos. Ahí, en manos de nadie hallaron el mismísimo nunca en un horrísimo estallido. A partir de entonces, los posee un devorador remordimiento.
Estoy en el meollo del mundo natural y de la historia y, debajo de mí y de mi sombra, hay otros yo mismo quietos, intactos, intocados. Ante la curiosidad de los humanos, ellos se escurren, saltan y evaporan.
Para explicar la insinuación ardiente del Universo, en cuyo seno estoy, las religiones recurren a mí, aunque cambiándome de nombre. Yo acudo con mucha jovialidad y subrayo que, para explicarme a mí mismo y a mis ánimos constantes, no quedo sino yo, mis agradables trampas, mis remotas venturanzas.
Existo cuando estoy preso, pero en libertad me muero.
(El misterio)