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Libro I


En donde se plantea una batalla en el Parlamento Global

I. Un mundo dominado por las teorías del «Humanismo Liberador»


En este año del Señor de 4.344 d. C. yo, cronista del Vaticano, relato los acontecimientos tal como los vi. Puede que no sean toda la verdad, pero sí mi verdad. Era el papado de Calixto X, el primer pontífice nacido fuera de la Tierra en la colonia lunar permanente. El Colegio cardenalicio lo había elegido hacía unos meses y en su acceso a la «cátedra de Pedro» ya se anunciaba que iban a ser tiempos turbulentos para la Iglesia. El presidente del Gobierno de la Unión de los Pueblos Humanos (UPH), George Nerwin, mostró su malestar por esta elección.

Después de una época de continuo aumento del poder político del Partido del Humanismo Liberador y su injerencia en todos los aspectos de la vida de las personas, el papado quedó como casi la única autoridad moral independiente. Se manifestaba a menudo en contra de las teorías oficiales del Gobierno de la Tierra. Sus doctrinas se oponían, por ejemplo, al aborto, la eutanasia, los embarazos extracorpóreos en laboratorio (que la Iglesia católica solo aconsejaba cuando había riesgo de vida del feto o de la madre, y solo a partir de un tiempo de embarazo natural), la clonación humana (que por razones éticas había sido prohibida a nivel global) o la transmigración cuántica1 de la teoría del post-humanismo.

El Vaticano también abogaba por la separación del poder temporal y el espiritual, etc, doctrinas que mantuvieron firmes en los concilios de los siglos XX, XXI, XXII… y estaban contra las teorías oficiales del Gobierno global planetario reunidas bajo la denominación de «Humanismo Liberador» (HL).

Junto a la Iglesia católica, la ortodoxa y algunas minorías religiosas (judías, islámicas…) mantenían su moral de siempre. Por el contrario, otras confesiones y escuelas filosóficas habían ido evolucionando o claudicando, aceptando los postulados del HL.

En estos años estaba creciendo un movimiento nuevo, de origen ecologista, llamado Humanismo Natural (HN) cuyo principio era volver a los orígenes civilizadores de la humanidad. Coincidía en muchos planteamientos con la Iglesia católica, pero por razones ecológicas. Por ejemplo, era contrario al aborto y los embarazos extracorpóreos de manera mucho más radical. Tenía una representación muy minoritaria en el Parlamento global, en el que eran muy activos.

1 Es el intento, aún no logrado hasta la fecha de este relato, de transferir la conciencia humana a un ordenador cuántico alargando su existencia fuera del cuerpo humano. La Iglesia católica defiende que el ser humano es cuerpo y alma (o conciencia según algunos) y su separación en la muerte es solo temporal volviéndose a unir en la resurrección. Todo intento de mantener la vida fuera del cuerpo es contrario a la naturaleza humana según la moral católica mantenida hasta la fecha. Tanto en esto como en los embarazos extracorpóreos o la clonación humana había corporaciones industriales que necesitaban rentabilizar sus investigaciones. Constituían poderosos lobbies dentro del Parlamento global que querían que se aprobasen leyes que protegieran y promocionasen sus actividades. Hasta el momento habían sido contenidos por la presión de algunas iglesias, la católica entre ellas, grupos ecologistas y los partidarios del Humanismo Natural que se oponía a estas ideas del Humanismo Liberador.

Memorias de un cronista vaticano

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