Читать книгу Protocolo para la organización de actos oficiales y empresariales. - Juan de Dios Orozco López - Страница 12

2.5. Conclusión

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Como conclusión, cabría destacar el importante papel que las religiones han desempeñado en la regulación de las conductas públicas de sus practicantes y que, de modo determinante, han permitido la evitación de conflictos desde sus inicios hasta nuestros días. Evitar los problemas entre personas puede ser considerado uno de los principales objetivos del protocolo.

Muchas de las actuaciones consideradas buenas o malas son fruto de la normativa de edad milenaria derivada de la necesidad primitiva de establecer límites para la actuación humana y procurar una armónica convivencia.

El cristianismo, por ejemplo, además, estableció un sistema de valores punibles o premiables con el infierno o el cielo. Fríamente analizados, los códigos religiosos de comportamiento resultan un inteligente modo de prevenir acciones personales indeseables, además de crear una fórmula eficaz para atemorizar, con el dolor y el castigo eterno, a quienes no se comporten adecuadamente en su vida terrenal.

En esencia, el sistema actual de conducta pública es similar al que promovieron inicialmente las religiones. La diferencia, sin embargo, está ahora en que los premios o castigos no se retrasan hasta después de la muerte y que las sociedades se han dotado de mecanismos de prevención premiando las conductas apropiadas con el reconocimiento social, o mereciendo el castigo, rechazo y desprecio público.

Protocolo para la organización de actos oficiales y empresariales.

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