Читать книгу Protocolo para la organización de actos oficiales y empresariales. - Juan de Dios Orozco López - Страница 20

4.3. La finalidad del protocolo

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A la vista de lo anterior, es fácil afirmar que el protocolo es una potente herramienta para crear, mantener y reforzar relaciones institucionales y sociales, entre otras circunstancias.

La puesta en práctica de la técnica y el conocimiento de la norma protocolaria en la organización de actos contribuye a la visibilidad de representantes políticos, instituciones, empresas y personas explicitando la calidad y cualidad personal y la institucional.

Generar percepciones –más aún si se acercan a la realidad– es necesario para generar credibilidad. Por eso, cabe afirmar que no solo es necesario ser sino también parecer. La rectitud moral exigible a los responsables públicos hace actual la cita de “no basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo[23]”. El protocolo ayuda a trasladar la mejor cara de las instituciones a su público objetivo y busca hacer coherente la realidad institucional y la actuación personal de sus representantes.

Pero es importante destacar, también, que el protocolo debe ser un instrumento de las organizaciones y no un fin en sí mismo. Aplicar las normas de organización de actos o las exigidas en las relaciones sociales debe permitirnos ser eficientes y eficaces, minimizar errores y hacer rentable la actuación personal o de la institución, según sea el caso.

A modo de conclusión de este apartado, se puede afirmar que el protocolo oficial y el social se constituyen como verdaderas herramientas de comunicación y de marketing para las relaciones institucionales y personales.

La finalidad del protocolo es poner en valor a las instituciones, a las empresas y a las personas.

Protocolo para la organización de actos oficiales y empresariales.

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