Читать книгу Protocolo para la organización de actos oficiales y empresariales. - Juan de Dios Orozco López - Страница 26

5.5. Los criterios de precedencias en organizaciones internacionales

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Nos detenemos ahora a analizar la ordenación de representantes de países en las organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la Unión Europea (UE), la Unión Africana (UA) o la Comunidad Caribeña (CARICOM).

La precedencia entre organizaciones internacionales la encabeza la ONU. Las razones para ello habría que buscarlas en su importante cometido y en el número de países que la integran.

Desde mi punto de vista, el criterio más importante para la ordenación entre organizaciones internacionales es precisamente el número de países que integran las mismas y no la importancia relativa de la propia organización, que sería imposible de medir y valorar con criterios objetivos salvo en el caso de la ONU.

Pongamos un ejemplo de ordenación entre organizaciones internacionales. Si en una reunión internacional coincidieran OTAN, CARICOM, ONU, UE y UA, la posible ordenación entre las mismas quedaría así:

1 ONU: 193 países.

2 UA: 54 países.

3 OTAN: 28 países y fecha de creación 1949.

4 UE: 28 países y fecha creación 1993.

5 CARICOM: 15 países.

Los responsables oficiales de cada una de las anteriores organizaciones, así como los símbolos que respaldan su actividad política, económica o institucional, podrían quedar ordenados conforme a la forma que se ha establecido más arriba:

1 Secretario general de la ONU.

2 Secretario general de la UA.

3 Secretario general de la OTAN.

4 Representante de la UE.

5 Secretario general del CARICOM.

O teniendo en cuenta la antigüedad en el cargo de cada uno de los máximos representantes de las organizaciones según necesidades organizativas. La elección de una u otra forma de establecer las precedencias estará fuertemente influenciada por la costumbre de lo que se haya venido haciendo en anteriores ocasiones.

Por encima del criterio anterior está la prevalencia del que preside –que suele ser anfitrión– frente a los que asisten como invitados. Pero este tema lo trataremos con más profundidad en el apartado reservado a la presidencia.

Pongámonos ahora en el caso de la ordenación de países dentro de las organizaciones internacionales de las que venimos hablando. Como no podía ser de otra manera, no existe un criterio común y único para el establecimiento de precedencias en las organizaciones internacionales por muchas razones.

Llegado a este punto debería considerarse, como el mejor criterio de ordenación, el orden alfabético del nombre de los países. Si lo que se pretende es mantener a los países en el mismo plano de importancia, en busca de un equilibrio entre los mismos, ni la posición económica, ni la capacidad de influencia internacional parecen razones acertadas para establecer precedencias. De hecho, la mayoría de organizaciones internacionales ordena a las naciones integrantes conforme al orden alfabético del nombre oficial del país en el idioma inglés. Este es el caso, de la ONU y la OTAN.

La Unión Europea es un caso peculiar de ordenación alfabética dado que la precedencia se establece por el orden alfabético del nombre del país en su idioma oficial. Así, Alemania no es Germany sino Deutschland y Grecia es Hellasy no Greece, por ejemplo.

A los efectos anteriores, parece que la ISO 3166-1 alfa-3[25] podría ser la norma aceptada para la ordenación internacional de los países tomada alfabéticamente.

Finalizaremos este apartado afirmando que la precedencia en los actos oficiales sitúa espacialmente a cada cual donde le corresponde, por encima de gustos y vanidades personales, procedencia social o género. No hay práctica más democrática y que explicite mejor sus valores que el establecimiento de precedencias por cuanto, siendo todos iguales, la precedencia solo indica preferencia en el lugar en razón de responsabilidades concedidas en las urnas.

Para el buen orden y funcionamiento de cualquier acto y la presentación de la actividad política o empresarial a la sociedad, es absolutamente necesario el establecimiento de normas protocolarias y, por lo tanto, de la determinación de precedencias.

Protocolo para la organización de actos oficiales y empresariales.

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