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Recuperación de la fatiga en baloncesto de alto nivel

(PAUTAS METODOLÓGICAS DE ACTUACIÓN PRE, PERI Y POSCOMPETICIÓN)

J. Calleja (1), J. Lekue (1), X. Leibar (1), N. Terrados (2)

(1) Centro de Perfeccionamiento Técnico. Departamento de Cultura. Dirección de Deportes del Gobierno Vasco. Federación Española de Baloncesto.

(2) Unidad Regional de Medicina Deportiva del Principado de Asturias. Fundación Deportiva Municipal de Avilés. Departamento de Biología funcional de la Universidad de Oviedo.

1. INTRODUCCIÓN

Los partidos oficiales de baloncesto comprenden 4 tiempos de 10 min, con una pausa de 15 min entre el segundo cuarto y el tercero, y 1 min entre el primero y el segundo y el tercero y el cuarto (Manual de reglas de baloncesto FIBA, 2005), durante el transcurso de las cuales se suceden acciones en las cuales el 52% de los tiempos de juego oscilan entre 11-40 s, y un 42% de los tiempos de pausa comprendidos entre los 11 y 40 s, en los cuales las acciones son preferentemente cambios, faltas personales, tiempos muertos, balones que salen del campo, etc. (Colli y Faina, 1987; H. Moreno, 1996).

Las pausas con duración superior a 4 s se corresponden generalmente con tiros libres y tiempos muertos, siendo las duraciones de tiempo de juego superiores a 1 min muy poco frecuentes. El tiempo de juego tiene consecuencias sobre el tiempo de pausa; si el primero aumenta, el segundo también. La única diferencia que se observa en los estudios publicados radica en el porcentaje sobre el tiempo total. Colli y Faina (1987) observaron en sus investigaciones que el 52% de los tiempos de participación oscilaban entre 11 y 40 s. Sin embargo, H. Moreno (1996) determinó que el 72,1% del tiempo total de juego se desarrollaba entre 0 y 40 s.

Además, el sistema de competición presenta diferentes formatos, bien sea en liga regular, durante una temporada deportiva completa, Copas del Rey (2-3 días con partidos en días seguidos) o sistema play-off, en juego, siempre con la posibilidad de campeonatos internacionales en los que en 21 días se juegan de 6 a 12 partidos.

Según el tipo de acciones ejecutadas en el juego, el baloncesto es una actividad en la que el requerimiento de velocidad, de acciones de velocidad, velocidad de esprín y resistencia a la velocidad es evidente (Verma et al., 1978). En deportes de conjunto se define como la capacidad necesaria para que la acción se realice a la máxima intensidad (esprines, salidas, arrancadas, paradas), siendo la duración de las acciones muy corta sin la que la fatiga sea un aspecto determinante (Martín Acero, 1998).

En consecuencia, algunos técnicos interpretan nuestro deporte como una actividad en la cual el origen de la fatiga es de carácter neuromuscular periférico (Bompa, 1995) a pesar de que todavía no se han publicado estudios científicos para determinar con precisión este fenómeno.

Además, estudios recientes, que se mencionan en otros capítulos de este libro, muestran una gran actividad de la glucólisis en el baloncesto de alto nivel, lo que implicaría un gran uso (y un posible vaciamiento) del glucógeno muscular y hepático.

2. OBJETIVOS DE LOS MÉTODOS DE RECUPERACIÓN

Basándose en el origen de la fatiga, los objetivos generales de la aplicación de la metodología de recuperación en el contexto de la competición y/o entrenamiento son los siguientes (Viru, 1995):

•Normalización de las funciones orgánicas y del equilibrio homeóstatico general.

•Restablecimiento de los substratos energéticos y sobrecompensación de los mismos.

•Reconstrucción de elementos celulares y sistemas enzimáticos.

Junto con los objetivos anteriormente expuestos, deben entenderse asimismo las múltiples circunstancias que los jugadores presentan de forma individual (lesiones, tiempo de participación, viajes, etc.), las posibilidades materiales en cuanto a disponibilidad de los métodos propuestos y los criterios técnicos dispuestos por el entrenador a la hora de plantear otros objetivos parciales.

3. CLASIFICACIÓN DE LOS MÉTODOS DE RECUPERACIÓN

En el proceso de clasificación de la metodología de recuperación, los criterios más utilizados se basan en conocer el tipo de fatiga y el mecanismo que la produce para aplicar el método de recuperación adecuado (Fernández-García y Terrados, 2004).

En función de la cronología temporal se deben diferenciar los métodos a utilizar antes y después de los partidos, así como durante los mismos.

Desde el punto de vista del tipo de métodos, se diferencian básicamente los métodos fisiológicos, físicos, ergonutricionales y los psicológicos (Terrados, Mora y Padilla, 2004).

Los métodos fisiológicos comprenden aquellos sistemas basados en las propias capacidades funcionales del deportista y consiste en utilizar estímulos propios del organismo, como son el reestablecimiento del sueño o la actividad física moderada a intensidad baja, entre otros.

Dentro de los físicos se resumen los agentes externos que pueden provocar reacciones positivas orgánicas, entre ellos incluimos el masaje, la crioterapia, la sauna, el hidromasaje o la electro-estimulación.

Los sistemas organizados en el término ergo-nutricional engloban un amplio abanico que implica la correcta utilización de nutrientes como aporte de substratos, fluidos y agentes farmacológicos con posibles efectos beneficiosos para el sistema orgánico.

Finalmente, los métodos psicológicos constituyen sin duda uno de los aspectos clave en el proceso tan complejo de la recuperación, con frecuencia supeditados a la utilización y efecto de los anteriores.

El trabajo de motivación, concentración, práctica imaginada y otras técnicas (García-Barrero et al., 1994), son herramientas frecuentemente utilizadas por el psicólogo de los equipos de rendimiento deportivo, en nuestro caso el baloncesto.

4. TEMPORIZACIÓN DE LOS MÉTODOS DE RECUPERACIÓN EN EL BALONCESTO

4.1. MÉTODOS A UTILIZAR ANTES DE LA COMPETICIÓN

4.1.1. Creatina

Tabla 7.1. Clasificación de la recuperación en función de temporización y métodos utilizados (Terrados, Mora y Padilla, 2004).

SEGÚN LA TEMPORIZACIÓNSEGÚN LA METODOLOGÍA UTILIZADA
Recuperación intrasesión o durante el partidoMétodos fisiológicos
Recuperación entre entrenamientos y entre partidosMétodos físicos
Métodos psicológicos
Métodos ergonutricionales

La creatina es un compuesto natural que se sintetiza de forma endógena en el hígado, pancreas y riñones a partir de los aminoácidos argi-nina, glicina y metionina (Bessman y Carpenter 1985., Balsom y col. 1994). Habitualmente comercializado como monohidrato de creatina, es un producto ergogénico con fines energéticos como reponedor del sistema de fosfágenos. Las valoraciones realizadas sobre la efectividad de la ingesta de monohidrato de creatina en humanos con diferentes modelos de suplementación confirman su efecto ergogénico en deportes intermitentes, ayudando a reponer y en algunos casos a supercompensar los depósitos de fosfocreatina muscular (Mujika y Padilla, 1997), sin alterar los indicadores relacionados con la salud (marcadores hepáticos, función renal, daño muscular) (Schroeder, Terrados y Tramullas, 2004), en dosis controladas de mantenimiento de monohidrato de creatina durante largos períodos de tiempo.

4.1.2. Aminoácidos ramificados: leucina

Los aminoácidos (AA) ramificados (leucina, isoleucina y valina), además de poder ser utilizados para la neoglucogénesis y propiciar por tanto un importante suministro energético en actividades de larga duración, pueden utilizarse para proteger otro tipo de proteínas del efecto catabólico de la competición y secundariamente para evitar una mayor destrucción muscular y, por tanto, favorecer los procesos de recuperación a nivel muscular, con lo cual se mejora la situación para afrontar la siguiente competición. Igualmente, diferentes suplementaciones de AA han sido recomendadas para reducir la sensación de fatiga bien para aumentar la secreción de hormona de crecimiento y la insulina (Bucci, 1993; Jacobson, 1990). Recientemente, se ha descrito un claro efecto ergogénico al asociar hidratos de carbono, proteínas y leucina en la bebida para recuperar los depósitos de glucógeno muscular y para aumentar la síntesis proteica (figura 7.1, de Koopman et al., 2004).


Figura 7.1. Efecto ergogénico al asociar hidratos de carbono, proteínas y leucina (Koopman et al., 2004).

4.1.3. Estrategias hidronutricionales

Las recomendaciones antes de la competición deportiva incluyen los siguientes aspectos (Terrados y Maughan, 1995; Burke y Deakin, 2000).

•Asegurar un adecuado contenido inicial de glucógeno muscular.

•Ingesta habitual de proteína (1-1,2 g/kg).

•Asegurar un estatus inicial hídrico adecuado en los días previos a la competición.

•En el período previo a la competición se debe incrementar la ingesta de hidratos de carbono complejos, a razón de 1-4 gramos por kilogramo de peso corporal.

•Seleccionar alimentos ricos en hidratos de carbono complejos o bebidas con índice glucémico bajo.

•Beber 300-600 ml antes de la competición y entre 150-300 ml cada 15 min hasta 1 h aproximadamente antes del inicio de la misma.

•Realizar las prácticas ergonutricionales durante los entrenamientos y nunca experimentar nuevas actuaciones en la competición principal.

•Es conveniente orinar inmediatamente antes de salir a la pista.

4.1.4. Masaje precompetición

El masaje precompetitivo debe reunir una serie de características concretas, como son la rapidez, vigorosidad a base de amasamientos y fricciones, además de brevedad y nunca exceder los 3-4 min (Vázquez-Gallego, 1990). Se debe realizar antes del calentamiento y tiene por objeto conseguir un efecto estimulador.

4.1.5. Calentamiento adecuado

Para obtener una adecuada adaptación al esfuerzo es necesario hacer un calentamiento apropiado a la demanda competitiva, que permita afrontarla con éxito, debido a la existencia de una fase previa al entrenamiento y/o competición que tiene por objeto exclusivo la adaptación de los sistemas a las exigencias que la actividad requiere en los esfuerzos a realizar posteriormente (Jensen et al., 1978; Terrados, 1998).

Según Vaquera et al. (2002), el calentamiento para baloncesto debe tener una duración aproximada de entre 20 y 30 min, y en él se distinguen tres fases claramente diferenciadas:

Calentamiento general. El calentamiento general hace referencia a un concepto genérico, ya que se trata de iniciar la preparación del organismo independientemente del deporte a desarrollar, y se define como la puesta en marcha en la que el conjunto de capacidades funcionales alcanzan un nivel superior.

Calentamiento específico. Los contenidos de dicha fase deberán centrarse en las acciones desarrolladas en un partido de baloncesto, en las que interviene la fuerza explosiva del miembro inferior principalmente (Fernández García, 2001).

Calentamiento individual. Se entiende aquel que es adaptable a cada uno de los jugadores. En todos los deportes colectivos, y no iba a ser el baloncesto una excepción, los jugadores deben ir acumulando experiencias propias, orientadas a que cada uno preste atención, a la hora de realizar el calentamiento, a aquellas zonas más débiles de su cuerpo propensas a lesión o aquellas partes que el jugador considere que son básicas en su posterior rendimiento deportivo.

4.2. Métodos a utilizar durante la competición

4.2.1. En el transcurso del juego

La intensidad de la acciones del juego limita enormemente cualquier maniobra recuperadora durante el mismo. Un método fisiológico recomendable puede ser la correcta hiperventilación, fundamentalmente durante los movimientos de defensa realizando mecanismos de hiperventilación en la fase inspiratoria con el objeto de mejorar el aporte de O2 a la sangre y la musculatura implicada en el gesto deportivo.

4.2.2. En los tiempos muertos

Reposición hidroelectrolítica. En períodos cortos de 1 min de duración, en los cuales se debe actuar rápidamente mediante la reposición de fluidos, fundamentalmente a base de bebidas hipo e isotónicas con características especiales en cuanto a contenido calórico, contenido de hidratos de carbono (30-60 g), contenido de iones (K+), osmolaridad, frecuencia de bebida (cada 15 min) y temperatura adecuada (10-15º), y sobre todo con NA+ en suficiente cantidad para asegurar un rápido vaciado gástrico (figura 7.2), en la que se aprecian las diferencias en el vaciado gástrico y en el aporte de fluidos entre una bebida para hidratar y otra energética para reponer hidratos de carbono) (Terrados y Maughan, 1995).

Estiramiento activo. Si es posible y con el consentimiento del entrenador de alguna zona con sobresolicitación muscular.

4.2.3. En el banquillo

Estiramientos activo-pasivo. Se realizarán inmediatamente al abandonar el terreno de juego y una vez escuchadas las pertinentes indicaciones de los técnicos, de forma individual junto con el preparador físico o fisioterapeuta del equipo y en aquellas zonas diana en cuanto a solicitación específica del baloncesto, básicamente aductores, abductores, flexoextensores de la cadera, cuádriceps, musculatura isquiotibial y triceps sural (Lekue et al., 2000).

Utilización de vestimenta adecuada. Hacerlo en el momento de sentarse en el banquillo, siendo una maniobra extraordinariamente sencilla de ejecutar y que debiera adaptarse a las propias condiciones ambientales e individuales. Se dirige básicamente a evitar situaciones de disconfort o enfriamiento que puedan derivar en pequeñas contracturas musculares que “a posteriori” pudieran limitar el rendimiento (Lekue et al., 2000).


Figura 7.2. Diferencias en el vaciado gástrico y en el aporte de fluidos entre una bebida para hidratar y otra energética para reponer carbohidratos. (Terrados y Maughan, 1995).

Crioterapia. Dada la alta incidencia de los fenómenos lesionales de mayor o menor importancia que se producen baloncesto en estructuras articulares claves como rodillas y tobillos, puede ser recomendable la aplicación local de hielo en esas zonas, y aún más cuando existan antecedentes recientes de fenómenos inflamatorios o signos evidentes de flogosis. Numerosos estudios de carácter experimental (Knight, 1980 y 1995) han examinado la disminución de temperatura en diferentes estructuras (músculo, terminaciones nerviosas y articulaciones) mediante aplicación de agentes de refrigeración como bolsa de hielo, bolsa de gel “cold-packs”, bolsas químicas frías, compresa fría, etc.

Masaje durante la competición. Las maniobras de masaje en el banquillo pueden propiciar una rápida mejora de pequeñas contracturas musculares localizadas y generadas por la intensidad alta a la que se desarrolla el juego, así como mejorar el nivel de activación del jugador previa a su reincorporación al partido (Cos et al., 1992).

Este tipo de masaje es el apropiado para aplicar en el intermedio de un partido o durante una pausa natural del juego (jugador que se retira a la banda para ser atendido); se basa en fricciones de distensión que favorezcan el flujo sanguíneo, pero otras veces será de relajación (fricciones, amasamientos, percusiones...), generalmente con pomadas o aceites que den sensación de calor.

4.2.4. En el descanso (vestuario)

Hidratación electrolítica. Las estrategias de ingesta de líquidos durante el partido van encaminadas a la reposición de hidratos de carbono, lo que puede beneficiar la capacidad de rendimiento en un deporte intermitente de alta intensidad como el baloncesto (Ostojic et al., 2002; Quanz et al., 1999).

Body cooling. La utilización de Cool-jackets” es una herramienta habitual entre los deportistas de alto nivel con el objetivo de reducir la temperatura corporal interna del núcleo y con ello evitar el incremento gradual que se pueda generar antes de llegar a una temperatura de golpe de calor. El baloncesto, por sus características, se juega en pistas o pabellones cerrados frecuentemente en condiciones altas de temperatura y humedad que limitan la capacidad del deportista. El enfriamiento antes del ejercicio se parece a lo que la naturaleza hace tras una semana de ejercicio en ambiente con calor, bajando la temperatura basal del cuerpo 0,5 ºC (0,9 °F) (Buono et al., 1998), lo que puede beneficiar el rendimiento en el juego en climas calurosos (Booth et al., 1997; González Alonso et al., 1999), aunque para el baloncesto todavía no hemos encontrado estudios científicos sobre este tema.

El uso de “cool-jackets”, toallas frías o echar agua en la cara, cabeza y cuello podría tener un beneficio fisiológico.

4.3. Métodos a utilizar después de la competición

4.3.1. Inmediatamente después de los partidos

Reposición hidroelectrolítica e ingesta de hidratos de carbono. Recuperar la pérdida de agua y electrolitos durante la fase postejercicio puede ser de crucial importancia para mantener la capacidad de ejercicio (Terrados y Maughan et al., 1995). Hay que hidratarse según las normas expuestas por el médico del equipo, con líquido rico en NA+ (Maughan et al., 1994), para mantener el estímulo de la sed y facilitar el vaciado gástrico y la retención del líquido ingerido.

Tan importante como la reposición hídrica, es intentar reponer los depósitos de glucógeno. Para eso, nada más acabar el partido hay que iniciar la ingesta de hidratos de carbono, a ser posible asociados con proteínas hidrolizadas y con leucina, para mantener elevados los niveles de insulina y la síntesis proteica. La ingestión de una mezcla que contenga: hidratos de carbono (~1 g/kg de peso corporal), proteína hidrolizada (~0,5 g/kg de peso corporal), leucina (~0,25 g/kg peso corporal) facilita la recuperación tras ejercicios intensos, estimulando la liberación de insulina.

Utilización de vestimenta adecuada. Se trata de una maniobra extraordinariamente sencilla y que debe adaptarse a las propias condiciones ambientales e individuales. Está dirigida fundamentalmente a evitar situaciones de “disconfort” o enfriamientos que puedan derivar en pequeñas contracturas musculares que a posteriori pudieran limitar el rendimiento.

Recuperación activa. Los estudios de profesor Saltin (1973) demostraron que el proceso de aclarado del lactato se favorecía de forma significativa si inmediatamente tras el ejercicio se realiza ejercicio a una intensidad entre el 50 y 60% del O2 máx (trabajo aeróbico de baja intensidad).


Figura 7.3. Cinética de aclarado del lactato después de realizar una actividad al 50-60% del O2 máx. (Saltin, 1973).

En nuestro caso, la recuperación activa se realizará implicando a la misma musculatura utilizada en la competición ya que los jugadores realizarán carrera continua durante 10-20 min una vez finalizada la competición o andar (en superficie blanda, si fuera posible descalzo) (Lekue et al., 2000). También la posibilidad de utilizar la bicicleta estática es una opción apropiada de recuperación activa (en función del presupuesto económico) dado el elevado número de contracciones excéntricas que se producen en un partido, el pedaleo (movimiento mayoritariamente concéntrico) nos ayudará a restablecer y equilibrar la estructura de la membrana muscular.

Estiramientos activo-pasivo. Parece ser, que no es adecuado utilizar métodos de flexibilidad dinámica que sí son propicios para el calentamiento (siempre y cuando los rebotes se hagan con control), ya que son los únicos que ganando flexibilidad conservan la capacidad elástica necesaria para realizar las acciones técnicas (Porta, 1992). Realizando un buen estiramiento podemos obtener una serie de efectos beneficiosos (Terrados et al., 1998), como son:

•Mejorar la flexibilidad tanto dinámica como estática.

•Mejorar la fuerza de tensión y la elasticidad de músculos, ligamentos y fascias.

•Algunos autores opinan que mejora la fuerza muscular.

•Ayuda al tratamiento y rehabilitación de diferentes lesiones deportivas.

•Mejora el rendimiento deportivo.

•Previene las lesiones deportivas, por mejorar la flexibilidad muscular.

Ejercicios de soltura. Ejercicios de soltura de miembros con incidencia en la musculatura solicitada durante la actividad realizada, especialmente la musculatura del tren inferior (Lekue et al., 2000).

Baños de contraste agua fría-caliente. Realizados en el tren inferior y haciendo uso de un sistema de bidones ad hoc, con el objeto de afrontar los fenómenos inflamatorios consecutivos a las acciones musculares realizadas de alta intensidad (Terrados, Mora y Padilla, 2004), según diferentes opciones:

Opción 1. Alternancia calor-frío 3 veces (1-2 min calor /10-30 s frío).

Opción 2. Alternancia de ducha fría (10-30 s) con 3-5 min de Spa (repetir 3 veces).

Masaje poscompetición. Masaje dirigido de forma individualizada a los jugadores que refieran sobrecargas localizadas sin prolongarse más de 10 min (Cos, 1992). Puede adquirir diferentes formatos según las necesidades propias del deportista o según la ubicación temporal del siguiente compromiso competitivo. El mejor momento para realizarlo es después del partido previo a un día de descanso, ya que produce una sensación algodonosa de la musculatura que necesita un proceso de recuperación variable según el individuo (Casals Puig, 2004). El modelo debe ir orientado a un masaje de drenaje linfático o terapéutico utilizado de forma aislada ó en combinación con los anteriores métodos para propiciar una óptima recuperación y regeneración muscular (Lekue et al., 2000).

Ducha e higiene personal. Ducha e higiene personal (Lekue et al. 2000) para instaurar como dinámica un correcto hábito higiénico correctivo.

Recuperación psicológica.

4.3.2. Horas después de los partidos

Tabla 7.2. Algoritmo de los métodos de recuperación pospartido (Lekue, Calleja, Lejarreta, Leibar y Terrados, 2006).

PROTOCOLO DE RECUPERACIÓN POSPARTIDO EN BALONCESTO
Reposición hidroelectrolítica+hidratos de carbono+proteína+leucina
Vestimenta adecuada
Recuperación activa
Estiramiento pasivo no forzado
Ejercicios de soltura de miembros
Baños de contraste
Masaje individualizado
Ducha
Recuperación psicológica

En las horas posteriores a los partidos se deben hacer concurrir una serie de medidas que, llevadas a cabo bajo criterios específicos, van a contribuir a lograr los objetivos de restitución y normalización que en líneas generales persiguen las mismas. También en esta fase los métodos a utilizar pertenecen a diferentes grupos y es posible e incluso recomendable superponerlos ya que en muchos casos se va a producir un efecto sumatorio entre ellos.

Descanso adecuado. Garantizar un número mínimo de horas de sueño constituye un elemento fisiológico básico de cualquier proceso natural de regeneración. Dadas las características neurofisiológicas del sueño humano que comprende distintas fases (Lekue, 2000), parece recomendable hacer incidencia en la primera fase del sueño (Linkowski, 1998).

Ingesta de hidratos de carbono complejos. La ingesta de HC inmediatamente después del ejercicio produce una reposición mayor de los depósitos de glucógeno que cuando se realiza la ingesta 2 h después (el potencial más alto de almacenaje de glucógeno muscular tiene lugar 2 horas después del ejercicio: fase rápida (Ivy, 1991). Pero también en las horas siguientes hay que intentar mantener una ingesta espaciada de hidratos de carbono.

Aspartato de arginina. A diferencia de lo que algunos autores han propuesto, la arginina no parece inducir una mayor secreción de GH; en cambio, sí se ha observado en algunos estudios que la combinación de la arginina con ácido aspártico si podría provocar una elevación de la tasa sanguínea de GH con el consiguiente estímulo de carácter anabólico. En cualquier caso, su principal efecto es destoxificador, contribuyendo a la formación hepática de urea como medio de eliminación del amonio generado a nivel celular durante esfuerzos de alta intensidad. Su utilización estaría indicada en las primeras horas pospartido en dosis comprendidas entre 5-10 g.

Electroestimulación. La electroestimulación de baja frecuencia a intensidad moderada puede indicar un efecto metabólico positivo en cuanto a facilitar la eliminación de deshechos metabólicos (similar al inducido por los métodos de recuperación activa), y además sumar un efecto descontracturante y relajante muscular que elimine la sensación de dolor y fatiga local.

A una intensidad aproximada de 1 a 3 Hz provoca un efecto descontracturante en las zonas musculares diana. Su utilización disminuye el tono muscular, y su efecto se mantiene varias horas después de la sesión de electroestimulación y permite un mejor control de los movimientos efectuados.


Figura 7.4. Utilización de electroestimulación como complemento dentro de un proceso de recuperación.

Hidromasaje. La utilización del hidromasaje es muy eficaz si se efectúa en una bañera llena de agua, con un chorro con presión (hasta de 10 Atm). La acción del chorro en el cuerpo del deportista de forma rectilínea, en zig-zag y en espiral irá desde la periferia hasta el centro. La temperatura del agua oscila entre 25 ºC y 26 ºC. La presión del chorro de agua produce un efecto de masaje en los tejidos, actuando de forma beneficiosa sobre el organismo. La duración del mismo oscilará entre 5 y 12 min (Sergeyevich y Dmitriyvivh, 1995).

Masaje de Recuperación. Masaje dirigido de forma individualizada a los jugadores que refieran sobrecargas localizadas sin prolongarse más de 10 min (Cos, 1992), puede adquirir diferentes formatos según las necesidades propias del deportista o según la ubicación temporal del siguiente compromiso competitivo.

El mejor momento para realizarlo es después del partido previo a un día de descanso, ya que produce una sensación algodonosa de la musculatura que necesita un proceso de recuperación variable según el individuo (Casals Puig, 2004). El modelo debe ir orientado a un masaje de drenaje linfático o terapeútico, utilizado de forma aislada o en combinación con los anteriores métodos para propiciar una óptima recuperación regeneración muscular (Lekue et al., 2000).

Recuperación psicológica. La utilización de metodología de recuperación psicológica será un aspecto determinante dentro del algoritmo de la recuperación (Lekue et al., 2000). El desarrollo de diferentes métodos de relajación (García-Barrero et al., 1994) está indicado en el período posterior a los partidos con el objeto de suprimir el estado de activación inducido antes del partido y por el propio juego, así como descargar la tensión y hacer menos efectivos si cabe el resto de métodos físicos y fisiológicos a utilizar.

4. FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

La densidad del sistema de competición nos lleva a crear líneas de trabajo que nos ofrezcan conclusiones prácticas para aplicar entre competiciones, así como establecer protocolos de recuperación para cada jugador, ya que la respuesta al ejercicio es individual a pesar de tratarse de un deporte de equipo.

Igualmente, la base de un correcto protocolo de actuación se establecerá a medida que se determinen con precisión los mecanismos de fatiga en baloncesto.

5. SÍNTESIS DE IDEAS FUNDAMENTALES

La correcta aplicación de los diferentes medios y métodos de recuperación en un deporte de conjunto como el baloncesto requiere un profundo conocimiento del origen de la fatiga, así como de las características propias del juego y sus consecuencias individuales en los deportistas.

Consideramos de gran interés crear en los jugadores una inquietud constante en esta materia, y para ello, es recomendable protocolizar unas normas de actuación que lleguen a ser hábitos de vida del deportista durante su carrera deportiva.

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Fisiología, entrenamiento y medicina del baloncesto (Bicolor)

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