Читать книгу Fisiología, entrenamiento y medicina del baloncesto (Bicolor) - Julio Calleja González - Страница 8
ОглавлениеIntroducción
A. García-Reneses (1), A. Tramullas (2)
(1) Seleccionador Nacional Absoluto de baloncesto masculino en España
(2) Fútbol Club Barcelona. Servicios Médicos.
Los entrenadores, los preparadores físicos y los médicos deben tener entre ellos una relación de colaboración en todos los ámbitos.
La organización de nuestros clubes no está, en líneas generales, lo suficientemente bien estructurada para aprovechar todas las ventajas que esta colaboración podría representar. Digo de nuestros clubes porque creo que no debe ser una estructura planificada en función del entrenador, preparador físico o médico que estén en una determinada temporada, aunque si variará ligeramente en función de las características de cada uno de ellos.
En el aspecto de prevención de lesiones aún estamos en una situación más precaria. La coordinación entre el médico y el preparador físico es en este caso muy importante.
Algunas veces los médicos y preparadores físicos querrían hacer más cosas de las que pueden hacer tal y como están estructuradas las competiciones en nuestras temporadas. Quiero decir que no se debe desgastar mucho a los jugadores en el aspecto físico pues eso representaría que rendirían menos en los entrenamientos técnicos; por ello la preparación física ha de ser complementaria del trabajo técnico que se haga. En particular con cada jugador se trabajará sobre los ejercicios físicos que cada uno tenga que hacer que no sean contemplados por los entrenamientos, técnicos y físicos generales.
Para la prevención se necesita tiempo para efectuar los controles médicos que establezcan cuál ha de ser esta actuación; aquí nos encontramos con un problema porque si un jugador dedica muchas horas diarias a entrenamientos, preparación, controles o viajes, es más difícil que lo haga con la ilusión y profesionalidad requeridas; por esta circunstancia el médico deberá reducir al mínimo necesario el tiempo que ocupe a los jugadores ya que si no fuese así bajaría su concentración y, por tanto, su rendimiento.
Un aspecto muy importante a la hora de recuperar a un jugador lesionado es establecer el período de tiempo más corto posible. En muchas ocasiones es muy difícil acertar con el diagnóstico y aún más hacerlo respecto al tiempo de recuperación necesario; algunas veces una precipitación recortando dicho período puede ser fatal porque aparecen las recaídas y otras veces hay un exceso de precaución perdiendo un tiempo valiosísimo. Aquí hay que tener en cuenta las características del jugador: algunos son temerosos y prefieren estar completamente seguros de estar bien aunque para ello utilicen un período de tiempo excesivo en su recuperación, mientras que otros querrían acortar ese tiempo más de lo conveniente porque quieren volver a jugar a la mayor brevedad. Conociendo sus características se puede compensar ligeramente la tendencia del jugador.
El jugador que no sigue el ritmo del equipo por estar lesionado o recuperándose necesita más la atención del médico o preparador físico para ayudarle psicológicamente.
Por otra parte, es conveniente no precipitarse en el diagnóstico y mucho menos en el cálculo del tiempo de recuperación, aunque sí se requiere una actuación inmediata. Muchos jugadores presionan en un sentido u otro y, generalmente, los médicos no están acostumbrados a actuar bajo presión; por ello es conveniente hablar con el secretario técnico, entrenador o preparador físico antes de definir plazos, etc. Algunos son muy aprensivos y desconfiados, y si en principio se ha previsto un mes, esperarán aunque estén recuperados en 15 días.
En cuanto a la planificación de un trabajo a largo plazo, también es muy conveniente una coordinación entre todos para organizar el trabajo que ha de hacer el jugador desde el punto de vista físico y técnico.