Читать книгу Abuso de dependencia y abuso de influencia.Tres visiones jurídicas de la vulnerabilidad de los mayores - Leticia Jericó Ojer - Страница 18
2. Cómo están las personas mayores incluidas en los ODS
ОглавлениеLa Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se adoptó en 2015. Tampoco en esta ocasión las personas mayores aparecían mencionadas de forma explícita en los Objetivos. De hecho, solo el 1,77 % de las metas y el 0,41% de los indicadores las mencionan51. No obstante, el núcleo de los ODS pivota en torno a dos elementos: (1) el compromiso básico de que nadie se quede atrás y (2) el esfuerzo por llegar primero a los más vulnerables. Estos dos conceptos son la clave que nos permite razonar que, aunque sea de manera tácita, las personas mayores sí están incluidas en la Agenda de Desarrollo de 203052.
De hecho, aunque no se les nombre de manera expresa, los primeros seis Objetivos y el octavo (fin de la pobreza; hambre cero; salud y bienestar; educación de calidad; igualdad de género; agua limpia y saneamiento; y trabajo decente y crecimiento económico) abordan asuntos que son fundamentales para la vida de las personas mayores en cuanto seres humanos. Junto con ello, los Objetivos siete (energía asequible y no contaminante), once (ciudades y comunidades sostenibles), doce (producción y consumo responsable) y dieciséis (paz, justicia e instituciones sólidas) facilitan la creación de un entorno que les favorezca, como ocurre con otros grupos vulnerables; los Objetivos diez (reducción de las desigualdades) y diecisiete (alianzas para lograr los objetivos) guardan una relación directa con cuestiones estructurales e institucionales que dan una mayor visibilidad a los asuntos que afectan directamente a las personas mayores y a sus familias.
En cualquier caso, aunque las personas mayores no aparezcan expresamente en ningún objetivo, sí que están mencionados en algunas metas. En concreto, en la meta 2.2 (poner fin a la malnutrición teniendo en cuenta también a las personas mayores), en la meta 11.2 (sistemas de transporte en relación con ciudades y asentamientos humanos inclusivos) y en la meta 11.7 (sobre acceso a zonas verdes y espacios públicos seguros).
Además, hay metas específicas en las que, aunque no se las nombre de manera expresa, están tácitamente incluidas. Estas son la meta 1.3 sobre protección social universal, la meta 3.8 sobre cobertura de salud universal, la meta 5.4 sobre reconocimiento y valoración de los cuidados, la meta 10.2 sobre inclusión social, económica y política, la meta 11.5 sobre accesibilidad universal y la meta 17.18 sobre desagregación de datos y estadísticas53. Veamos las razones:
(1) La meta 1.3. hace referencia a la puesta en práctica a nivel nacional de sistemas y medidas apropiadas de protección social para todos, con especial atención a los más vulnerables. Dado que las personas mayores forman parte del grupo de personas vulnerables, es razonable deducir que, para alcanzar esta meta, se necesita un replanteamiento de la protección social.
(1.1) Por un lado, se debe dar respuesta de manera urgente a las consecuencias del cambio en la pirámide demográfica;
(1.2) Por otro lado, deben anticiparse las respuestas a las demandas de una población que, como se ha visto, está en proceso de cambio. Un primer paso puede ser la implantación de nuevos mecanismos que garanticen la protección frente a los riesgos de pérdida de ingresos que, por razones diferentes pueden producirse en las personas mayores. Es en este contexto de evitar actuaciones indebidas sobre mayores vulnerables en el que la reforma de la Compilación navarra, en 2019, introdujo las figuras del abuso de influencia y la influencia indebida. Ambas figuras se presentan como elementos de un sistema de protección ante abusos en los actos dispositivos o económicos de las personas mayores, para hacer frente a esos actos que han sido realizados sin plena consciencia o bajo condiciones de dependencia, flaqueza, angustia o debilidad.
Reformas como la mencionada prueban que ha habido progresos en este ámbito. Pero, a pesar de estos avances –todavía tímidos–, sigue siendo necesario continuar profundizando en los mecanismos disponibles para incrementar la protección de ingresos en la vejez, sobre todo en el caso de las mujeres mayores54. Este colectivo ocupa un porcentaje mayor de percepción de pensiones no contributivas, en concreto, en 2019 eran el 65% del total55. Dicho predominio refleja la realidad social de las mujeres en un pasado reciente, cuando no estaban incorporadas al mundo laboral. Junto con ello, al ser más longevas, son más susceptibles a padecer enfermedades. Todo ello justifica que a las mujeres mayores se las califique de especialmente sensibles.
(2) La meta 3.8 propone lograr la cobertura sanitaria universal, en particular, la protección contra los riesgos financieros, el acceso a servicios de salud esenciales de calidad y el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos. No parece descabellado interpretar que esta meta engloba tanto la posibilidad de que las personas mayores tengan acceso a medicamentos a un precio asequible como de recibir prestaciones sanitarias que se adapten a sus necesidades.
(3) La meta al 5.4 manifiesta el reconocimiento y valoración de los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados mediante servicios públicos, infraestructuras y políticas de protección social así como la promoción de la responsabilidad compartida en el hogar y la familia, según proceda en cada país. En este punto entra en juego un aspecto que ya ha sido mencionado: dada la tendencia demográfica, es indispensable reforzar los cuidados a largo plazo. Como se ha venido afirmando, el envejecimiento trae consigo el riesgo de sufrir dependencia, y las personas mayores pueden necesitar los cuidados de otras personas debido a una discapacidad o a una enfermedad crónica que pueden limitar sus posibilidades para llevar a cabo otras actividades. Es imprescindible establecer mecanismos que aporten esos cuidados con las mejores garantías56.
(4) Potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, es el objetivo de la meta 10.2. En el caso de las personas mayores, éstas tienen que poder ejercer sus derechos y disfrutar de sus garantías, aprovechar sus habilidades y beneficiarse de las oportunidades que se encuentran en su entorno. Para las personas mayores, entre otras cuestiones, esto supone la incorporación de medidas que garanticen –en igualdad de condiciones que los demás– el control de sus propios asuntos económicos y velar por que no les prive de sus bienes de manera arbitraria57.
(5) Por último, el objetivo de la meta 17.18 se centra en el aumento de datos oportunos, fiables y de gran calidad, desglosados por ingresos, sexo, edad, raza, origen étnico, estatus migratorio, discapacidad, ubicación geográfica y otras características pertinentes en los contextos nacionales. La desagregación de datos por edad que han de llevar a cabo los Estados para el seguimiento de los ODS, es una buena oportunidad para obtener una imagen de la situación real de las personas mayores.