Читать книгу Redes asociativas culturales. SSCB0110 - Luciano Vázquez Moraga - Страница 10
2.2. Finalidades de la participación social y cultural
ОглавлениеLa participación social y cultural ha de estar vinculada a un fin, con un objetivo definido, para que produzca resultados. Las finalidades del proceso de participación son o están relacionadas con las que se describen a continuación.
La voluntad y capacidad para “construir ciudadanía”
Sin duda, la ciudadanía se convierte en acreedora y beneficiara de las propuestas, transformaciones, responsabilidades y acciones que se toman a partir de la corresponsabilidad en el proceso de participación: análisis de la realidad, de las necesidades y demandas concretas; la elaboración de propuestas, directrices y acciones; la gestión de todo el proceso; la asunción y ejecución de las responsabilidades asumidas o concedidas, etc.
La posibilidad de y para transformar
El objetivo último de la participación social y cultural es el de transformar -entendiendo por tal el cambio basado en la mejora-: transformar el sistema educativo, los valores cívicos, el sistema sanitario, la justicia, la relación entre las personas, etc. Se trata de transformar y convertir las necesidades en oportunidades y las debilidades en fortalezas para lograr un desarrollo positivo y armónico de la comunidad en la que se produce la participación social y cultural.
La sistematización de todo un proceso educativo
Si participar es transformar, participar es también generar cambio -a nivel individual y colectivo- para lograr una reeducación en la cultura de lo colectivo que haga posible trabajar conjuntamente en un clima de colaboración, de cooperación, en red, para generar consensos, acuerdos, y un aspecto fundamental en las redes asociativas: el trabajo colaborativo.
Nota
Cuando se habla de ciudadanía hay que tener en cuenta que es un concepto que abarca el conjunto de derechos y deberes por los cuales el ciudadano, el individuo, está sujeto en su relación con la sociedad en que vive. El término “ciudadanía” proviene del latín civitas, que significa “ciudad”. Por tanto, ciudadanía es la condición que se otorga al ciudadano de ser miembro de una comunidad organizada.
La voluntad y la capacidad de relación
Muy relacionada con el concepto anterior, la voluntad relacional tiene que ver con la capacidad para abrir, para sumar, para aunar, sin construir en contra, sino con la ciudadanía, con las administraciones públicas, con el ámbito universitario o, más frecuentemente, con otras entidades y asociaciones similares o distintas, con los mismos o con diferentes objetivos, pero con una meta común: la mejora social y cultural de un determinado territorio.
Las motivaciones
Son muchos los motivos que mueven a personas y asociaciones a participar. La participación se produce, nace, en el mismo instante en el que existe una razón, interés, necesidad, requerimiento o deseo de querer estar, de actuar y que, justo en ese momento, sirve de detonante para, por ejemplo, acercarse a una asociación -para tomar una responsabilidad- o crear una asociación. Pero también las motivaciones pueden estar orientadas a lo individual -con una marcada carga de interés individual-; orientadas a lo colectivo -pensando en la generalidad, en la colectividad, en la ciudadanía y sus intereses y derechos: culturales, sociales o económicos-; u orientadas a los derechos colectivos -con una gran carga ideológica o política-.
Actividades
2. Piense en una asociación de su localidad cuyo fin social sea el desarrollo cultural, su potenciación y su difusión. Teniendo en cuenta las finalidades de la participación social y cultural, traslade a un documento cada una de esas finalidades a la asociación que ha propuesto, confeccionando de esta forma una pequeña reseña de la misma para ser trasmitida a los ciudadanos que no la conocen.
Así pues, la participación social y cultural engloba aspectos relacionados con intereses personales, con actitudes y aptitudes, todas ellas encaminadas a lograr una mejora, un cambio, una transformación, un avance, un beneficio, una satisfacción, etc.
Este enfoque es muy útil a la hora de otorgar sentido a la participación como un derecho básico tanto de personas físicas -individualmente consideradas- como de asociaciones y como base para cimentar lo que posteriormente puede ser la participación en ámbitos más amplios, como son las redes asociativas en las que la participación colaborativa es el eje central de su actuación.