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Capítulo 8

Las habilidades de la Abogacía

«El éxito es la habilidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo»

Winston Churchill1)

Todos estamos de acuerdo que el conocimiento jurídico es la base del ejercicio de la Abogacía, sin este conocimiento nunca podremos ser abogados. Pero, como vengo poniendo de manifiesto, la profesión de abogado necesita de algo más y este algo más son un conjunto de habilidades que hoy son necesarias para poder ejercer esta magnífica profesión con éxito.

Las habilidades de la Abogacía han sido las grandes olvidadas hasta hace poco tiempo en los temarios de las universidades de Derecho. Por suerte está situación está cambiando y, poco a poco, se está reconociendo la importancia que tienen las mismas en el desarrollo de la profesión de abogado introduciendo asignaturas que ayudan a los nuevos Graduados en Derecho a conocer en mayor profundidad las herramientas necesarias para conseguir ser un buen abogado.

¿Cuáles son estas habilidades? Distintos autores disienten sobre cuáles son las habilidades principales que un Abogado debe de manejar con soltura. La realidad es que todos tienen algo de razón en sus exposiciones.

A mi modesto entender, la realidad es que para ser un buen abogado hay que manejar un sinfín de habilidades que se encuentran directamente relacionadas con el ejercicio de nuestra profesión. Por un lado tendremos las habilidades directamente relacionadas con el ejercicio estricto de la abogacía:

1. La comunicación oral y escrita

2. El estudio

3. La negociación

4. Técnicas procesales

Por otro lado nos encontraremos con habilidades que si bien no pertenecen al grupo anterior, están relacionadas íntimamente con el desarrollo de la misma:

1. La relación con el cliente

2. El control del tiempo

3. Comunicación verbal y no verbal

4. Empatía

Podríamos seguir enumerando habilidades que nos harán, no solo mejor abogado, sino también mejor persona.

La irrupción de las nuevas tecnologías y los avances que han desarrollado las mismas en corto espacio de tiempo demandan el manejo de habilidades hasta ahora impensables para un abogado. Cada día son mayores los canales de información a los que tienen acceso nuestros clientes, como consecuencia del crecimiento de nuevas redes sociales (Facebook, Twitter, Linkenlind, Pinterest, SlideSahre, etc.). Las nuevas tecnologías nos obligan a poseer mayor capacidad de análisis y síntesis, mayor organización y planificación, y además a manejar conceptos muy alejados de los estrictamente jurídicos.

A todo lo anterior debemos sumarle que a este sinfín de habilidades requeridas para ser un buen abogado y un abogado adaptado a los nuevos tiempos, se unen las necesarias para ser un buen gestor y director de nuestro despacho.

Nos encontramos una situación en la que nos vemos obligados a potenciar una serie de habilidades que eran grandes desconocidas de los abogados y a su vez las grandes rechazas por estos durante siglos.

A las anteriores habilidades, hoy, hay que sumarle sin duda al menos las siguientes:

1. Las comerciales. Los abogados de hoy deben actuar como verdaderos comerciales de los servicios jurídicos que prestan, entendiendo esta habilidad como la capacidad de atraer al cliente, captarlo, fidelizarlo y mantenerlo.

2. Las de gestión y liderazgo. Ambas habilidades deben de conjugarse en una sola. La gestión la entendemos como el proceso de control de distintos factores de la organización, y el liderazgo entendido como la responsabilidad de guiar a la mayoría, la distinción entre ambas habilidades gestión y liderazgo, permite una relación recíproca entre ambas, lo que implica que un administrador eficaz debe poseer habilidades de liderazgo, y un líder eficaz debe demostrar habilidades de gestión. Una clara distinción podría proporcionar la siguiente definición:

A) La gestión como el control inherente al proceso de dirección.

B) El liderazgo como la responsabilidad de logar las metas.

La realidad de la Abogacía con la que se encuentran los nuevos graduados en Derecho es muy distinta a la que se encontraban los antiguos licenciados, si antes ya era difícil ejercer la profesión, hoy se ha complicado mucho más, todo como consecuencia de los cambios que se vienen produciendo en el sector legal.

En definitiva el abogado de hoy, ya sea el llamado el Abogado 3.0, el Abogado del Siglo XXI o el Abogado Global, debe de manejar al menos las siguientes competencias:

1. Las competencias básicas e inherentes al ejercicio de la Abogacía:

• Conocimiento técnico-jurídico

• Dominio de al menos un idioma

2. Conocimiento de las nuevas tecnologías:

• Manejar con soltura terminología sobre nuevas tecnologías

• Estrategia digital

3. Capacidades imprescindibles:

• Capacidad de análisis y síntesis

• Resultados

• Negociación

• Mediación

• Proactividad

• Creatividad

• Innovación

4. Capacidades que aportan valor al trabajo del abogado:

• Generación de negocio

• Trabajo en equipo

• El cliente como referencia

• Empatía

• Planificación de proyectos

• Gestión del tiempo

5. Capacidades de gestión y liderazgo

Sin duda ser abogado hoy es más complicado que hace diez años, pero el reto es APASIONANTE y este reto no es solo para los nuevos abogados, también para quienes ya ejercemos la profesión.

¿Estás dispuesto a asumir este reto?

1

Winston Leonard Spencer Churchill, fue un político y estadista británico, conocido por su liderazgo del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial.

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