Читать книгу Del Conocimiento Jurídico a la Gestión y Dirección de Despacho de Abogados - Luis López de Castro Alonso - Страница 6

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Abogados

Carrera Judicial

Justicia [administración de]

Personal de Justicia

Capítulo 1

Las siete Partidas & Disrupción

«No se puede llegar al alba sino por el sendero de la noche»

Khalil Gibran1)

El ejercicio de la Abogacía ha cambiado más en los últimos diez años que en los últimos veinte. En la Siete Partidas2) se describe al abogado como el «hombre que razona pleitos de otro en juicio, o el suyo mismo, demandando o respondiendo». Para ejercer la profesión se exigían básicamente dos requisitos: el primero de ellos establecía «todo hombre que fuere sabedor de derecho, o del fuero o de la costumbre de la tierra, porque la haya usado en gran tiempo, puede ser abogado de otro». El segundo disponía que, para evitar a los estorbadores y embargadores de los pleitos, solo podían practicar la Abogacía aquellos quienes «inscribiesen sus nombres en el libro de registro» por haber acreditado ante los jueces ser «sabedores de derecho».

Hasta hace muy poco solo se le exigían al abogado para el ejercicio de la profesión los dos requisitos principales recogidos en los años 1252-1284 en las Siete Partidas: conocimiento jurídico y colegiación obligatoria; hoy esto ha cambiado radicalmente, si bien burocráticamente los abogados deben cursar una carrera, un Máster y realizar un examen de acceso para colegiarse obligatoriamente, el ejercicio de la profesión demanda nuevas habilidades que nada tienen que ver con el conocimiento jurídico, y sin ellas llevar a cabo el ejercicio de la profesión se tornará prácticamente imposible.

El abogado del siglo XXI debe ser más completo en todos los ámbitos, ha de poseer mayor conocimiento jurídico que antaño, a su vez debe poseer habilidades de gestión y liderazgo. Hoy en día los despachos de abogados se han convertido en verdaderas empresas de servicios profesionales y si quieren sobrevivir en un mercado legal tan competitivo como en el que nos encontramos, deberán formarse en estos conocimientos, manejar con gran soltura habilidades jurídicas, personales y empresariales, y todo ello unido a un gran sentido de la innovación y transformación, para de esta manera no quedarnos estancados en nuestra evolución como abogados.

Esta disrupción producida en nuestra profesión se debe en gran medida a los cambios sociales, políticos y económicos, acompañados de la irrupción de las nuevas tecnologías en la sociedad y en consecuencia en el sector legal, que ha visto como estas nos invadían casi sin darnos cuenta. Estos cambios han acabado con el modelo personalista tradicional de despacho de abogados, pasando a ser verdaderas empresas de servicios jurídicos. Ya no sirve el simple hecho de poner una placa en la entrada del edificio de nuestro despacho y esperar a que entren solos los clientes. La proliferación de las nuevas tecnologías ha dado lugar a la situación en la que ahora nos encontramos; Internet se crea en 1969, hace ahora 41 años, y entre 1998 y 2000 la red cuenta con 1.000.000 de usuarios y a finales de 2014 la UIT publicó que Internet contaba con más de 3.000.000.000 de usuarios (el 40% de la población mundial); entre 2003 y 2005 aparecen el navegador Safari, Myspace, Facebook, Linkenlind..., todo ello, unido a la proliferación del uso de teléfonos móviles, tablets y demás dispositivos que nos permiten estar conectados en cualquier momento y lugar.

La tecnología ha revolucionado el mercado -entre ellos el legal-. En los últimos años, los avances tecnológicos proliferan a una velocidad de vértigo, produciendo cambios, hasta ahora desconocidos, en la oferta y la demanda a la que tienen acceso los consumidores; productos que hace años solo estaban al alcance de pocos consumidores y eran percibidos como un lujo prescindible, son utilizados actualmente por la gran mayoría de la población, la cual, incluso tienen necesidad de los mismos, siendo hoy imprescindibles. En la actualidad ha quedado claro que la tecnología ha llegado para quedarse.

Los abogados del siglo XXI deben convivir con el hándicap de que los usuarios de servicios jurídicos tienen acceso ilimitado a información y por tanto, con cierto conocimiento técnico de los problemas que le preocupan, son conscientes de lo que quieren y de lo que necesitan, buscando la mejor calidad-precio-servicio, por este motivo hoy se hace indispensable para la práctica de la abogacía el conocimiento del negocio jurídico, su dirección estratégica, financiera, contable, comercial, marketing comunicación y recursos humanos, con todo ello seremos capaces de adaptarnos de una forma más adecuada a los cambios que se han producido, que se están produciendo y que se producirán en el futuro.

Los abogados que hoy nos enfrentamos a esta disrupción que se está produciendo en el sector legal nos encontramos en el sendero de la noche por el que es necesario pasar para llegar al alba y en este camino deberemos adaptarnos superando los obstáculos que nos encontremos, venciendo nuestros miedos a lo nuevo y desconocido y a buen seguro que divisaremos el alba antes de lo que podamos imaginar.

Hoy el abogado se ha convertido en un prestador de servicios jurídicos, los despachos, con independencia de su tamaño, son empresas de servicios, pero con la especialidad de que los servicios que prestamos se basan en nuestros conocimientos jurídicos. Servicio totalmente intangible que dificulta la apreciación por parte del cliente. Sin olvidar que la profesión de abogado tiene una función social, toda transformación conlleva entre otras la necesidad de:

• Mejorar la calidad de nuestros servicios.

• La promoción de nuestros servicios.

• La diferenciación.

• Rentabilidad.

• Especialización.

• Gestión de personas.

• Gestión del conocimiento.

• ...

En palabras de Rafael Fontana3), presidente de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira, «los abogados deben aprender, reaprender y desaprender», pero esto no puede dar pie a que este proceso de cambio, este mercado competitivo, nos lleve a caer en el gran de error de olvidarnos de los principios y valores que rigen nuestra profesión.

El Decálogo del Abogado4) no se nos debería olvidar nunca: son los principios básicos que rigen nuestra profesión y vida profesional y deberíamos tenerlo siempre a mano, cuando nos encontremos perdidos en este proceso de cambio que se está produciendo y que a buen seguro se va a seguir produciendo.

a) Estudia. El Derecho se está transformando de forma continua. Si no sigues los siguientes pasos serás cada día peor abogado.

b) Piensa. El Derecho se estudia todos los días, pero se ejerce pensando.

c) Trabaja. El Derecho está siempre al servicio de la Justicia.

d) Lucha. Debes luchar por el Derecho, pero si en algún momentos ves que existe conflicto del Derecho con la Justicia, siempre tienes que velar por los intereses de la Justicia.

e) Leal. Debes ser leal con tu cliente, al que no debes abandonar nunca a menos que entiendas que es indigno de tu servicio. Tienes que ser leal con el adversario, incluso cuando él sea desleal contigo, que lo será. Leal con el juez, que debe confiar en lo que tú le dices en los juicios. Intenta ser leal con todo el mundo y el resto del mundo será leal contigo.

f) Tolera. Tolera siempre la verdad de los demás (adversario incluido) de la misma forma que quieres que sea tolerada tu verdad.

g) Paciencia. Debes ser paciente en todo momento ya que el tiempo se venga de las cosas que se hacen sin él.

h) Fe. Ten fe en el Derecho, ya que es el mejor instrumento para el ser humano. Ten fe en la Justicia como consecuencia del Derecho. Ten fe en la Paz como sustituto de la Justicia y más que nada debes tener fe en la Libertad, sin la cual no hay ninguna de las demás cosas.

i) Olvida. Olvida tan pronto tu victoria como tu derrota en tu profesión, ya que si vas aumentando tu rencor en cada derrota no llegarás a ningún lado.

j) Ama al Derecho. Como último mandamiento del decálogo del abogado debes tener en buena estima tu profesión de abogado de tal forma que consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado a tu futuro hijo.

¿Has aceptado el cambio? ¿Estás dispuesto a cambiar? ¿Estás dispuesto a reinventarte?

1

Gibran Kahlil Gibran fue un poeta, pintor, novelista y ensayista libanés nacido en Bisharri.

2

Cuerpo Normativo redactado en la Corona de Castilla durante el Reinado de Alfonso X, con el objetivo de conseguir cierta uniformidad jurídica del Reino.

3

Rafael Fontana. Presidente ejecutivo de Cuatrecasas Goncalves Pereira.

4

Decálogo del Abogado de Eduardo Couture abogado Uruguayo, creador del Decálogo conocido como los mandamientos del Abogado. Podemos consultar el Decálogo en la web www.decalogodelabogado.org

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