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La evolución normal del tono en el niño

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Según Ballesteros Jiménez (1982) el ser humano nace sin córtex, ya que las estructuras corticales son ineficaces. Podemos decir, por tanto, que es un ser subcortical, ya que solo funcionan las estructuras cerebrales más antiguas y es a lo largo del desarrollo psicomotor cuando las diferentes estructuras cerebrales se van haciendo eficaces, esto es, van entrando en funcionamiento sucesivamente.

En el momento del nacimiento, el tono está regulado por los centros subcorticales que aún no están inhibidos por el córtex. El niño es en estos momentos hipertónico. A medida que el córtex va entrando en funcionamiento, el tono se va modificando de acuerdo con reglas fijas. Si un niño no sigue estas reglas puede pensarse que su desarrollo es patológico.

Mira Stambak (1973) ha estudiado en un grupo de niños desde el nacimiento hasta los tres años, mes a mes, el desarrollo de diferentes aspectos motores y movimientos espontáneos tales como la extensibilidad, el desarrollo postural y el desarrollo de la prehensión. Estudiando también las leyes generales de la evolución del tono, las conclusiones a las que llegó fueron:

“- La extensibilidad muscular obedece a un ritmo diferente de evolución de los miembros superiores que para los inferiores. Para los miembros inferiores existe un período de hipoextensibilidad (hipertonía) entre cero a seis meses, después otro de hiperextensibilidad (hipotonía) entre diez y los veinticuatro meses. Hacia los treinta meses la extensibilidad es normal y varía ya poco en el curso de la evolución posterior. Para los miembros superiores existe un período de hipoextensibilidad durante el primer año, pero a partir del segundo año se constata un aumento progresivo de la extensibilidad apreciable hasta los tres años. A pesar de esta diferencia de ritmo en la evolución, existe una relación significativa entre la extensibilidad de los miembros superiores e inferiores.

- El grado de movilidad está en relación con el grado de extensibilidad. Los niños hipertónicos realizan más movimientos que los hipotónicos.

- Existen dos tipos de niños: los niños hipertónicos (poco extensibles) manifiestan durante los primeros meses una gran actividad que aumenta con cada adquisición del desarrollo postural. Adquieren precozmente la posición vertical y la marcha y realizan movimientos violentos; y los niños hipotónicos (muy extensibles) que son tranquilos; su desarrollo postural es más tardío, prefieren manipular objetos con los que tenga que realizar movimientos finos y explorar su cuerpo. Son niños más creativos y más dependientes que los hipertónicos” (Stambak, 1973).

Al decir de Ballesteros Jiménez (1982), las reglas de la evolución normal del tono se pueden resumir de la siguiente manera:

Para el tono de reposo: el niño al nacer es hipertónico (poco extensible) ya que las estructuras inhibidoras no funcionan; su tono está regulado por los centros subcorticales que no están aún inhibidos por el córtex. Es una hipertonía en flexión. Si estiramos el pie del bebé, éste vuelve a su sitio como si tuviese un muelle. A esta hipertonía general se opone una hipotonía axial (al nivel del cuello y la columna).

Progresivamente va pasando a una hipertonía en extensión pues empieza a madurar. De los dos a los seis meses la hipertonía de los miembros disminuye y se nota la aparición de un cierto tono axial.

Hacia los seis meses llega a una rigidez que se parece mucho a la rigidez de descerebración. Es una rigidez en extensión.

El córtex va mielinizándose, el tono va disminuyendo progresivamente y en torno a los doce meses aparece una hipotonía, muy pequeña al principio, que va aumentando hasta los tres años. A los doce meses la actividad tónica axial está suficientemente desarrollada para permitir la posición de pie.

A partir de los tres años la hipotonía va disminuyendo progresivamente y el tono va haciéndose más elevado.

Hasta los siete-ocho años el tono no es muy importante, pero a esa edad ya empieza a serlo.

El tono del reposo se estudia a través de la extensibilidad de los músculos y el balanceo de éstos. Dicho balanceo depende de datos madurativos y tipológicos. La extensibilidad está condicionada por factores emocionales.

Para el tono de actitud: “el tono de actitud permite mantener una postura y no existe en el niño hasta lo ocho-diez años. Hasta esa edad el niño mantiene su posición de pie mediante contracciones sucesivas, mientras que en el adulto es una contracción continua y refleja. A los seis-siete años el tono no está totalmente desarrollado y aparecen las deformaciones de la edad escolar. A los diez-doce años el tono aumenta. En la pubertad existe otra modificación tónica debido a una transformación hormonal que se acompaña de una hipotonía. Es esta una época propicia para deformaciones de la columna” (Ballesteros Jiménez, 1982).

Pasada la pubertad el tono toma su aspecto adulto definitivo y en la vejez suceden modificaciones menos conocidas, para llegar a la pérdida total del tono con la muerte. Los cadáveres son absolutamente blandos, flexibles al principio, después se produce la rigidez cadavérica, debido a ciertos fenómenos físico-químicos que van a modificar los músculos. Esta rigidez no tiene nada que ver con la hipertonía.

Estas reglas de evolución del tono son fijas en el sujeto normal. Si un niño no se desarrolla de acuerdo con ellas, indica que su desarrollo es patológico desde el punto de vista neurológico o psiquiátrico (Ballesteros Jiménez, 1982).

Cuerpo, función tónica y movimiento en Psicomotricidad

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